Es muy difícil comentar “en pocas palabras” todos los detalles de cada uno de los golpes de Estado que se dieron en el Siglo 19 en América Latina . . . aunque pareciera que todos se podrían clasificar de luchas entre Liberales y Conservadores. Los Conservadores no estaban contra el desarrollo económico, sino que procuraban mantener el sistema político y cultural heredado de España; el Liberalismo estaba mas influenciado por las teorías capitalistas, la separacion entre la Iglesia y el Estado, aceptando la influencia extranjera, y tolerando el comercio con el exterior como un costo de hacer negocios. Al final, en gran medida, ganó el Liberalismo.
Para los Conservadores, que querían preservar la cultura, los guardianes de la cultura eran el Clero y el Ejército, ambas instituciones contaban con “fueros” que eran defendidos celosamente –especialmente los privilegios jurisdiccionales. Naturalmente, el Clero y el Ejército se alinearon con los Conservadores. Al redefinir al Ejército como guardián del “Estado”, pero no de la “cultura” heredada de los conquistadores, los Liberales ganaron la batalla a los Conservadores, dejando en vigor solamente los “fueros militares.”
El Ejército se mantiene como una institución conservadora en su mayoría. Aunque Porfirio Díaz, quien era militar de profesión (y, que tal vez hoy fuera considerado como reaccionario, en su época fue un Liberal Progresista), y todos los caudillos Liberales de México: Morelos, Villa, Zapata, Obregón --hasta hace poco han salido de las fuerzas castrences, aunque se educaron militarmente por si solos. Zapata fue el único que tuvo entrenamiento militar pero llego únicamente al grado de Sargento. Cabe señalar que México – a diferencia de los demás países de América Latina—fue capaz de sacar a los militares de la política. La Revolución de 1910-1920 creo una nueva casta de militares controlada por el Partido Revolucionario, pero en la fundación del PRI en 1949, los militares fueron definitivamente separados de la vida política activa. Curiosamente, en ese tiempo, Costa Rica tomo la medida de abolir al ejercito y de esa manera removerlo de la vida política.
Y aunque los oficiales del ejercito continúan su influencia en el proceso de decisiones, lo hacen tras bambalinas. De que el Ejército y la Marina se utilicen para fines políticos no es secreto (basta acordarse de 1968 o de la rebelión Zapatista en la década de 1990); pero los militares han tenido una participación menor en el diseño de la vida política mexicana.
Hasta hace poco, la llamada “Guerra contra el Narco,” según se ha reportado en la prensa internacional, se ha identificado como la “Guerra de Felipe Calderón contra el Narco” … lo que nos parece correcto. Con serias dudas sobre la legitimidad de la elección de Calderón, y con el repudio a su gobierno en las elecciones intermedias de 2009, ya no solamente es la Izquierda Mexicana la que pone en entredicho el papel creciente que viene desempeñando el Ejército en la vida política del país.
En el blog “Bloggins of Boz,” considerado como una fuente confiable de las actitudes y puntos de vista de los “conocedores de la política de Washington” sobre América Latina (o al menos uno de los mejores análisis) se comentaba recientemente en un articulo: En relación con la Guerra contra el Narcotráfico del Presidente de México Felipe Calderón, el encabezado del Washington Post “New Strategy Urged in México” (Urge Nueva Estrategia en México), presenta un problema: Sugiere que había una estrategia previa o anterior.
Boz asume que la estrategia consistía en combatir a los carteles de la droga y no mantener la legitimidad del Gobierno de Calderón. Y, que el Gobierno de Calderón es “Conservador” –en el sentido tradicional que se usaba en el Siglo 19. No se trata de que los Conservadores están en favor del uso del Ejército, sino que los Conservadores ven al Clero y al Ejército como pilares de la Sociedad. El Clericalismo del PAN es generalmente conocido.
Hay que acordarse que tan pronto empezó la “Guerra contra el Narco”, Calderón fue fotografiado vistiendo uniforme militar. Me parece que el Gral. Lázaro Cárdenas fue el último presidente retratado con uniforme. No recuerdo haber visto al Gral. Manuel Ávila Camacho, que gobernó durante la Segunda Guerra Mundial, retratado en uniforme, o ningún otro presidente hasta Calderón (quien entiendo no hizo servicio militar.)
Olvidémonos por ahora de los derechos humanos y de que si la “Guerra contra el Narco” se puede ganar … si la estrategia es imponer una visión conservadora en México, entonces – sí– mantener al Ejército en las calles y sometido exclusivamente al fuero militar hace perfecto sentido.
Mientras que Argentina se ha esforzado últimamente en someter a sus militares al control civil y abolir el fuero militar para los abusos del Ejercito, y Ecuador ha decido no renovar el arrendamiento de la base militar en su base aérea Manta a los Estados-Unidos por preocuparles el “fuero militar” norteamericano, el Gobierno de Calderón está ampliando los privilegios (inmunidad civil) al Ejército. El presidente George W. Bush y su vicepresidente Cheney, reconocidos halcones militares, estarán muy orgullosos del educando de Harvard University.
