Calderón ha sido siempre enemigo de la educación pública y de la UNAM

Pedro Echeverría V.

1. Al mismo tiempo que Calderón se ponía ayer la camiseta del equipo de fútbol de la UNAM con el aplauso de futbolistas, se publicaba que “la decisión de la Secretaría de Educación Pública (SEP) de que el bachillerato de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) no reciba apoyos económicos por no entrar a la reforma en este nivel de estudios, representa una presión para obligar a los centros educativos a aceptar ese proyecto”, afirmó la secretaria de Desarrollo Institucional de la misma UNAM, Rosaura Ruiz. Dijo que es “incorrecta e inaceptable esa decisión porque hay recursos para el bachillerato, que a la universidad le tocan esos recursos esté o no en la Reforma Integral de la Educación Media Superior (RIEMS)”. La UNAM decidió no participar en dicha reforma porque mantiene una perspectiva diferente sobre lo que debe ser el objetivo central del bachillerato.

2. En la visión de la UNAM, la educación media superior debe preparar a los estudiantes para continuar con sus estudios de licenciatura y de posgrado, mientras que la SEP ha señalado que se requiere gente para el trabajo. Señaló la doctora Ruiz que la universidad considera que todo alumno, de cualquier parte del país y sistema de bachillerato, tiene que contar con una formación integral que incluya conocimientos humanísticos, científicos y artísticos, Dijo: no queremos formar técnicos, aunque un estudiante de la UNAM se puede incorporar como técnico, pero el objetivo no es que ahí se quede… nunca estuvimos de acuerdo con la SEP, porque la UNAM siempre pondrá el énfasis en la formación interdisciplinaria, ya que el bachillerato es la última etapa en donde un alumno adquiere un conocimiento general de todas las disciplinas.

3. El desastre educativo no es por la profunda ignorancia en este campo de Calderón o de su secretario de Educación, sino por los intereses privatizadores que ambos representan como personajes de la derecha y su proyecto de destruir la educación pública. ¿Se recuerda que todos los dirigentes panistas estudiaron en colegios privados? Ni Álvaro Obregón (1920/24) ni López Mateos (1958/64), como presidentes, sabían nada en la materia educativa pero se valieron de Vasconcelos y Torres Bodet, respectivamente, para impulsar enormes proyectos educativos que hicieron historia, tales como la identidad nacional, la alfabetización, las casas del pueblo, el Plan de Once años, los libros gratuitos, etcétera. Hoy, las tareas son distintas pero se requiere criterios que busquen una educación popular profunda y de calidad. Basta con revisar datos internacionales de la OCDE para darnos cuenta de nuestro desastre educativo.

4. Por ese motivo, la defensa de la educación pública, en su carácter de gratuita y laica, es una tarea fundamental del pueblo mexicano ante los permanentes avances del gobierno panista y del empresariado por privatizarla, así como para imponerle un carácter marcadamente religioso. Los funcionarios panistas, en sus discursos, se han visto obligados a decir que respetan la gratuidad y el laicismo porque son principios educativos consagrados en la Constitución; pero -tal como lo hicieron los gobiernos de De la Madrid, Salinas y Zedillo- no han dejado de instrumentar proyectos tecnológicos y privatizadores en el campo educativo. No puede ser de otra manera ni esperarse otra cosa porque el proyecto calderonista, como se ha dicho, busca crear mano de obra barata.

5. Por ese motivo el panismo en el gobierno, con el total apoyo de la iniciativa privada y los medios de de información, se han dedicado a hacer campañas contra la UNAM por ser “nido de delincuentes” y ponen como ejemplo a los cuatro estudiantes asesinados y a Lucía Morett, herida, por estar en un campamento de las FARC. Los panistas en el congreso aprovechan cualquier oportunidad para desprestigiar a la educación pública, a la UNAM en particular. la oportunidad para declarar que la UNAM puede ser un semillero de guerrilleros y por tanto, debe llevarse la investigación hasta sus aulas. Todavía hoy en el legislativo, ante el planteamiento de que se vote un apoyo a Lucía contra su extradición, un diputado panista dijo que los estudiantes asesinados y Lucía fueron a hacer investigación pero para secuestros, para poner bombas y para asesinar.

6. La educación pública de carácter gratuita y laica ha sufrido muchas agresiones de parte de los sectores privados más retardatarios del país. Desde que la Constitución de 1857 le arrebató el monopolio educativo a la Iglesia, pero mucho más desde que la Revolución Mexicana y los debates del Constituyente la instituyeron en la Carta Magna de 1917. A pesar de los miles de errores que se le pudieron haber criticado en casi siglo y medio de vigencia, a pesar de que la enorme miseria y marginamiento de un sesenta por ciento de la población, así como de la manifiesta incapacidad y dolo de la mayoría de sus más altos funcionarios, fue la educación pública la que abrió de par en par sus puertas para que todo el pueblo mexicano pudiera acceder a ella. La educación pública es del pueblo, mientras que la educación privada ha sido de los sectores privilegiados.

7. En muchos países, sobre todo en los que entraron en primer lugar al modelo de desarrollo capitalista, la educación pública y la educación privada han mantenido equitativo balance a través de muchas décadas. En México, con base en la historia de su desarrollo económico y político, la educación ha tenido que estar bajo el control del Estado porque la burguesía privada creció y se desarrolló a la sombra de las políticas gubernamentales y nunca demostró el menor interés porque la población obtuviera educación. Los sectores privados, a través de la historia, más que educación, sólo se preocuparon por dar capacitación a sus obreros con el fin de incrementar la producción y sus ganancias. Por eso, cuando ha tenido la fuerza para imponer su proyecto educativo han buscado acabar con la educación pública.

8. No debe olvidarse que el PAN, desde el día de su nacimiento en 1939, todos sus principios ideológicos y programáticos han apoyado al sector privado y al mismo tiempo han combatido todo lo público. Al denunciar la doctora Ruiz que la SEP busca imponer por medio de la RIEMS una reforma con un programa para crear mano de obra barata, para preparar técnicos al servicio del capital, está diciendo una gran verdad. Pero también es verdad que se pretende destruir a la UNAM –que en las últimas décadas ha recibido premios internacionales que la hacen figurar entre las 50 universidades más importantes del mundo- para que la educación privada sea el modelo de educación nacional. Por eso los estudiantes y profesores a nivel nacional deben unir sus fuerzas para defender la educación pública, popular, laica y gratuita.

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