Van 6 millones de pobres más en dos años

Carlos Fernández-Vega / México SA

Poder adquisitivo, por los suelos


Menos empleo, pérdida del poder adquisitivo del salario e incremento en los precios de los alimentos de la canasta básica son causas definidas en el aumento de los niveles de pobreza en el país, y el costo concreto se traduce en 6 millones adicionales de pobres en sólo dos años (algo así como 8 mil 200 por día en ese lapso). Los precios de los productos incluidos en la canasta básica crecen a un ritmo mayor que los de la inflación general, mientras los salarios caen o, en el mejor de los casos, no reportan aumentos reales.

La canasta básica que considera el Banco de México se compone por 80 bienes y servicios agrupados en siete categorías: alimentos, bebidas y tabaco; vivienda; muebles, aparatos y accesorios domésticos; salud y cuidado personal; transporte; y educación y esparcimiento, cuyos precios, en la mayoría de los casos, holgadamente superaron la inflación general, con lo que ni por aproximación el grueso de los mexicanos puede darse el lujo de "vivir mejor", como reza la propaganda oficial.

Este panorama, si bien reforzado con la presencia del "catarrito", no se limita al último par de años, y de ello da cuenta el Centro de Estudios de las Finanzas Públicas, por medio de su análisis La evolución de los precios de la canasta básica y su impacto en los salarios y el empleo, el cual subraya que "a pesar de que la inflación mostró una tendencia a la baja hasta 2006, a partir de 2007 se observó un repunte de la misma. En estos últimos años se aprecia que el precio de los bienes de la canasta básica han mostrado un mayor incremento que el del índice general; situación que se explica, en parte, por el incremento en los precios internacionales de las materias primas y los energéticos, además de la volatilidad observada recientemente en el tipo de cambio. Algunos de los bienes y servicios que componen la canasta básica y cuyos precios se incrementaron significativamente en el periodo 2000-2008 fueron: electricidad; aceites y grasas vegetales comestibles; gas doméstico; tortilla de maíz, y anticonceptivos y hormonales. En tanto que los bienes que observaron una reducción de su precio en ese periodo fueron: el servicio telefónico local y el de larga distancia nacional; los focos y las planchas eléctricas".

El impacto del aumento de los precios de la canasta básica en los salarios se observa a través de las variaciones del poder adquisitivo, esto es, en el incremento o reducción del salario real que es el valor que resulta de dividir el salario nominal entre el índice de precios; representa la cantidad de bienes que un trabajador puede adquirir con su salario y corresponde a su poder adquisitivo, es decir, la cantidad de compra de bienes y servicios que tienen los individuos a través de los sueldos y salarios que perciben.

Los salarios nominales han venido mostrando una tendencia al alza, aunque se observa que el salario mínimo general ha crecido menos que el salario medio de cotización al IMSS; entre 2000 y 2008, la tasa de crecimiento promedio anual del salario mínimo general fue de 4.73 por ciento, en tanto que la tasa de crecimiento del salario medio de cotización al IMSS fue de 6.85 por ciento.

En el periodo 2000-2008 se observa que el salario mínimo general perdió su poder adquisitivo con relación a la canasta básica; en tanto que el salario medio de cotización al IMSS incrementó su poder de compra, aunque en los últimos años se mantuvo casi constante, lo que se explica por el mayor incremento que registraron los componentes del salario medio nominal de cotización del IMSS en comparación con el salario mínimo general. De enero de 2008 a marzo de 2009 los componentes del salario medio de cotización al IMSS presentaron variaciones mixtas.

Así, mientras en diciembre de 2003 un salario mínimo general compraba 9.440 kilogramos de tortillas en el supermercado, para abril de 2009 con dicho salario sólo alcanzaba para adquirir 7.710 kilogramos, lo que implicó una pérdida de 1.730 kilogramos de tortilla, equivalente a una caída superior a 18 por ciento. En el caso del arroz Morelos, la cantidad comprada pasó de 6.590 a 3.350 kilogramos, con lo cual se dejaron de adquirir 3.250 kilogramos de arroz en el periodo señalado, es decir, una baja cercana a 50 por ciento. Mientras que en diciembre de 2003 se compraba 4.350 kilogramos de frijol negro, en abril de 2009 sólo se alcanzó a comprar 2.390 kilogramos con un mini salario, lo que implicó una pérdida de 1.960 kilogramos de dicho producto (45 por ciento menos). Casos similares se registran en alimentos como pollo entero, carne de cerdo y res, aceite, huevo rojo y sardina.

Por lo que toca al empleo, se observa que entre el cierre de 2000 y el cierre del primer trimestre de 2009 la población económicamente activa se incrementó en 5 millones 878 mil 832 personas, de las cuales 46.41 por ciento se ubicó en el sector formal, 30.23 por ciento en el informal y el restante 23.36 por ciento en la desocupación. El aumento en el número de trabajadores permanentes y eventuales urbanos asegurados en el Instituto Mexicano del Seguro Social en el lapso referido fue de un millón 494 mil 114 personas, lo que representó una cobertura de sólo 25.42 por ciento del incremento de la PEA.

Para el cierre de 2008 había un total de 14.17 millones de trabajadores asegurados en el IMSS. En ese periodo, la tasa de crecimiento promedio anual de trabajadores registrados en el IMSS fue de 1.60 por ciento; para el caso de los permanentes, de 1.40 por ciento, y para los eventuales urbanos, de 3.44 por ciento. Al concluir el primer semestre de 2009 ese total se redujo a 13.87 millones (307 mil menos que en diciembre de 2008). Además, indica, en el periodo 2000-2009 se observa un cambio en la estructura del mercado laboral: cada vez gana mayor participación la contratación eventual que, generalmente, se caracteriza por inestabilidad en el lugar de trabajo, salarios reducidos y bajas o nulas prestaciones y acceso a la seguridad social. La fuerza laboral se encuentra en un proceso de concentración en el sector de los servicios, en tanto que la ocupada en el sector industrial ha venido reduciendo su participación, mientras la ocupada en el sector agropecuario casi se mantiene constante. En síntesis, avanza el desempleo y la ocupación en el sector informal, al tiempo que se reduce la ocupación en el sector formal.

Las rebanadas del pastel

Pero qué más da, si la crisis se supera con PAN, circo y ratoncitos verdes.

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