Teodoro Rentería Arróyave
Cual escenario de pelea de gallos, por naturaleza circular y por lo tanto reentrante porque no aciertan a salir del mismo, se convirtió desde el mismo momento en que se inició, el sexenio de Felipe Calderón Hinojosa; su proclividad a la confrontación así lo acredita.
Confrontado con todos: con los partidos políticos; con las Organizaciones No Gubernamentales, ONGs; con la mayoría de los sindicatos y organizaciones sociales; con una disidencia magisterial, que cada vez toma más impulso; con las universidades públicas, a las que golpea en su economía por meras cuestiones ideológicas.
Confrontado, además, con un enemigo de mil cabezas, al “declarar una guerra” sin sentido al narco que ha dejado ya más de 14 mil muertos, confronta y divide a su mismo Partido Acción Nacional, y ahora confronta a dos estados por “la obra del sexenio”: la nueva refinería de Petróleos Mexicanos.
Confrontado con las fuerzas opositoras por lo magros márgenes en las elecciones del 2 de julio de 2006, la toma de posesión de Calderón Hinojosa se dio en un ambiente de confrontación que estuvo a punto de desbordarse.
No obstante las raquíticas alianzas para gobernar, han continuado con esa tozuda actitud, prueba irrefutable es la estrategia de campaña del Partido Acción Nacional o de Los Pinos para las elecciones de medio sexenio, misma que se basó en la confrontación con los resultados de vergonzosa e infamante derrota que provocó la caída como líder nacional del PAN de su operador, Germán Martínez Cázares, quien sin pudor alguno se hace un “fiestononón” de despedida en Guanajuato para más de 7 mil 500 comensales y en la misma insiste en “guanajuatizar” al país, simple, está cavando la tumba de su presunto sucesor, César Nava Vázquez, inclusive antes, de su ahora improbable entronización. Por lo pronto ya fue deslegitimizado al dejarlo sólo en la contienda con el estigma del candidato “de dedo”, obvio, presidencial.
Sólo para el recuerdo, tres secretarios de Gobernación y los tres bravucones: Francisco Ramírez Acuña, quien ahora se confronta con su antiguo jefe en sus ansias de ser el líder del rebaño panista en la Cámara de Diputados, cuando aún no tiene ni asegurada la curul, se confrontó con la oposición desde aquella malhadada orden de “corte” a la transmisión de la señal de televisión en cadena nacional del primer Informe de Gobierno del presidente Felipe Calderón, cuando la legisladora perredista Ruth Zavaleta, presidenta de la Cámara Diputados, tomó la palabra.
El finado Juan Camilo Mouriño Terrazo se confrontó por los nunca aclarados contratos con PEMEX que favorecieron a su familia y particularmente con el Poder Legislativo al descubrirse que el Centro de Investigación y Seguridad Nacional, Cisen, espiaba a diputados y senadores. El actual, el rijoso Fernando Gómez Mont, hizo celebre su frase “broncuda” dirigida a los narcos de “La Familia de Michoacán”: “Señores los estamos esperando, métanse con la autoridad y no con los ciudadanos”.
Para terminar, y sólo para favorecer al gobierno panista de Guanajuato, confronta a este estado con el priísta de Hidalgo por la millonaria construcción de la nueva refinería de Petróleos Mexicanos. Determinada la ciudad de Tula como lugar conveniente para el complejo petrolero, primero provoca la especulación en la venta de los terrenos y ahora sale con el disparate de que la primera entidad que entregue las 700 hectáreas, se llevará el premio gordo.
Sin necesidad alguna, el gobierno de confrontación de Felipe Calderón Hinojosa, inicia una nueva confrontación, seguramente la más grave, con el grupo mayoritario de la nueva legislatura de la Cámara de Diputados, el del triunfante Partido Revolucionario Institucional. ¿Podrá Calderón Hinojosa gobernar en absurda y continua confrontación? Esa es la disyuntiva, que no sólo afecta al grupo gobernante, sino a todo el país.
