Otro zarpazo

Teodoro Rentería Arróyave

Si algo, sobre lo demás, debe protegerse en tiempo de crisis, es el gasto social porque en ello va nada menos que la estabilidad y la paz públicas; desgraciadamente para el grupo en el poder tal parece que lo superfluo es lo prioritario y por ello se le da un nuevo zarpazo a las universidades públicas.

Al contrario de las grandes personalidades que han ocupado la titularidad de la Secretaría de Educación Pública y que demostraron con hechos la defensa de la integridad en todos sentidos en esa labor social prioritaria que aceptaron cumplir, el actual secretario Alonso Lujambio Irazábal aprovechó la inauguración del Centro de Capacitación de la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior, ANUIES, para dar a conocer, sin más, el nuevo zarpazo.

Zarpazo, que calificó de “francamente menor” no obstante que le significará a la educación pública el recorte de un 11 por ciento del presupuesto aprobado, es decir una reducción de 7 mil 86 millones de pesos que comprende 800 millones a las universidades públicas, el uno por ciento de su presupuesto, concretamente a la Universidad Nacional Autónoma de México 200 millones ¿si es “francamente menor”, por qué no se opuso y evitó este nuevo atentado a las actuales y nuevas generaciones del país?

Nuevamente se nos da la razón a los que hemos denunciado una y otra vez el plan existente para acabar con la educación pública, gratuita y laica del país que ordena la Constitución y que tiene como blanco prioritario a la UNAM, no obstante estar calificada entre las 100 más importantes universidades del mundo.

Tienen razón los legisladores de los Partidos de la Revolución Democrática y Revolucionario Institucional, quienes al rechazar tan inicuas reducciones, exigen por el contrario recortar el gasto superfluo en el gasto corriente del gobierno federal, en las delegaciones de los estados y en las 70 subsecretarías “que no sirven para nada”.

Agregaríamos, en lo que hemos insistido, porque es moralmente insostenible, evitar de una vez por todas, ese gasto que se pretende hacer de más de 3 mil millones de pesos para dotar al gobierno de un registro de control de los mexicanos con la llamada pomposamente “Cedula de Identidad Biométrica”, cuando exacto se dispone el Instituto Federal Electoral, organismo autónomo, a renovar la credencial electoral. Con esas reducciones no sólo se evitaría el criminal recorte al presupuesto de la educación pública nacional, sino que sobrarían recursos para incrementarlo.

El rector de la máxima casa de estudios, José Narro Robles ya lo advirtió en el Senado de la República, que de no cambiar el sistema de desarrollo del país, de no implementar nuevos mecanismos para enfrentar la crisis económica, se derivarán problemas sociales, en concreto dijo, los recortes ya no sirven, se requiere otro remedio y alertó sobre posibles estallidos sociales.

Ante el nuevo zarpazo a la educación pública, el doctor Narro Robles fue más explícito al declarar que con todo esto “se alimenta el desaliento que parece campear en el ánimo nacional” y luego vino su rotunda frase demoledora: “Pareciera que en México se ha perdido el interés por el futuro”. Si señor rector, el interés por la nación toda, la élite del poder y del dinero lo tiene más que asegurado. Unámonos para evitar el criminal zarpazo a las actuales y futuras generaciones.

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