ENCUENTRO NACIONAL POR UNA TARIFA SOCIAL
Y CONTRA LOS COBROS EXCESIVOS DE LUZ
El consumo de electricidad se ha convertido en un artículo de lujo para millones de familias mexicanas, desnaturalizando la nacionalización de la industria eléctrica que en octubre de 1960 fue elevada a rango Constitucional.
El incremento desmedido del precio de la energía eléctrica en las Tarifas Doméstica y Agrícola en los últimos 8 años, golpea la economía popular y afecta a más de 29 millones de usuarios de Comisión Federal de Electricidad y Luz y Fuerza del Centro, colocando prácticamente en huelga de pagos a millones de mexicanos quienes bimestralmente viven la disyuntiva de COMER O PAGAR SU RECIBO DE LUZ. Con ello el consumo de energía eléctrica ha perdido su carácter de servicio público, convirtiéndose en una mercancía generadora de ganancias para una docena de empresas eléctricas extranjeras.
De los 42 millones 916 mil mexicanos que trabajan, de acuerdo a los datos del INEGI, más de 15 millones (35%) perciben entre uno y dos salarios mínimos, ¿de dónde van a sacar recursos para pagar recibos de luz de miles de pesos? Más aún, cuando esta terrible disyuntiva se está dando frente a los terribles efectos de cierres de empresas y pérdidas de empleos, como resultado combinado de 26 años de neoliberalismo y de recesión económica mundial.
¿Cómo se originó el problema?
Este grave problema social se inició con la reforma de Carlos Salinas de Gortari a la Ley de Servicio Público de Energía Eléctrica de diciembre de 1992, que abrió las puertas al capital privado para invertir en la generación de energía eléctrica, contraviniendo el párrafo sexto del artículo 27 constitucional que establece la Exclusividad de la Nación en la prestación del Servicio Público de Energía Eléctrica. Y se recrudeció con Vicente Fox cuando, en febrero de 2002, redujo drásticamente el subsidio a la Tarifa Doméstica y creó una nueva Tarifa la Doméstica de Alto Consumo (DAC), lo que provocó un incremento inmediato por arriba del 230%, y acarreando como nefasto resultado que de diciembre de 2001 a julio de 2009, el precio de la Tarifa Doméstica, en sus 7 rangos, se haya incrementado en más de 117%, mientras que los salarios mínimos apenas aumentaron 35.8% en el mismo periodo.
En el caso de las tarifas domesticas 1A, 1B, 1C, 1D, 1E y 1F, en las que se ubican cerca de 13 millones de familias que viven en localidades de climas extremos (con temperaturas medias mínimas en verano de 25 a 33 grados centígrados), la situación es aún más alarmante, pues en estos casos el consumo de energía eléctrica es un asunto de sobrevivencia, por el uso generalizado de ventiladores y aire acondicionado.
Adicionalmente, como resultado de la llamada Tarifa Doméstica de Alto Consumo, el precio de la energía eléctrica de diciembre de 2001 a julio de 2009 ha crecido en más de un 419%. ¿Dónde quedó la promesa de campaña de Calderón de que reduciría el precio de la energía eléctrica? Sólo ha impulsado la privatización de la industria eléctrica y la reducción de los apoyos del gobierno hacia la población.
Lo curioso es que la participación inconstitucional del capital privado en la generación de electricidad, misma que vende a la CFE, es uno de los principales factores en el incremento mensual del precio de la electricidad, pues los Productores Independientes de Energía (PIE), que hoy controlan más de un 23% de la Capacidad Instalada de generación y arriba del 32 % de la producción eléctrica, han instalado plantas de generación que utilizan gas cotizándolo a precios internacionales, que se han incrementado fuertemente en los últimos años.
¿Qué pasa con los subsidios?
La mayoría de las tarifas eléctricas reciben subsidio, sin embargo, aplicando el artículo 31 de la Ley del Servicio Público de Energía Eléctrica, el cual faculta a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público para fijar las tarifas eléctricas, su ajuste o reestructuración, por instrucciones de Calderón, el 26 de diciembre de 2007, la Secretaría de Hacienda acordó el incremento de las tarifas de uso general en alta, media y baja tensiones, así como la tarifa de servicio doméstico de alto consumo (DAC).
