Alarma

Teodoro Rentería Arróyave

Desde el mismo momento en que leímos el desplegado del Consejo de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal nos percatamos de que algo “algo hay podrido en Dinamarca” como dijera el insigne Williams Shakespeare, en relación con la sucesión en la presidencia de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal, CDHDF, lo cual se dimensiona después del magnífico desempeño de honestidad, de congruencia y de valentía de su saliente titular, del doctor Emilio Álvarez Icaza.

A qué venía dicho comunicado, con orden de inserción en los principales diarios de la Capital de la República, titulado: “Por una transición de la CDHDF a favor de la ciudadanía”. De su contenido se desprende que se trata de atajar que en el proceso de transición se antepongan los intereses políticos personales o de grupo, como dice el propio Consejo, para privilegiar la protección de los derechos humanos de quienes residen en la ciudad de México.

Emilio Álvarez Icaza ha sorprendido por una actuación impecable al frente del organismo, cuya labor ha rebasado las fronteras del Distrito Federal, puesto que su ejemplo es punto de referencia de los ombúdsmanes. El todavía presidente de la CDHDF es el único que en forma abierta y franca ha hecho suya la constante demanda de justicia del gremio organizado de los periodistas.

Como ningún otro defensor de los derechos humanos acepta sin remilgos, porque en él no existen intereses contrarios a la labor que protestó cumplir a cabalidad, las dramáticas listas de asesinatos y desapariciones forzosas de periodistas que oportunamente, en denuncia pública, dan a conocer cotidianamente en tiempo y forma la Federación Latinoamericana de Periodistas, FELAP-México, Federación de Asociaciones de Periodistas Mexicanos, FAPERMEX y el Club Primera Plana, CPP.

A la voz de alerta se ha sumado el propio presidente de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal, Emilio Álvarez Icaza, quien ha advertido del riesgo que se corre en la designación de su sucesor al privar intereses partidistas y personales de los diputados locales. Si eso ocurre, afirmó, terminarían con la autonomía del organismo local.

Su llamado a los legisladores capitalinos es lapidario: la designación se debe resolver en los mejores términos, para así garantizar y consolidar la autonomía de esta institución que con mucho esfuerzo se ha logrado posicionar.

Los asambleístas, por ley, el 2 de agosto emitirán la convocatoria para que organizaciones civiles postulen candidatos a la presidencia de la comisión; a partir del 2 de agosto iniciará la consulta pública. La Asamblea Legislativa del Distrito Federal decidirá quiénes de los propuestos serán entrevistados para elegir de entre ellos al ombudsman para el periodo de 2009 al 2013, el cual su gestión el 2 de octubre.

La voz de alerta ha sido dada conjuntamente por el consejo y por el ombudsman capitalino saliente; nos sumamos a sus voces que advierten:sSería muy preocupante que no quedara en las manos adecuadas, Sería terrible que se perdiera lo que se ha ganado. El nuevo presidente de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal debe ser alguien que garantice lo ganado, que conserve el trabajo realizado y lleve más adelante al organismo, que hoy es ejemplo nacional y mundial por el trabajo de Emilio Álvarez Icaza y su equipo de trabajo.

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