martes, agosto 04, 2009

Crisis, aún falta lo peor

Eduardo Ibarra Aguirre

Sudoroso y cabizbajo es la imagen que recogió el fotógrafo José Antonio López del secretario de Economía que pretendió vender a los legisladores y la opinión pública que la crisis económica está “tocando fondo”, que “hay signos de que pasó lo peor”.

Más aún: “Se entra ya en la recuperación” de la economía porque de mayo a junio se produjo crecimiento. El dato duro en que basó Gerardo Ruiz Mateos su optimismo verbal fue el mismo que proporcionó, hace una semana, su jefe y amigo Felipe de Jesús Calderón Hinojosa : subió el consumo de energía eléctrica. Dicho sea de paso, está en curso un movimiento social de grandes dimensiones por los abusos en las tarifas que arbitrariamente incrementa la Comisión Federal de Electricidad y los constantes cortes del servicio por Luz y Fuerza del Centro, motivo por el cual estas líneas fueron enviadas tardíamente.

Está por los suelos la credibilidad del ingeniero industrial, “especializado en economía y finanzas”, mismo que saltó a la fama porque sin que nadie se lo pidiera declaró incapaz al gobierno para tomar cualquier medida frente a la tormenta financiera que caía sobre la aldea global, mientras sus efectos no cayeran devastadoramente sobre México.

La comparecencia ante la Comisión Permanente del Congreso, a pesar de que fue esperada durante 40 días, ofreció tan pocas nueces, que los diarios remitieron la nota a las últimas páginas.

No es recomendable ser injustos con el egresado del Tecnológico de Monterrey, pues como coordinador de Gabinetes y Proyectos Especiales de la Oficina de la Presidencia de la República , destacó por realizar las delicadas tareas de llevar personalmente y por escrito las decisiones de Calderón Hinojosa sobre la presunta asignación de contratos de Petróleos Mexicanos, de acuerdo a la muy censurada y hostigada revista Contralínea .

Un último dato que proporcionó a los legisladores este improvisado funcionario, fue que de enero a junio de 2009 sólo se perdieron 258 mil puestos laborales formales y se lograron “salvar 1.1 millones”. Por el contrario, con el pretexto del “secreto bancario” eludió hablar de la generalizada mortandad de micro, pequeñas y medianas empresas, pero presumió a las más de 40 mil que son apoyadas con el Programa México.

En contrapartida, el Banco de México revisó a la alza sus pronósticos para 2009 y previó una contracción de la economía de entre 6.5 y 7.5 por ciento, tres puntos más de lo que estableció en abril; además de la pérdida de 735 mil empleos formales –a tono con las estimaciones del Instituto Mexicano del Seguro Social--, el doble de los creados por el “gobierno del empleo”; mientras que también incurrió en sensacionales descubrimientos: “la elevada dependencia de México del ciclo económico de Estados Unidos”. Ésta es producto de una estrategia deliberada y sin que Banxico hiciera nada para criticarla cuando menos. La apuesta de Guillermo Ortiz Martínez es la misma que predomina en Los Pinos, esperar y recargarse en la recuperación económica de EUA.

El tamaño del desastre económico por “una crisis que viene de fuera”, gritan a los cuatro vientos los gobernantes y sus propagandistas en la televisión duopólica y la radio oligopólica, colocó a la economía mexicana en la misma dimensión que tuvo en el segundo semestre de 2005, lo que implica un retroceso de tres años y medio. Lo anterior de acuerdo al Índice Global de la Actividad Económica.

Por si no fuera suficiente para evidenciar el desastre económico y social de los señores que ocultaron ser “un verdadero peligro para México” --por su ineptitud, abulia y corruptelas--, las remesas de los paisanos que trabajan en forma documentada e indocumentada allende el río Bravo, pasaron a ocupar el primer lugar como fuente de divisas, desplazando por primera vez la exportación de petróleo crudo.

Sólo así se comprende que hasta la Confederación Patronal de la República Mexicana , uno de los puntales para que el grupo gobernante fuera tal, ahora se deslinde y exija un cambio de modelo, como también lo hizo la Confederación de Cámaras Industriales.

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