Domicilio de la utopía

Claudia Rodríguez

Leí un texto de Juan Castro Soto titulado Liberación del 2010 -la otra campaña-- y tras dicha lectura, una frase golpeteó en mi cabeza en todo momento y hasta ahora: Domicilio de la utopía.

Utopía es fantasía pero también anhelo. Utopía es una quimera pero también ideal. Utopía es ficción pero a la vez, esperanza.

México se desmonora en muchos sentidos y su deterioro es casi imparable. No obstante muchos mexicanos --los más estoy segura--, vivimos con la esperanza de concretar la utopía de la justicia social y la justicia económica en nuestro país.

Empero, la esperanza no se puede alimentar tan sólo del pensamiento o el discurso. Las acciones no sólo son necesarias, sino hasta imperantes.

Así, muchos nos preguntamos ¿qué hacer para frenar la aplastante caída libre del país?

Apuesto que si nos dieran una verdadera receta para que al menos los mexicanos que están por nacer, arribaran mínimo con una oportunidad de desarrollo y no con un porcentaje de deuda nacional, haríamos lo correspondiente. Pero resulta que aún no hay alientos, ni líderes, ni caminos. La utopía día a día se aleja, aún cuando se insiste en el discurso gubernamental que está a la vuelta de la esquina.

El domicilio de la utopía ¿dónde está? Pregunté a varias personas al respecto antes de escribir ésto y las respuestas fueron tan distintas como éstas: Qué es eso. No existe. Mi ego. Un mundo distinto. Donde los adultos se sientan siempre niños. Un México justo y sin partidos políticos. Mi cabeza.

Concluí entonces que más que una utopía, los mexicanos buscamos Méxicos distintos. Esa búsqueda y esa esperanza diferente radica en que a la vez percibimos diferentes realidades y que nuestros intereses, al final, no son de un conjunto, sino de pura beta individual.

El domicilio de la utopía personal puede encontrarse pero nunca en el que se acomoden los intereses del conjunto de la sociedad mexicana.

Cita Castro Soto en su disertación Liberación del 2010 que el domicilio de la utopía es a donde queremos llegar: una sociedad de justicia y paz donde nadie esté por encima del otro, sin clases ni necesidad de gobiernos, inundados por una cultura de hombre nuevo... Mas en honor a la verdad, no veo la coyuntura, ni el hueco que nos permitan iniciar los cimientos de ese edificio de liberación.

Y usted amable lector, ¿sabe cuál es el domicilio de la utopía? Yo lo seguiré buscando, aunque las pistas se confudan entre la realidad y la avaricia.

Acta Divina... A principios de abril del 2007, el presidente Felipe Calderón citó la “útopía” planteada por el escritor Gabriel García Márquez en su novela “Cien años de soledad” como modelo para la America Latina. El mandatario mexicano citó expreso de la utopía de García Márquez: “Una nueva y arrasadora utopía de la vida... donde nadie puede decidir por otros hasta la forma de morir...”

Comentarios