El 8 de enero de 2008 el gobierno redujo en 30% el precio de las tarifas en alta y media tensión y en 5% en la comercial y en la tarifa ordinaria de media tensión. Nuevamente, el 31 de marzo de 2008, Hacienda redujo en 20% el precio de las tarifas industriales de punta y 10 % las tarifas comerciales. Y el pasado 18 de noviembre, el gobierno federal volvió a disminuir el precio de la tarifa en alta tensión. No cabe duda que Calderón sólo apoya al sector empresarial.
Pero ¿qué ha hecho para proteger los intereses del pueblo, de millones de mexicanos que dependen de un salario insuficiente y que cada mes enfrentan el dilema de pagar el costo elevado de la electricidad o atender sus necesidades más elementales? NADA. Por el contrario, se está criminalizando las luchas de los usuarios que protestan contra los cobros excesivos de energía eléctrica, como es el caso de los presos políticos de Candelaria, Campeche.
Con intenciones más propagandísticas que efectivas, el 7 de enero de 2009, el Gobierno federal anunció la reducción y congelamiento, durante 12 meses, de las tarifas industriales y comerciales en mediana y alta tensión: 20 por ciento en alta tensión, 17 por ciento en media tensión y 9 por ciento en baja tensión y comercial.
Sin embargo, en el caso de las Tarifas Domésticas las acciones oficiales son demagógicas y engañosas: entregará bonos de 1000 a 1800 pesos, por una sola vez, a unos 400 mil usuarios de electricidad, para que adquieran refrigeradores o aparatos de aire acondicionado nuevos, y se endeuden con las grandes tiendas y almacenes; así como créditos a cuatro años a tasa preferencial, que serán cobrados en los recibos de luz, dejando intactos los altísimos precios actuales.
Capítulo aparte son las Tarifas Agrícolas cuyos elevados precios golpean la economía de cientos de miles de pequeños y medianos productores del campo, que sobreviven en el marco de los nefastos efectos del Tratado de Libre Comercio. Igual suerte sufren las micro, pequeñas y medianas empresas que tienen que pagar elevados precios por la energía eléctrica.
En todos estos casos se requiere no solo rechazar la insana intención de Felipe Calderón y de su Secretario de Hacienda que está cabildeando una disminución en los subsidios en las tarifas del sector energético y por ende un incremento en el precio de las tarifas eléctricas, particularmente las domésticas y agrícolas. Por el contrario se requiere, con carácter de urgente, de desaparecer la Tarifa Doméstica de Alto Consumo (DAC) y el establecimiento de una TARIFA SOCIAL, elevando el subsidio y recuperando el sentido profundo de la prestación del servicio público de energía eléctrica, su carácter universal, justo y equitativo, para ponerlo al alcance del ingreso real de millones de mexicanos y por supuesto utilizarlo como una herramienta anti crisis y anti cíclica, que promueva el desarrollo y la recuperación económica.
En razón de lo anterior, convocamos al: Primer ENCUENTRO NACIONAL POR UNA TARIFA SOCIAL Y CONTRA DE LOS COBROS EXCESIVOS DE LUZ; a realizarse en el Auditorio del Sindicato Mexicano de Electricistas, ubicado en Av. Insurgentes Centro No. 98, casi esquina con Antonio Caso, los días 29 y 30 de agosto de este año.
¡Abajo el precio de la electricidad!
¡Por la desaparición de la tarifa Domestica de Alto Consumo!
¡Por una Tarifa Social al servicio del pueblo!
¡Por una tarifa agrícola que apoye la recuperación del campo mexicano!
Movimiento Nacional en Defensa de la Economía Popular, el Petróleo y la Soberanía, Sindicato Mexicano de Electricistas.
Responsables de la publicación: Fernando Amezcua Castillo, Secretario del Exterior del SME.
