Teodoro Rentería Arróyave
México, por culpa de sus últimos gobiernos, ha dejado de ser el país preocupado y en intenso trabajo por preparar a las nuevas generaciones en la educación edificada en los conceptos que dispone nuestra Constitución: laicidad y gratuidad.
Son nuevos zarpazos que se agregan al anterior de reducir en un 11 por ciento el presupuesto educativo aprobado. Las noticas alarmantes en contra de la educación cayeron como cataratas, a tal grado que ni el optimismo crónico del presidente Felipe Calderón Hinojosa ni el cinismo enfermizo de la líder magisterial, Elba Esther Gordillo, pudieron contener el impacto social de lo que sucede en ese renglón de la vida nacional que es el que, sobre todo los demás, puede asegurar futuro y viabilidad a la patria.
Entremos al tema de los nuevos zarpazos a la educación pública nacional: los nuevos libros de textos gratuitos mutilan la historia del país como consecuencia de una reforma improvisada a la educación básica, así lo denunció el especialista, Olac Fuentes, al explicar que es de tal magnitud que suprimen de los mismos el estudio de las épocas de la Conquista y la Colonia., lo cual obviamente va en contra de las necesidades formativas de los educandos.
Los alumnos de primero y sexto grados de primaria recibirán en el actual ciclo escolar los nuevos libros de texto gratuitos, con los que se pone en marcha la llamada Reforma Integral de la Educación Básica, la cual impactará negativamente a 7 de los 25 millones de estudiantes que hoy regresan a las aulas, puesto que con estas eliminaciones no podrán comprender el origen de nuestro mestizaje.
Ante la información oficial de que el 70 por ciento de los maestros del país no están preparados para enseñar, la maestra Elba Esther Gordillo nos espeta una declaración cínica al afirmar, textual, que los docentes no son los culpables de haber obtenido malos resultados en el examen para ocupar una plaza magisterial, sino el “sistema de formación que está formando maestros para el desempleo”, (sic).
En franco y genuflexo apoyo a la poderosa maestra en ese mismo tenor el subsecretario de Educación Básica, Fernando González nos salió con la también cínica explicación de que los exámenes a los maestros no son para evaluarlos sino es un trámite de ejercicio interno. Obvio es el yerno de la líder ad perpetuam.
México es, sin duda, un país de reprobados, como lo afirmó el coordinador de los diputados panistas Gustavo Madero, al conocer que 7 de cada 10 profesores no están capacitados, y claro que son resultados alarmantes como lo expuso el senador perredista Carlos Navarrete al considerar que tal situación obliga a una reestructuración a fondo de la Secretaría de Educación Pública.
Ante todo esto como cómo creerle al presidente, Felipe Calderón Hinojosa cuando afirma que pese a la crisis económica, el gobierno federal continuará invirtiendo los mayores recursos posibles en la educación de los jóvenes.
¿Dónde entonces ubicamos los nuevos zarpazos a la educación pública nacional: recorte del 11 por ciento al presupuesto aprobado, mutilación de los libros de texto gratuito para generar una visión centrista derechista y la reprobación del 70 por ciento del cuerpo magisterial?
En verdad no tienen vergüenza los que detentan el poder, sobre todo en esas arias trascendentes para la nación. Nunca como ahora la lucha por nuestros valores en atención a las presentes y nuevas generaciones debe de intensificarse. No se valen claudicaciones.
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México, por culpa de sus últimos gobiernos, ha dejado de ser el país preocupado y en intenso trabajo por preparar a las nuevas generaciones en la educación edificada en los conceptos que dispone nuestra Constitución: laicidad y gratuidad.
Son nuevos zarpazos que se agregan al anterior de reducir en un 11 por ciento el presupuesto educativo aprobado. Las noticas alarmantes en contra de la educación cayeron como cataratas, a tal grado que ni el optimismo crónico del presidente Felipe Calderón Hinojosa ni el cinismo enfermizo de la líder magisterial, Elba Esther Gordillo, pudieron contener el impacto social de lo que sucede en ese renglón de la vida nacional que es el que, sobre todo los demás, puede asegurar futuro y viabilidad a la patria.
Entremos al tema de los nuevos zarpazos a la educación pública nacional: los nuevos libros de textos gratuitos mutilan la historia del país como consecuencia de una reforma improvisada a la educación básica, así lo denunció el especialista, Olac Fuentes, al explicar que es de tal magnitud que suprimen de los mismos el estudio de las épocas de la Conquista y la Colonia., lo cual obviamente va en contra de las necesidades formativas de los educandos.
Los alumnos de primero y sexto grados de primaria recibirán en el actual ciclo escolar los nuevos libros de texto gratuitos, con los que se pone en marcha la llamada Reforma Integral de la Educación Básica, la cual impactará negativamente a 7 de los 25 millones de estudiantes que hoy regresan a las aulas, puesto que con estas eliminaciones no podrán comprender el origen de nuestro mestizaje.
Ante la información oficial de que el 70 por ciento de los maestros del país no están preparados para enseñar, la maestra Elba Esther Gordillo nos espeta una declaración cínica al afirmar, textual, que los docentes no son los culpables de haber obtenido malos resultados en el examen para ocupar una plaza magisterial, sino el “sistema de formación que está formando maestros para el desempleo”, (sic).
En franco y genuflexo apoyo a la poderosa maestra en ese mismo tenor el subsecretario de Educación Básica, Fernando González nos salió con la también cínica explicación de que los exámenes a los maestros no son para evaluarlos sino es un trámite de ejercicio interno. Obvio es el yerno de la líder ad perpetuam.
México es, sin duda, un país de reprobados, como lo afirmó el coordinador de los diputados panistas Gustavo Madero, al conocer que 7 de cada 10 profesores no están capacitados, y claro que son resultados alarmantes como lo expuso el senador perredista Carlos Navarrete al considerar que tal situación obliga a una reestructuración a fondo de la Secretaría de Educación Pública.
Ante todo esto como cómo creerle al presidente, Felipe Calderón Hinojosa cuando afirma que pese a la crisis económica, el gobierno federal continuará invirtiendo los mayores recursos posibles en la educación de los jóvenes.
¿Dónde entonces ubicamos los nuevos zarpazos a la educación pública nacional: recorte del 11 por ciento al presupuesto aprobado, mutilación de los libros de texto gratuito para generar una visión centrista derechista y la reprobación del 70 por ciento del cuerpo magisterial?
En verdad no tienen vergüenza los que detentan el poder, sobre todo en esas arias trascendentes para la nación. Nunca como ahora la lucha por nuestros valores en atención a las presentes y nuevas generaciones debe de intensificarse. No se valen claudicaciones.
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