El PAN se desplomó en su votación y el PRD se hundió aún más
Alonso Urrutia, Fabiola Martínez y Jesús Aranda / La Jornada
Tras casi 12 años de haber perdido el control de la Cámara de Diputados, el Partido Revolucionario Institucional (PRI) se perfila para recuperar la mayoría absoluta. Hasta anoche mantenía la ventaja en 182 distritos de mayoría y se proyectaba sumar alrededor de 77 legisladores de representación proporcional para llegar a 259, esto es, ocho más del nivel que requiere para ser la principal fuerza en San Lázaro, en alianza con el Partido Verde Ecologista de México (PVEM).
Al cierre de la edición, con 74 por ciento de casillas computadas, el tricolor tenía 9 millones 213 mil 807 votos, equivalentes a 35.93 por ciento del total. En tanto, el Partido Acción Nacional (PAN) se desplomó en su votación, pues sumaba 7 millones 42 mil 611 sufragios, esto es, 27.47 por ciento de los votos de la jornada de este domingo, que sólo le permitieron aventajar en 74 de los 300 distritos electorales en disputa.
Proyecciones preliminares indicaban que el blanquiazul podría obtener, vía representación proporcional, 66 legisladores que, sumados a los 74 distritos donde mantenía la delantera hasta anoche, sumarían una bancada de 140, lejos de los 206 panistas que integran la actual legislatura.
Se ocultó el sol
Por su parte, el Partido de la Revolución Democrática (PRD) contaba con 3 millones 157 mil 287 votos, equivalentes a 12.22 por ciento de los sufragios emitidos, lo que le permitía –hasta el cierre de esta edición– mantener la delantera en 41 distritos. Con estas cifras, cálculos extraoficiales apuntaban que lograría una fracción parlamentaria de 73 legisladores, 32 de representación proporcional, lejos de los 126 que tiene actualmente.
Conforme a los datos del Programa de Resultados Electorales Preliminares (PREP) del Instituto Federal Electoral (IFE), al cierre de esta edición y de acuerdo con las proyecciones, el PRI aventajaba en 182 distritos en todo el país –50 en coalición con el PVEM–, lo que representa prácticamente triplicar el número de victorias que logró en 2006, cuando tuvo la peor participación electoral en su historia, en la que sólo ganó 63 curules por mayoría.
En contraste, los datos apuntaban hacia un retroceso importante en las victorias de Acción Nacional, pues de las 137 alcanzadas en 2006 el PREP arrojaba que en esta ocasión sólo llevaba la delantera en 74 distritos, esto es, poco menos de la mitad de sus triunfos de mayoría relativa alcanzados hace tres años.
El mayor descenso en triunfos a nivel distrital lo registró el PRD, toda vez que, al amparo de la candidatura presidencial de Andrés Manuel López Obrador ganó en 2006, 90 distritos de mayoría. Las cifras del PREP le daban la delantera en 41 distritos, 67 menos que hace tres años, cuando se registró la más importante participación que haya tenido la izquierda en la historia.
Incluso en su principal bastión, la capital, el sol azteca registró un virtual desplome en las preferencias electorales, toda vez que en los comicios de 2006 el perredismo capitalino alcanzó 51.44 por ciento de los votos y al cierre de esta edición sólo mantenía la preferencia de 24.89 por ciento de los capitalinos, en tanto que el Partido del Trabajo (PT) tenía una tendencia de 10 puntos. El petismo, en su alianza con Convergencia, registraba ventaja en tres distritos.
Otro dato relevante de la elección fue el incremento del PVEM, cuyas campañas ilegales asociadas a los consorcios televisivos –que en Televisa le permitieron triplicar su presencia en espots en casi todo junio– le rindieron frutos al ubicarse en 7.08 por ciento. A su vez, el PT, que sustentó su campaña en la figura de López Obrador, consiguió 3.88 por ciento, en tanto que su aliado, Convergencia, se aproximaba al límite mínimo necesario para conservar el registro, pues tenía apenas 2.51 por ciento.
En tanto, el Partido Nueva Alianza (Panal), apuntalado en la estructura del sindicato magisterial, si bien retrocedió de manera importante, alcanzó 3.44 por ciento del total, frente a 4.54 de 2006. A su vez, el Partido Social Demócrata estaba anoche en la antesala de perder el registro, porque solamente había obtenido 1.13 por ciento, lejos del 2 por ciento que es el requisito legal para ello.