José Antonio Almazán González, Coordinación Nacional del Movimiento.
Y CONTRA LOS COBROS EXCESIVOS DE LUZ
El consumo de electricidad se ha convertido en un artículo de lujo para millones de familias mexicanas, desnaturalizando la nacionalización de la industria eléctrica que en octubre de 1960 fue elevada a rango Constitucional.
El incremento desmedido del precio de la energía eléctrica en las Tarifas Doméstica y Agrícola en los últimos 8 años, golpea la economía popular y afecta a más de 29 millones de usuarios de Comisión Federal de Electricidad y Luz y Fuerza del Centro, colocando prácticamente en huelga de pagos a millones de mexicanos quienes bimestralmente viven la disyuntiva de COMER O PAGAR SU RECIBO DE LUZ. Con ello el consumo de energía eléctrica ha perdido su carácter de servicio público, convirtiéndose en una mercancía generadora de ganancias para una docena de empresas eléctricas extranjeras.
De los 42 millones 916 mil mexicanos que trabajan, de acuerdo a los datos del INEGI, más de 15 millones (35%) perciben entre uno y dos salarios mínimos, ¿de dónde van a sacar recursos para pagar recibos de luz de miles de pesos? Más aún, cuando esta terrible disyuntiva se está dando frente a los terribles efectos de cierres de empresas y pérdidas de empleos, como resultado combinado de 26 años de neoliberalismo y de recesión económica mundial.
¿Cómo se originó el problema?
Este grave problema social se inició con la reforma de Carlos Salinas de Gortari a la Ley de Servicio Público de Energía Eléctrica de diciembre de 1992, que abrió las puertas al capital privado para invertir en la generación de energía eléctrica, contraviniendo el párrafo sexto del artículo 27 constitucional que establece la Exclusividad de la Nación en la prestación del Servicio Público de Energía Eléctrica. Y se recrudeció con Vicente Fox cuando, en febrero de 2002, redujo drásticamente el subsidio a la Tarifa Doméstica y creó una nueva Tarifa la Doméstica de Alto Consumo (DAC), lo que provocó un incremento inmediato por arriba del 230%, y acarreando como nefasto resultado que de diciembre de 2001 a julio de 2009, el precio de la Tarifa Doméstica, en sus 7 rangos, se haya incrementado en más de 117%, mientras que los salarios mínimos apenas aumentaron 35.8% en el mismo periodo.
En el caso de las tarifas domesticas 1A, 1B, 1C, 1D, 1E y 1F, en las que se ubican cerca de 13 millones de familias que viven en localidades de climas extremos (con temperaturas medias mínimas en verano de 25 a 33 grados centígrados), la situación es aún más alarmante, pues en estos casos el consumo de energía eléctrica es un asunto de sobrevivencia, por el uso generalizado de ventiladores y aire acondicionado.
Adicionalmente, como resultado de la llamada Tarifa Doméstica de Alto Consumo, el precio de la energía eléctrica de diciembre de 2001 a julio de 2009 ha crecido en más de un 419%. ¿Dónde quedó la promesa de campaña de Calderón de que reduciría el precio de la energía eléctrica? Sólo ha impulsado la privatización de la industria eléctrica y la reducción de los apoyos del gobierno hacia la población.
Lo curioso es que la participación inconstitucional del capital privado en la generación de electricidad, misma que vende a la CFE, es uno de los principales factores en el incremento mensual del precio de la electricidad, pues los Productores Independientes de Energía (PIE), que hoy controlan más de un 23% de la Capacidad Instalada de generación y arriba del 32 % de la producción eléctrica, han instalado plantas de generación que utilizan gas cotizándolo a precios internacionales, que se han incrementado fuertemente en los últimos años.
¿Qué pasa con los subsidios?
La mayoría de las tarifas eléctricas reciben subsidio, sin embargo, aplicando el artículo 31 de la Ley del Servicio Público de Energía Eléctrica, el cual faculta a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público para fijar las tarifas eléctricas, su ajuste o reestructuración, por instrucciones de Calderón, el 26 de diciembre de 2007, la Secretaría de Hacienda acordó el incremento de las tarifas de uso general en alta, media y baja tensiones, así como la tarifa de servicio doméstico de alto consumo (DAC).
