Pedro Echeverría V.
1. México quizá en estos momentos ocupe el “glorioso” primer lugar en corrupción de funcionarios de gobierno y de empresarios, sobre todo si los vemos por sus enormes ingresos, siempre multimillonarios. Pero además no solamente se ha registrado una enorme penetración del narcotráfico en el Estado mexicano, sino que se ha ganado el título de narcoestado. Este mismo narcoestado, por sus más altos funcionarios, está plenamente identificado con el robo u “ordeña” por oleoductos clandestinos de millones de barriles de combustible; también ellos mismos figuran en las listas de defraudadores del programa de ayuda Procampo y entre los propietarios de guarderías concesionadas. Por eso los gobiernos han dejado crecer y luego convertirse en monopolio, a la empresa Televisa. Este funesto consorcio no denuncia, pero recibe todos los privilegios.
2. Peña Nieto, el poderoso gobernador del rico Estado del México, es el candidato presidencial del consorcio de la información, Televisa. Ese muñeco del PRI servirá para distraer la atención de los partidos y los políticos que buscan la Presidencia. Entre tanto los problemas más importantes del país: a) desplome de la producción, b) de las inversiones, c) de los salarios y d) del empleo, así como e) el crecimiento del control del país por el ejército, tienden a silenciarse. Mientras los grandes empresarios y los políticos de derecha aplauden las ocupaciones militares de varias entidades del país con el pretexto del “combate al narcotráfico” (integrado y coludito con altos gobernantes y empresarios) más de 60 millones de habitantes, de los 108 millones de la nación, viven en la pobreza, la miseria y el hambre.
3. Peña Nieto es un poderoso personaje porque es heredero del grupo Atlacomulco de los Hank y sus socios que durante más de medio siglo han dominado la escena política y económica del Estado de México (la entidad más poblada y rica de la nación), así como de parte del país. Por ese motivo y por sus innumerables intereses empresariales, Televisa desde hace más de dos años lo hizo –abiertamente- su candidato presidencial. Peña Nieto no necesitará recorrer ni siquiera una vez el país, como ya lo ha hecho López Obrador tres veces; tendrá los miles de millones de pesos necesarios para comprar a todos (o casi todos) los medios de información, a los intelectuales y conciencias de las gentes dispuestas siempre a venderse por un plato de lentejas. Y parece que ya está montado y no habrá quien lo baje.
4. Televisa es una empresa funesta, infame, basura, además de todos los adjetivos duros con que quiera calificarse, pero no por obra o por culpa de Peña Nieto, sino porque es un poderoso monopolio televisivo que se ha dedicado a manipular a los audio y tele espectadores. Desde que esa empresa televisiva de la familia Azcárraga fue fundada a principios de los años 50, comenzó a someter a los funcionarios a sus caprichos a tal grado que la familia Azcárraga y sus aliados ahora dominan económica y políticamente en el país. Gobierno, empresarios, clero, partidos y políticos se arrastran ante el poderío de Televisa para que puedan salir en sus pantallas o por lo menos para que no sean maltratados por los voceros de esa empresa que controla el 70 por ciento de la publicidad, de las programaciones y de los televidentes del país.
5. Hasta hace 25 años se decía que los medios de información (periódicos, radio, TV) eran el “cuarto poder” porque por encima de ellos estaban los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial, aunque encima de todos estaba el poder económico. Pero las cosas, sobre todo a partir de la implantación del neoliberalismo y el fortalecimiento de la llamada “libre empresa”, cambiaron radicalmente. Hoy los presidentes de la República, los legisladores, los jueces y los grandes empresarios, son simples servidores de la TV y la radio porque estos medios electrónicos han penetrado en el 100 por ciento de la población. Y ha sido tan grande su trabajo de manipulación que está más que probado que la población vive y piensa con la misma ideología y los valores que la radio y TV le imponen. La prensa impresa apenas llega al 2 por ciento de la población.
6. Por eso López Obrador declaró ayer que la misma oligarquía que impuso en la Presidencia a Felipe Calderón apostó ahora por la restauración del PRI, ante la descomposición social y la falta de decisión para enfrentar los problemas, y permitió que crezca el proyecto para impulsar la candidatura del gobernador del estado de México, Peña Nieto. Ante ese escenario, AMLO llamó al movimiento de resistencia civil a detener, con la denuncia y la movilización ciudadana, como lo hizo en el caso del petróleo, todo aquello que signifique nuevos retrocesos: no permitir el cobro del IVA en medicinas y alimentos ni la reducción del presupuesto a educación, salud y seguridad social; impedir la llamada reforma laboral, el aumento de precio a gasolinas, diesel, luz, entre otros bienes y servicios; y la violación de los derechos humanos.
7. De manera errónea, hasta irresponsable, muchos luchadores sociales de izquierda suelen olvidar el funesto papel de los medios de información, en particular de la TV, en el control y la manipulación de los trabajadores. Piensan muchas veces que “el pueblo no se deja engañar por los medios porque es inteligente” cuando en realidad no acuden a las convocatorias de la izquierda o a las exhortaciones para luchar porque sin saber piensa y repite los argumentos que les impone la derecha en la radio y la TV. Mientras la izquierda reúne a 10 o 100 mil personas en sus mítines de cada tres o seis meses, 100 millones de personas atienden los medios de información que durante las 24 horas del día machaca la misma idea que sabe que, a la larga, transformará la forma de pensar y de actuar de las personas. Los medios informan deformando, nada más, nada menos.
