Teodoro Rentería Arróyave
Desde que se empezó a desgastar en nuestro país la figura presidencial y no acertamos a cambiar hasta ahora el régimen despectivamente llamado “presidencialista”, es común que los funcionarios caigan una y otra vez en contradicciones por padecer de ese mal endémico de la incontinencia verbal.
El problema se agudiza conforme se va subiendo en la escala social, como dicen los clásicos, o para ser más precisos como va en aumento la importancia de los puestos públicos, y conste que no nos referimos a la responsabilidad inherente a los mismos.
En ese contexto se ubica lo ocurrido el pasado sábado, cuando entraron en contradicción el propio presidente de la República, Felipe Calderón Hinojosa y el nada menos que su empleado Agustín Carstens Cartens, secretario no de estado, sino del despacho de Hacienda y Crédito Público.
El Jefe del Ejecutivo, como siempre, peca de optimista en cuando a la cada días más grave situación económica del país; contradictorio el secretario de Hacienda nos presenta un panorama terrible no para mañana, sino para hoy mismo, cuando asegura que “el futuro nos alcanzó”, que quiere decir, que estamos peor de lo que se había declarado.
La perdida brutal de empleos; el nulo crecimiento, México será el segundo país con ningún crecimiento en el mundo según analistas; el recorte de 85 mil millones al gasto público y otras lindezas son nada comparados con el panorama expuesto por Carstens Carstens.
“El futuro nos alcanzo”, México está sumido en el peor shock financiero de los últimos 30 años, afirmó el secretario de Hacienda y Crédito Público, Agustín Carstens Carstens, durante su participación en las audiencias públicas en materia económica que organiza el Senado de la República.
Mientras tanto, en inentendible contradicción y como siempre optimista, el presidente Felipe Calderón Hinojosa señaló que “las adversidades que ha enfrentado nuestro país en materia económica y otros ámbitos han hecho a México más fuerte”. “No entender”, como dijera el gringo ladino.
El funcionario encargado de las finanzas nacionales adelantó que en el 2010 habrá endeudamiento moderado y cambios fiscales, así como una reducción en el gasto que implica la desaparición de algunos programas.
Por lo pronto la crisis económica en México obligó a la Secretaria de Salud a recortar su presupuesto 5 mil millones de pesos, reconoció su titular José Ángel Córdova Villalobos; afortunadamente aseguró que no se afectará la planta laboral, el abasto de medicamentos y la investigación médica.
Y el Ejecutivo federal, en esa misma línea, aseguró que luego de dejar atrás lo más difícil de la crisis mundial, existen nuevas oportunidades de crecimiento y desarrollo para nuestro país.
No se entiende nada cuando ambos son contradictorios en todo: en la proporción del problema económico que sume al país en una pobreza nunca antes vista, en la realidad misma de la situación donde escasean los recursos para afrontarlas y lo más grave, que presidente y secretario de despacho, no sean capaces en ponerse de acuerdo para atender y solucionar esta crisis agobiante que puede provocar conflictos sociales de proporciones mayúsculas.
*** IMPORTANTE *** Revoluciones es un proyecto de información alternativa sin fines de lucro, para mantenernos en línea requerimos de tu apoyo. Puedes ayudarnos haciendo un deposito bancario, por mínimo que sea, hazlo en el banco HSBC, al número de cuenta 6271254999 a nombre de Samuel R. García o en transferencia electrónica abonando al número Clabe: 021180062712549990. Gracias.
Desde que se empezó a desgastar en nuestro país la figura presidencial y no acertamos a cambiar hasta ahora el régimen despectivamente llamado “presidencialista”, es común que los funcionarios caigan una y otra vez en contradicciones por padecer de ese mal endémico de la incontinencia verbal.
El problema se agudiza conforme se va subiendo en la escala social, como dicen los clásicos, o para ser más precisos como va en aumento la importancia de los puestos públicos, y conste que no nos referimos a la responsabilidad inherente a los mismos.
En ese contexto se ubica lo ocurrido el pasado sábado, cuando entraron en contradicción el propio presidente de la República, Felipe Calderón Hinojosa y el nada menos que su empleado Agustín Carstens Cartens, secretario no de estado, sino del despacho de Hacienda y Crédito Público.
El Jefe del Ejecutivo, como siempre, peca de optimista en cuando a la cada días más grave situación económica del país; contradictorio el secretario de Hacienda nos presenta un panorama terrible no para mañana, sino para hoy mismo, cuando asegura que “el futuro nos alcanzó”, que quiere decir, que estamos peor de lo que se había declarado.
La perdida brutal de empleos; el nulo crecimiento, México será el segundo país con ningún crecimiento en el mundo según analistas; el recorte de 85 mil millones al gasto público y otras lindezas son nada comparados con el panorama expuesto por Carstens Carstens.
“El futuro nos alcanzo”, México está sumido en el peor shock financiero de los últimos 30 años, afirmó el secretario de Hacienda y Crédito Público, Agustín Carstens Carstens, durante su participación en las audiencias públicas en materia económica que organiza el Senado de la República.
Mientras tanto, en inentendible contradicción y como siempre optimista, el presidente Felipe Calderón Hinojosa señaló que “las adversidades que ha enfrentado nuestro país en materia económica y otros ámbitos han hecho a México más fuerte”. “No entender”, como dijera el gringo ladino.
El funcionario encargado de las finanzas nacionales adelantó que en el 2010 habrá endeudamiento moderado y cambios fiscales, así como una reducción en el gasto que implica la desaparición de algunos programas.
Por lo pronto la crisis económica en México obligó a la Secretaria de Salud a recortar su presupuesto 5 mil millones de pesos, reconoció su titular José Ángel Córdova Villalobos; afortunadamente aseguró que no se afectará la planta laboral, el abasto de medicamentos y la investigación médica.
Y el Ejecutivo federal, en esa misma línea, aseguró que luego de dejar atrás lo más difícil de la crisis mundial, existen nuevas oportunidades de crecimiento y desarrollo para nuestro país.
No se entiende nada cuando ambos son contradictorios en todo: en la proporción del problema económico que sume al país en una pobreza nunca antes vista, en la realidad misma de la situación donde escasean los recursos para afrontarlas y lo más grave, que presidente y secretario de despacho, no sean capaces en ponerse de acuerdo para atender y solucionar esta crisis agobiante que puede provocar conflictos sociales de proporciones mayúsculas.
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