El 8 de enero de 2008 el gobierno redujo en 30% el precio de las tarifas en alta y media tensión y en 5% en la comercial y en la tarifa ordinaria de media tensión. Nuevamente, el 31 de marzo de 2008, Hacienda redujo en 20% el precio de las tarifas industriales de punta y 10 % las tarifas comerciales. Y el pasado 18 de noviembre, el gobierno federal volvió a disminuir el precio de la tarifa en alta tensión. No cabe duda que Calderón sólo apoya al sector empresarial.
Pero ¿qué ha hecho para proteger los intereses del pueblo, de millones de mexicanos que dependen de un salario insuficiente y que cada mes enfrentan el dilema de pagar el costo elevado de la electricidad o atender sus necesidades más elementales? NADA. Por el contrario, se está criminalizando las luchas de los usuarios que protestan contra los cobros excesivos de energía eléctrica, como es el caso de los presos políticos de Candelaria, Campeche.
Con intenciones más propagandísticas que efectivas, el 7 de enero de 2009, el Gobierno federal anunció la reducción y congelamiento, durante 12 meses, de las tarifas industriales y comerciales en mediana y alta tensión: 20 por ciento en alta tensión, 17 por ciento en media tensión y 9 por ciento en baja tensión y comercial.
Sin embargo, en el caso de las Tarifas Domésticas las acciones oficiales son demagógicas y engañosas: entregará bonos de 1000 a 1800 pesos, por una sola vez, a unos 400 mil usuarios de electricidad, para que adquieran refrigeradores o aparatos de aire acondicionado nuevos, y se endeuden con las grandes tiendas y almacenes; así como créditos a cuatro años a tasa preferencial, que serán cobrados en los recibos de luz, dejando intactos los altísimos precios actuales.
Capítulo aparte son las Tarifas Agrícolas cuyos elevados precios golpean la economía de cientos de miles de pequeños y medianos productores del campo, que sobreviven en el marco de los nefastos efectos del Tratado de Libre Comercio. Igual suerte sufren las micro, pequeñas y medianas empresas que tienen que pagar elevados precios por la energía eléctrica.
En todos estos casos se requiere no solo rechazar la insana intención de Felipe Calderón y de su Secretario de Hacienda que está cabildeando una disminución en los subsidios en las tarifas del sector energético y por ende un incremento en el precio de las tarifas eléctricas, particularmente las domésticas y agrícolas. Por el contrario se requiere, con carácter de urgente, de desaparecer la Tarifa Doméstica de Alto Consumo (DAC) y el establecimiento de una TARIFA SOCIAL, elevando el subsidio y recuperando el sentido profundo de la prestación del servicio público de energía eléctrica, su carácter universal, justo y equitativo, para ponerlo al alcance del ingreso real de millones de mexicanos y por supuesto utilizarlo como una herramienta anti crisis y anti cíclica, que promueva el desarrollo y la recuperación económica.
En razón de lo anterior, convocamos al: Primer ENCUENTRO NACIONAL POR UNA TARIFA SOCIAL Y CONTRA DE LOS COBROS EXCESIVOS DE LUZ; a realizarse en el Auditorio del Sindicato Mexicano de Electricistas, ubicado en Av. Insurgentes Centro No. 98, casi esquina con Antonio Caso, los días 29 y 30 de agosto de este año.
¡Abajo el precio de la electricidad!
¡Por la desaparición de la tarifa Domestica de Alto Consumo!
¡Por una Tarifa Social al servicio del pueblo!
¡Por una tarifa agrícola que apoye la recuperación del campo mexicano!
Movimiento Nacional en Defensa de la Economía Popular, el Petróleo y la Soberanía, Sindicato Mexicano de Electricistas.
Responsables de la publicación: Fernando Amezcua Castillo, Secretario del Exterior del SME.
José Antonio Almazán González, Coordinación Nacional del Movimiento.
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