El PRI apuntaló su victoria general en los comicios federales en las entidades en las que gobierna, donde sus porcentajes de votación fueron elevados, al punto de que, por ejemplo, en Coahuila osciló en 60 por ciento de votos, donde regresaron los tiempos del carro completo y obtuvo los siete distritos en disputa.
Estado clave por el volumen de votantes –el más elevado de todo el país– y por las aspiraciones de su gobernador, Enrique Peña Nieto, en el estado de México, donde el PAN realizó mayores denuncias de irregularidades, el priísmo estaba arriba en 30 de los 40 distritos en juego, avanzando inclusive en el llamado corredor azul, ubicado en los municipios de Tlanepantla, Naucalpan, Atizapán y Huixquilucan, entre otros. Sin embargo, el priísmo también avanzó sustancialmente en los bastiones perredistas al oriente de la ciudad de México, pues llevaba la delantera en distritos de Nezahualcóyotl y Ecatepec, que habían dado importantes victorias al PRD en los últimos comicios.
Otras entidades con administraciones priístas también apuntaban a otorgar carro completo al tricolor: en Tamaulipas, con casi 50 por ciento de los votos a su favor, el PRI proyectaba ganar los ocho distritos en juego; en Hidalgo tenía más de 40 por ciento de la votación y los siete distritos en disputa; en Quintana Roo, 43 por ciento de votación casi le aseguraba los tres distritos de la entidad; en Oaxaca, 40 por ciento de los votos le eran suficientes para mantener la delantera en los 11 distritos de esa entidad.
El priísmo también avanzó en entidades bajo control panista, señaladamente en Morelos, donde recientemente se produjo el relevo forzado de los jefes policiacos. Ahí, el tricolor se aprestaba a arrebatarle al panismo los cinco distritos en disputa, aunque con un porcentaje de sólo 30 por ciento. El PRI también avanzó en Jalisco, donde tenía la delantera en siete de los 19 distritos electorales de la entidad y disputaba los 12 restantes.
En contraste, quienes registraron retrocesos drásticos en la contienda de ayer fueron los dos partidos que disputaron cerradamente la Presidencia en 2006: PAN y PRD. El panismo retrocedió prácticamente en todo el país, aunque pudo contener la caída en contadas entidades, como Guanajuato.
Considerada por su dirigente, Germán Martínez, como ejemplo a seguir bajo la metáfora de "guanajuatizar" el país, en esta entidad Acción Nacional pudo detener el avance priísta, pues obtuvo 43 por ciento de los votos, el porcentaje más elevado que logró y que le perfilaba para ganar los 14 distritos en disputa.
Baja California fue otra de las entidades gobernadas por el blanquiazul donde pudo retener su predominio político, pues los datos del PREP auguraban que podría ganar los siete distritos de ese estado. En Tlaxcala, el PAN se proyectaba para ganar dos de los tres distritos en juego.
Sin embargo, no todos los estados que gobierna rindieron buenas cuentas al panismo pues, además de Morelos, en San Luis Potosí –donde estaba en juego la gubernatura– sólo se ubicaba en primer lugar en dos de los siete distritos, disputando el resto con el tricolor.
Querétaro, todavía con gobierno del PAN, también resintió la lucha por la gubernatura, pues de los cuatro el panismo sólo aventajaba con relativa tranquilidad en uno y los otros tres estaban peleados cerradamente.
En el caso del Partido de la Revolución Democrática se registró un virtual desplome en su presencia electoral, pues proporcionalmente pasó del 28 por ciento que en 2006 obtuvo la coalición Por el Bien de Todos en la elección de diputados, a sólo 12 por ciento, lo que se reflejó en la pérdida de distritos.
Destaca que la mitad de los votos obtenidos por esa fuerza se concentraron en el Distrito Federal y el estado de México, aunque solamente se reflejaron en victorias masivas en la capital, pero ya no en las proporciones de antaño, pues, a diferencia de porcentajes que oscilaban alrededor de 40 por ciento o más en 2006, al cierre de la edición el sol azteca tenía sólo 24.89 por ciento de los votos en el Distrito Federal, afectado fundamentalmente por el avance sustancial de su ex aliado el PT.
En las entidades con gobiernos perredistas, Zacatecas registró un buen saldo, pues a pesar de la disputa con el Partido del Trabajo –entonces partido coaligado– el perredismo mantuvo las preferencias en torno a 34 por ciento, lo que le permitiría el triunfo en los cuatro distritos en disputa.
