El reto

Teodoro Rentería Arróyave

Hay de retos a retos; nos explica el diccionario, hay cuando menos seis acepciones o significados: Provocación o citación al duelo o desafío, acción de amenazar, dicho o hecho con que se amenaza, echar retos, regañina, acusación de alevoso que un noble hacía a otro delante del rey, obligándose a mantenerla en el campo, y objetivo o empeño difícil de llevar a cabo y lo que constituye por ello un estímulo y un desafío para quien lo afronta.

Como se puede constatar en las cinco primeras connotaciones se ubica la bravata del secretario de Gobernación al grupo delincuencial “La Familia de Michoacán” y desde luego nada que ver con la última que debería ser el reto que se deberían de imponer toda persona que detenta un cargo público.

Las reacciones no se hicieron esperar y hoy las hemos recopilados para exponerlas como una forma de lección para que todo individuo que llega a esos puestos de tan alta responsabilidad antes se le exija tener una capacidad de verdadero estadista.

Es de iniciarse con el símil que hizo nuestra compañera colaboradora, María Esther Piña Soria, del reto muy machote, muy valedor de Gómez Mont con los personajes de las películas de policías u ladrones del cineasta Juan Orol.

Las críticas de los senadores de todos los partidos a las declaraciones del secretario de gobernación, Fernando Gómez Mont, consistente en el retó a los criminales a enfrentarse a las autoridades, porque los estamos esperando, se sintetizan en el calificativo de funcionario brabucón.

Inaceptable el reto porque sólo genera mayor violencia, afirmó Emilio Álvarez Icaza, presidente de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal.

Incluso el conocido albiazul, Gustavo Madero, coordinador del Partido Acción Nacional en el Senado de la República, reconoció que las declaraciones de Gómez Mont pudieron ser “no muy afortunadas” en este momento.

Manlio Fabio Beltrones, coordinador del Partido Revolucionario Institucional en la Cámara baja, consideró que el Estado no debe dialogar “de ninguna forma” con la delincuencia.

El senador perredista Graco Ramírez calificó de un “acto de bravuconería” lo dicho por el funcionario y criticó que así el gobierno pone en riesgo la vida de los militares y de las fuerzas federales.

Han pasado varios días y no ha pasado nada, ni siquiera un acto de contrición, de arrepentimiento. Es explicable, la mentalidad machista así es; sin embargo se trata no del abogado Fernando Gómez Mont, sino del Secretario de Gobernación, del segundo de abordo del Ejecutivo Federal. Mientras tanto ante el reto, el pueblo sigue en la más absoluta indefensión.

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