*** IMPORTANTE *** Revoluciones es un proyecto de información alternativa sin fines de lucro, para mantenernos en línea requerimos de tu apoyo. Puedes ayudarnos haciendo un deposito bancario, por mínimo que sea, hazlo en el banco HSBC, al número de cuenta 6271254999 a nombre de Samuel R. García o en transferencia electrónica abonando al número Clabe: 021180062712549990. Gracias.
1. México quizá en estos momentos ocupe el “glorioso” primer lugar en corrupción de funcionarios de gobierno y de empresarios, sobre todo si los vemos por sus enormes ingresos, siempre multimillonarios. Pero además no solamente se ha registrado una enorme penetración del narcotráfico en el Estado mexicano, sino que se ha ganado el título de narcoestado. Este mismo narcoestado, por sus más altos funcionarios, está plenamente identificado con el robo u “ordeña” por oleoductos clandestinos de millones de barriles de combustible; también ellos mismos figuran en las listas de defraudadores del programa de ayuda Procampo y entre los propietarios de guarderías concesionadas. Por eso los gobiernos han dejado crecer y luego convertirse en monopolio, a la empresa Televisa. Este funesto consorcio no denuncia, pero recibe todos los privilegios.
2. Peña Nieto, el poderoso gobernador del rico Estado del México, es el candidato presidencial del consorcio de la información, Televisa. Ese muñeco del PRI servirá para distraer la atención de los partidos y los políticos que buscan la Presidencia. Entre tanto los problemas más importantes del país: a) desplome de la producción, b) de las inversiones, c) de los salarios y d) del empleo, así como e) el crecimiento del control del país por el ejército, tienden a silenciarse. Mientras los grandes empresarios y los políticos de derecha aplauden las ocupaciones militares de varias entidades del país con el pretexto del “combate al narcotráfico” (integrado y coludito con altos gobernantes y empresarios) más de 60 millones de habitantes, de los 108 millones de la nación, viven en la pobreza, la miseria y el hambre.
3. Peña Nieto es un poderoso personaje porque es heredero del grupo Atlacomulco de los Hank y sus socios que durante más de medio siglo han dominado la escena política y económica del Estado de México (la entidad más poblada y rica de la nación), así como de parte del país. Por ese motivo y por sus innumerables intereses empresariales, Televisa desde hace más de dos años lo hizo –abiertamente- su candidato presidencial. Peña Nieto no necesitará recorrer ni siquiera una vez el país, como ya lo ha hecho López Obrador tres veces; tendrá los miles de millones de pesos necesarios para comprar a todos (o casi todos) los medios de información, a los intelectuales y conciencias de las gentes dispuestas siempre a venderse por un plato de lentejas. Y parece que ya está montado y no habrá quien lo baje.
4. Televisa es una empresa funesta, infame, basura, además de todos los adjetivos duros con que quiera calificarse, pero no por obra o por culpa de Peña Nieto, sino porque es un poderoso monopolio televisivo que se ha dedicado a manipular a los audio y tele espectadores. Desde que esa empresa televisiva de la familia Azcárraga fue fundada a principios de los años 50, comenzó a someter a los funcionarios a sus caprichos a tal grado que la familia Azcárraga y sus aliados ahora dominan económica y políticamente en el país. Gobierno, empresarios, clero, partidos y políticos se arrastran ante el poderío de Televisa para que puedan salir en sus pantallas o por lo menos para que no sean maltratados por los voceros de esa empresa que controla el 70 por ciento de la publicidad, de las programaciones y de los televidentes del país.
5. Hasta hace 25 años se decía que los medios de información (periódicos, radio, TV) eran el “cuarto poder” porque por encima de ellos estaban los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial, aunque encima de todos estaba el poder económico. Pero las cosas, sobre todo a partir de la implantación del neoliberalismo y el fortalecimiento de la llamada “libre empresa”, cambiaron radicalmente. Hoy los presidentes de la República, los legisladores, los jueces y los grandes empresarios, son simples servidores de la TV y la radio porque estos medios electrónicos han penetrado en el 100 por ciento de la población. Y ha sido tan grande su trabajo de manipulación que está más que probado que la población vive y piensa con la misma ideología y los valores que la radio y TV le imponen. La prensa impresa apenas llega al 2 por ciento de la población.
6. Por eso López Obrador declaró ayer que la misma oligarquía que impuso en la Presidencia a Felipe Calderón apostó ahora por la restauración del PRI, ante la descomposición social y la falta de decisión para enfrentar los problemas, y permitió que crezca el proyecto para impulsar la candidatura del gobernador del estado de México, Peña Nieto. Ante ese escenario, AMLO llamó al movimiento de resistencia civil a detener, con la denuncia y la movilización ciudadana, como lo hizo en el caso del petróleo, todo aquello que signifique nuevos retrocesos: no permitir el cobro del IVA en medicinas y alimentos ni la reducción del presupuesto a educación, salud y seguridad social; impedir la llamada reforma laboral, el aumento de precio a gasolinas, diesel, luz, entre otros bienes y servicios; y la violación de los derechos humanos.
7. De manera errónea, hasta irresponsable, muchos luchadores sociales de izquierda suelen olvidar el funesto papel de los medios de información, en particular de la TV, en el control y la manipulación de los trabajadores. Piensan muchas veces que “el pueblo no se deja engañar por los medios porque es inteligente” cuando en realidad no acuden a las convocatorias de la izquierda o a las exhortaciones para luchar porque sin saber piensa y repite los argumentos que les impone la derecha en la radio y la TV. Mientras la izquierda reúne a 10 o 100 mil personas en sus mítines de cada tres o seis meses, 100 millones de personas atienden los medios de información que durante las 24 horas del día machaca la misma idea que sabe que, a la larga, transformará la forma de pensar y de actuar de las personas. Los medios informan deformando, nada más, nada menos.
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