MexFiles
*** IMPORTANTE *** Revoluciones es un proyecto de información alternativa sin fines de lucro, para mantenernos en línea requerimos de tu apoyo. Puedes ayudarnos haciendo un deposito bancario, por mínimo que sea, hazlo en el banco HSBC, al número de cuenta 6271254999 a nombre de Samuel R. García o en transferencia electrónica abonando al número Clabe: 021180062712549990. Gracias.
Para los Conservadores, que querían preservar la cultura, los guardianes de la cultura eran el Clero y el Ejército, ambas instituciones contaban con “fueros” que eran defendidos celosamente –especialmente los privilegios jurisdiccionales. Naturalmente, el Clero y el Ejército se alinearon con los Conservadores. Al redefinir al Ejército como guardián del “Estado”, pero no de la “cultura” heredada de los conquistadores, los Liberales ganaron la batalla a los Conservadores, dejando en vigor solamente los “fueros militares.”
El Ejército se mantiene como una institución conservadora en su mayoría. Aunque Porfirio Díaz, quien era militar de profesión (y, que tal vez hoy fuera considerado como reaccionario, en su época fue un Liberal Progresista), y todos los caudillos Liberales de México: Morelos, Villa, Zapata, Obregón --hasta hace poco han salido de las fuerzas castrences, aunque se educaron militarmente por si solos. Zapata fue el único que tuvo entrenamiento militar pero llego únicamente al grado de Sargento. Cabe señalar que México – a diferencia de los demás países de América Latina—fue capaz de sacar a los militares de la política. La Revolución de 1910-1920 creo una nueva casta de militares controlada por el Partido Revolucionario, pero en la fundación del PRI en 1949, los militares fueron definitivamente separados de la vida política activa. Curiosamente, en ese tiempo, Costa Rica tomo la medida de abolir al ejercito y de esa manera removerlo de la vida política.
Y aunque los oficiales del ejercito continúan su influencia en el proceso de decisiones, lo hacen tras bambalinas. De que el Ejército y la Marina se utilicen para fines políticos no es secreto (basta acordarse de 1968 o de la rebelión Zapatista en la década de 1990); pero los militares han tenido una participación menor en el diseño de la vida política mexicana.
Hasta hace poco, la llamada “Guerra contra el Narco,” según se ha reportado en la prensa internacional, se ha identificado como la “Guerra de Felipe Calderón contra el Narco” … lo que nos parece correcto. Con serias dudas sobre la legitimidad de la elección de Calderón, y con el repudio a su gobierno en las elecciones intermedias de 2009, ya no solamente es la Izquierda Mexicana la que pone en entredicho el papel creciente que viene desempeñando el Ejército en la vida política del país.
En el blog “Bloggins of Boz,” considerado como una fuente confiable de las actitudes y puntos de vista de los “conocedores de la política de Washington” sobre América Latina (o al menos uno de los mejores análisis) se comentaba recientemente en un articulo: En relación con la Guerra contra el Narcotráfico del Presidente de México Felipe Calderón, el encabezado del Washington Post “New Strategy Urged in México” (Urge Nueva Estrategia en México), presenta un problema: Sugiere que había una estrategia previa o anterior.
Boz asume que la estrategia consistía en combatir a los carteles de la droga y no mantener la legitimidad del Gobierno de Calderón. Y, que el Gobierno de Calderón es “Conservador” –en el sentido tradicional que se usaba en el Siglo 19. No se trata de que los Conservadores están en favor del uso del Ejército, sino que los Conservadores ven al Clero y al Ejército como pilares de la Sociedad. El Clericalismo del PAN es generalmente conocido.
Hay que acordarse que tan pronto empezó la “Guerra contra el Narco”, Calderón fue fotografiado vistiendo uniforme militar. Me parece que el Gral. Lázaro Cárdenas fue el último presidente retratado con uniforme. No recuerdo haber visto al Gral. Manuel Ávila Camacho, que gobernó durante la Segunda Guerra Mundial, retratado en uniforme, o ningún otro presidente hasta Calderón (quien entiendo no hizo servicio militar.)
Olvidémonos por ahora de los derechos humanos y de que si la “Guerra contra el Narco” se puede ganar … si la estrategia es imponer una visión conservadora en México, entonces – sí– mantener al Ejército en las calles y sometido exclusivamente al fuero militar hace perfecto sentido.
Mientras que Argentina se ha esforzado últimamente en someter a sus militares al control civil y abolir el fuero militar para los abusos del Ejercito, y Ecuador ha decido no renovar el arrendamiento de la base militar en su base aérea Manta a los Estados-Unidos por preocuparles el “fuero militar” norteamericano, el Gobierno de Calderón está ampliando los privilegios (inmunidad civil) al Ejército. El presidente George W. Bush y su vicepresidente Cheney, reconocidos halcones militares, estarán muy orgullosos del educando de Harvard University.
MexFiles
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