Alonso Urrutia, Fabiola Martínez y Jesús Aranda / La Jornada
Tras casi 12 años de haber perdido el control de la Cámara de Diputados, el Partido Revolucionario Institucional (PRI) se perfila para recuperar la mayoría absoluta. Hasta anoche mantenía la ventaja en 182 distritos de mayoría y se proyectaba sumar alrededor de 77 legisladores de representación proporcional para llegar a 259, esto es, ocho más del nivel que requiere para ser la principal fuerza en San Lázaro, en alianza con el Partido Verde Ecologista de México (PVEM).
Al cierre de la edición, con 74 por ciento de casillas computadas, el tricolor tenía 9 millones 213 mil 807 votos, equivalentes a 35.93 por ciento del total. En tanto, el Partido Acción Nacional (PAN) se desplomó en su votación, pues sumaba 7 millones 42 mil 611 sufragios, esto es, 27.47 por ciento de los votos de la jornada de este domingo, que sólo le permitieron aventajar en 74 de los 300 distritos electorales en disputa.
Proyecciones preliminares indicaban que el blanquiazul podría obtener, vía representación proporcional, 66 legisladores que, sumados a los 74 distritos donde mantenía la delantera hasta anoche, sumarían una bancada de 140, lejos de los 206 panistas que integran la actual legislatura.
Se ocultó el sol
Por su parte, el Partido de la Revolución Democrática (PRD) contaba con 3 millones 157 mil 287 votos, equivalentes a 12.22 por ciento de los sufragios emitidos, lo que le permitía –hasta el cierre de esta edición– mantener la delantera en 41 distritos. Con estas cifras, cálculos extraoficiales apuntaban que lograría una fracción parlamentaria de 73 legisladores, 32 de representación proporcional, lejos de los 126 que tiene actualmente.
Conforme a los datos del Programa de Resultados Electorales Preliminares (PREP) del Instituto Federal Electoral (IFE), al cierre de esta edición y de acuerdo con las proyecciones, el PRI aventajaba en 182 distritos en todo el país –50 en coalición con el PVEM–, lo que representa prácticamente triplicar el número de victorias que logró en 2006, cuando tuvo la peor participación electoral en su historia, en la que sólo ganó 63 curules por mayoría.
En contraste, los datos apuntaban hacia un retroceso importante en las victorias de Acción Nacional, pues de las 137 alcanzadas en 2006 el PREP arrojaba que en esta ocasión sólo llevaba la delantera en 74 distritos, esto es, poco menos de la mitad de sus triunfos de mayoría relativa alcanzados hace tres años.
El mayor descenso en triunfos a nivel distrital lo registró el PRD, toda vez que, al amparo de la candidatura presidencial de Andrés Manuel López Obrador ganó en 2006, 90 distritos de mayoría. Las cifras del PREP le daban la delantera en 41 distritos, 67 menos que hace tres años, cuando se registró la más importante participación que haya tenido la izquierda en la historia.
Incluso en su principal bastión, la capital, el sol azteca registró un virtual desplome en las preferencias electorales, toda vez que en los comicios de 2006 el perredismo capitalino alcanzó 51.44 por ciento de los votos y al cierre de esta edición sólo mantenía la preferencia de 24.89 por ciento de los capitalinos, en tanto que el Partido del Trabajo (PT) tenía una tendencia de 10 puntos. El petismo, en su alianza con Convergencia, registraba ventaja en tres distritos.
Otro dato relevante de la elección fue el incremento del PVEM, cuyas campañas ilegales asociadas a los consorcios televisivos –que en Televisa le permitieron triplicar su presencia en espots en casi todo junio– le rindieron frutos al ubicarse en 7.08 por ciento. A su vez, el PT, que sustentó su campaña en la figura de López Obrador, consiguió 3.88 por ciento, en tanto que su aliado, Convergencia, se aproximaba al límite mínimo necesario para conservar el registro, pues tenía apenas 2.51 por ciento.
En tanto, el Partido Nueva Alianza (Panal), apuntalado en la estructura del sindicato magisterial, si bien retrocedió de manera importante, alcanzó 3.44 por ciento del total, frente a 4.54 de 2006. A su vez, el Partido Social Demócrata estaba anoche en la antesala de perder el registro, porque solamente había obtenido 1.13 por ciento, lejos del 2 por ciento que es el requisito legal para ello.