*** IMPORTANTE *** Revoluciones es un proyecto de información alternativa sin fines de lucro, para mantenernos en línea requerimos de tu apoyo. Puedes ayudarnos haciendo un deposito bancario, por mínimo que sea, hazlo en el banco HSBC, al número de cuenta 6271254999 a nombre de Samuel R. García o en transferencia electrónica abonando al número Clabe: 021180062712549990. Gracias.
Cual escenario de pelea de gallos, por naturaleza circular y por lo tanto reentrante porque no aciertan a salir del mismo, se convirtió desde el mismo momento en que se inició, el sexenio de Felipe Calderón Hinojosa; su proclividad a la confrontación así lo acredita.
Confrontado con todos: con los partidos políticos; con las Organizaciones No Gubernamentales, ONGs; con la mayoría de los sindicatos y organizaciones sociales; con una disidencia magisterial, que cada vez toma más impulso; con las universidades públicas, a las que golpea en su economía por meras cuestiones ideológicas.
Confrontado, además, con un enemigo de mil cabezas, al “declarar una guerra” sin sentido al narco que ha dejado ya más de 14 mil muertos, confronta y divide a su mismo Partido Acción Nacional, y ahora confronta a dos estados por “la obra del sexenio”: la nueva refinería de Petróleos Mexicanos.
Confrontado con las fuerzas opositoras por lo magros márgenes en las elecciones del 2 de julio de 2006, la toma de posesión de Calderón Hinojosa se dio en un ambiente de confrontación que estuvo a punto de desbordarse.
No obstante las raquíticas alianzas para gobernar, han continuado con esa tozuda actitud, prueba irrefutable es la estrategia de campaña del Partido Acción Nacional o de Los Pinos para las elecciones de medio sexenio, misma que se basó en la confrontación con los resultados de vergonzosa e infamante derrota que provocó la caída como líder nacional del PAN de su operador, Germán Martínez Cázares, quien sin pudor alguno se hace un “fiestononón” de despedida en Guanajuato para más de 7 mil 500 comensales y en la misma insiste en “guanajuatizar” al país, simple, está cavando la tumba de su presunto sucesor, César Nava Vázquez, inclusive antes, de su ahora improbable entronización. Por lo pronto ya fue deslegitimizado al dejarlo sólo en la contienda con el estigma del candidato “de dedo”, obvio, presidencial.
Sólo para el recuerdo, tres secretarios de Gobernación y los tres bravucones: Francisco Ramírez Acuña, quien ahora se confronta con su antiguo jefe en sus ansias de ser el líder del rebaño panista en la Cámara de Diputados, cuando aún no tiene ni asegurada la curul, se confrontó con la oposición desde aquella malhadada orden de “corte” a la transmisión de la señal de televisión en cadena nacional del primer Informe de Gobierno del presidente Felipe Calderón, cuando la legisladora perredista Ruth Zavaleta, presidenta de la Cámara Diputados, tomó la palabra.
El finado Juan Camilo Mouriño Terrazo se confrontó por los nunca aclarados contratos con PEMEX que favorecieron a su familia y particularmente con el Poder Legislativo al descubrirse que el Centro de Investigación y Seguridad Nacional, Cisen, espiaba a diputados y senadores. El actual, el rijoso Fernando Gómez Mont, hizo celebre su frase “broncuda” dirigida a los narcos de “La Familia de Michoacán”: “Señores los estamos esperando, métanse con la autoridad y no con los ciudadanos”.
Para terminar, y sólo para favorecer al gobierno panista de Guanajuato, confronta a este estado con el priísta de Hidalgo por la millonaria construcción de la nueva refinería de Petróleos Mexicanos. Determinada la ciudad de Tula como lugar conveniente para el complejo petrolero, primero provoca la especulación en la venta de los terrenos y ahora sale con el disparate de que la primera entidad que entregue las 700 hectáreas, se llevará el premio gordo.
Sin necesidad alguna, el gobierno de confrontación de Felipe Calderón Hinojosa, inicia una nueva confrontación, seguramente la más grave, con el grupo mayoritario de la nueva legislatura de la Cámara de Diputados, el del triunfante Partido Revolucionario Institucional. ¿Podrá Calderón Hinojosa gobernar en absurda y continua confrontación? Esa es la disyuntiva, que no sólo afecta al grupo gobernante, sino a todo el país.
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