Teodoro Rentería Arróyave
La bronca interna del Partido Acción Nacional, PAN, en el gobierno desde hace 8 años 7 meses y 21 días es más grave de lo que suponen muchos observadores y analistas y desde luego de lo que desean sus propios militantes y líderes nuevos y tradicionalistas; tal parece que los dirigentes o el jefe nato del partido, como se designaba antaño, no entendieron o no entendió la severa lección de las urnas del pasado 5 de julio.
Un grupo de seis connotados panistas decidieron no registrarse o registrar candidatos para disputar en las urnas la presidencia del nacional del PAN, ante la imposición que pretende hacer una vez más el presidente Felipe Calderón Hinojosa con otro de sus amigos y exsecretario particular, César Nava Vázquez.
Se trata de un grupo compacto, todos ellos de conocida trayectoria que consideran la contienda por la dirigencia nacional “viciada de origen”, los senadores Javier Corral, Ricardo García Cervantes, Humberto Aguilar Coronado y Santiago Creel, el diputado Gerardo Priego y Manuel Espino, expresidente de Acción Nacional, quienes manifestaron su decisión de no participar como candidatos a la dirigencia nacional por falta de condiciones democráticas.
¿Cuál es el mensaje de la muy meditada pero al mismo tiempo abrupta decisión? Oponerse a que el jefe del Ejecutivo federal se convierta en el presidente omnímodo como en los tiempos del viejo Partido Revolucionario Institucional, PRI; en otras palabras, ser congruentes con lo que antes severamente criticaron y que fue plataforma de campaña para derrocar al tricolor.
En conferencia de prensa, los legisladores y el ex presidente del PAN, agregaron que no están de acuerdo en llevar a cabo un proceso de selección sin antes emprender un proceso de reflexión sobre el revés electoral del 5 de julio, y que sería erróneo que un candidato "oficial" dirija el PAN, aunque sean menos de 15 meses porque son momentos de difícil coyuntura para el partido y, obvio, coincidieron en señalar que sería un grave error de los panistas no hacer caso del mensaje enviado por los electores en la pasada contienda electoral, sobre todo con el antecedente del perdidoso y renunciante, Germán Martínez Cázares.
En conclusión, los seis políticos albiazules además de lamentar que su partido viva una situación crítica, que a su parecer es evidencia y resultado de las elecciones pasada, por lo que decidieron en forma unánime no apoyar una candidatura oficial encabezada por César Nava Vásquez y para mayor contundencia dejarlo sólo en el proceso, táctica tradicional del PAN, como fue en 1986, cuando dejaron en solitario al candidato priísta, José López Portillo para restarle legitimidad.
Luego vinieron los absurdos: Nava Vázquez expresó que el próximo presidente de Acción Nacional será elegido por los 370 consejeros nacionales electos democráticamente y aseguró que el presidente Felipe Calderón no pretende gobernar en el PAN, ni el presidente del PAN pretende imponer una línea partidista al gobierno federal y el secretario general también renunciante, Rogelio Carbajal Tejada, advirtió desafiante y sin entender el mensaje que el proceso de selección del dirigente nacional no se detiene y el registro de candidatos sigue abierto, por lo que se llevará a cabo el 8 de agosto, de acuerdo a la convocatoria. Golpe directo al presidente Calderón Hinojosa que tal parece se queda sin pueblo y sin partido.
Así está de grave la situación interna del PAN, así es de profunda la división interna del blanquiazul; no cabe duda que el respeto a los principios fundacionales de ese partido y la lección en las urnas del pasado 5 de julio no la entendieron o no la entendió.
*** IMPORTANTE *** Revoluciones es un proyecto de información alternativa sin fines de lucro, para mantenernos en línea requerimos de tu apoyo. Puedes ayudarnos haciendo un deposito bancario, por mínimo que sea, hazlo en el banco HSBC, al número de cuenta 6271254999 a nombre de Samuel R. García o en transferencia electrónica abonando al número Clabe: 021180062712549990. Gracias.
La bronca interna del Partido Acción Nacional, PAN, en el gobierno desde hace 8 años 7 meses y 21 días es más grave de lo que suponen muchos observadores y analistas y desde luego de lo que desean sus propios militantes y líderes nuevos y tradicionalistas; tal parece que los dirigentes o el jefe nato del partido, como se designaba antaño, no entendieron o no entendió la severa lección de las urnas del pasado 5 de julio.
Un grupo de seis connotados panistas decidieron no registrarse o registrar candidatos para disputar en las urnas la presidencia del nacional del PAN, ante la imposición que pretende hacer una vez más el presidente Felipe Calderón Hinojosa con otro de sus amigos y exsecretario particular, César Nava Vázquez.
Se trata de un grupo compacto, todos ellos de conocida trayectoria que consideran la contienda por la dirigencia nacional “viciada de origen”, los senadores Javier Corral, Ricardo García Cervantes, Humberto Aguilar Coronado y Santiago Creel, el diputado Gerardo Priego y Manuel Espino, expresidente de Acción Nacional, quienes manifestaron su decisión de no participar como candidatos a la dirigencia nacional por falta de condiciones democráticas.
¿Cuál es el mensaje de la muy meditada pero al mismo tiempo abrupta decisión? Oponerse a que el jefe del Ejecutivo federal se convierta en el presidente omnímodo como en los tiempos del viejo Partido Revolucionario Institucional, PRI; en otras palabras, ser congruentes con lo que antes severamente criticaron y que fue plataforma de campaña para derrocar al tricolor.
En conferencia de prensa, los legisladores y el ex presidente del PAN, agregaron que no están de acuerdo en llevar a cabo un proceso de selección sin antes emprender un proceso de reflexión sobre el revés electoral del 5 de julio, y que sería erróneo que un candidato "oficial" dirija el PAN, aunque sean menos de 15 meses porque son momentos de difícil coyuntura para el partido y, obvio, coincidieron en señalar que sería un grave error de los panistas no hacer caso del mensaje enviado por los electores en la pasada contienda electoral, sobre todo con el antecedente del perdidoso y renunciante, Germán Martínez Cázares.
En conclusión, los seis políticos albiazules además de lamentar que su partido viva una situación crítica, que a su parecer es evidencia y resultado de las elecciones pasada, por lo que decidieron en forma unánime no apoyar una candidatura oficial encabezada por César Nava Vásquez y para mayor contundencia dejarlo sólo en el proceso, táctica tradicional del PAN, como fue en 1986, cuando dejaron en solitario al candidato priísta, José López Portillo para restarle legitimidad.
Luego vinieron los absurdos: Nava Vázquez expresó que el próximo presidente de Acción Nacional será elegido por los 370 consejeros nacionales electos democráticamente y aseguró que el presidente Felipe Calderón no pretende gobernar en el PAN, ni el presidente del PAN pretende imponer una línea partidista al gobierno federal y el secretario general también renunciante, Rogelio Carbajal Tejada, advirtió desafiante y sin entender el mensaje que el proceso de selección del dirigente nacional no se detiene y el registro de candidatos sigue abierto, por lo que se llevará a cabo el 8 de agosto, de acuerdo a la convocatoria. Golpe directo al presidente Calderón Hinojosa que tal parece se queda sin pueblo y sin partido.
Así está de grave la situación interna del PAN, así es de profunda la división interna del blanquiazul; no cabe duda que el respeto a los principios fundacionales de ese partido y la lección en las urnas del pasado 5 de julio no la entendieron o no la entendió.
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