El PRI apuntaló su victoria general en los comicios federales en las entidades en las que gobierna, donde sus porcentajes de votación fueron elevados, al punto de que, por ejemplo, en Coahuila osciló en 60 por ciento de votos, donde regresaron los tiempos del carro completo y obtuvo los siete distritos en disputa.
Estado clave por el volumen de votantes –el más elevado de todo el país– y por las aspiraciones de su gobernador, Enrique Peña Nieto, en el estado de México, donde el PAN realizó mayores denuncias de irregularidades, el priísmo estaba arriba en 30 de los 40 distritos en juego, avanzando inclusive en el llamado corredor azul, ubicado en los municipios de Tlanepantla, Naucalpan, Atizapán y Huixquilucan, entre otros. Sin embargo, el priísmo también avanzó sustancialmente en los bastiones perredistas al oriente de la ciudad de México, pues llevaba la delantera en distritos de Nezahualcóyotl y Ecatepec, que habían dado importantes victorias al PRD en los últimos comicios.
Otras entidades con administraciones priístas también apuntaban a otorgar carro completo al tricolor: en Tamaulipas, con casi 50 por ciento de los votos a su favor, el PRI proyectaba ganar los ocho distritos en juego; en Hidalgo tenía más de 40 por ciento de la votación y los siete distritos en disputa; en Quintana Roo, 43 por ciento de votación casi le aseguraba los tres distritos de la entidad; en Oaxaca, 40 por ciento de los votos le eran suficientes para mantener la delantera en los 11 distritos de esa entidad.
El priísmo también avanzó en entidades bajo control panista, señaladamente en Morelos, donde recientemente se produjo el relevo forzado de los jefes policiacos. Ahí, el tricolor se aprestaba a arrebatarle al panismo los cinco distritos en disputa, aunque con un porcentaje de sólo 30 por ciento. El PRI también avanzó en Jalisco, donde tenía la delantera en siete de los 19 distritos electorales de la entidad y disputaba los 12 restantes.
En contraste, quienes registraron retrocesos drásticos en la contienda de ayer fueron los dos partidos que disputaron cerradamente la Presidencia en 2006: PAN y PRD. El panismo retrocedió prácticamente en todo el país, aunque pudo contener la caída en contadas entidades, como Guanajuato.
Considerada por su dirigente, Germán Martínez, como ejemplo a seguir bajo la metáfora de "guanajuatizar" el país, en esta entidad Acción Nacional pudo detener el avance priísta, pues obtuvo 43 por ciento de los votos, el porcentaje más elevado que logró y que le perfilaba para ganar los 14 distritos en disputa.
Baja California fue otra de las entidades gobernadas por el blanquiazul donde pudo retener su predominio político, pues los datos del PREP auguraban que podría ganar los siete distritos de ese estado. En Tlaxcala, el PAN se proyectaba para ganar dos de los tres distritos en juego.
Sin embargo, no todos los estados que gobierna rindieron buenas cuentas al panismo pues, además de Morelos, en San Luis Potosí –donde estaba en juego la gubernatura– sólo se ubicaba en primer lugar en dos de los siete distritos, disputando el resto con el tricolor.
Querétaro, todavía con gobierno del PAN, también resintió la lucha por la gubernatura, pues de los cuatro el panismo sólo aventajaba con relativa tranquilidad en uno y los otros tres estaban peleados cerradamente.
En el caso del Partido de la Revolución Democrática se registró un virtual desplome en su presencia electoral, pues proporcionalmente pasó del 28 por ciento que en 2006 obtuvo la coalición Por el Bien de Todos en la elección de diputados, a sólo 12 por ciento, lo que se reflejó en la pérdida de distritos.
Destaca que la mitad de los votos obtenidos por esa fuerza se concentraron en el Distrito Federal y el estado de México, aunque solamente se reflejaron en victorias masivas en la capital, pero ya no en las proporciones de antaño, pues, a diferencia de porcentajes que oscilaban alrededor de 40 por ciento o más en 2006, al cierre de la edición el sol azteca tenía sólo 24.89 por ciento de los votos en el Distrito Federal, afectado fundamentalmente por el avance sustancial de su ex aliado el PT.
En las entidades con gobiernos perredistas, Zacatecas registró un buen saldo, pues a pesar de la disputa con el Partido del Trabajo –entonces partido coaligado– el perredismo mantuvo las preferencias en torno a 34 por ciento, lo que le permitiría el triunfo en los cuatro distritos en disputa.
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