Ahora sí: Telesur

Andrés Sal.lari

El golpe de Estado contra el presidente José Manuel Zelaya en Honduras puede ofrecernos varias lecciones a nivel comunicacional, creo que el más destacado de ellos es la importancia de contar con una estructura mediática alternativa a la dominante, sin la cual es imposible romper el cerco informativo impuesto por las grandes corporaciones.

Hoy día y gracias a los cambios políticos experimentados en América Latina, existe una red mediática con una potencia que no puede ignorarse y que ha jugado un papel trascendente en los hechos ocurridos en Honduras.

En este sentido hay que destacar el papel jugado por el canal venezolano Telesur, sin cuya notable cobertura, muchos periodistas que cubrimos desde afuera el golpe de Estado no hubiéramos podido acceder a información fundamental que nos ayude a comprender estos sucesos. Y por supuesto que la información no sólo sirvió a los periodistas, principalmente fue consumida por cientos de miles o millones de usuarios ávidos por conocer qué es lo que está ocurriendo en Centroamérica.

Si la CNN tuvo su salto de gloria con la cobertura de lucesitas que hizo de la guerra del Golfo en 1991, Telesur hizo lo propio con el golpe de Estado contra Zelaya.

Y este hecho tiene a su vez una significación especial. Unos se hicieron conocer al mostrarnos (o más bien ocultarnos) una agresión imperialista y otros se destacaron cuando hubo una usurpación de la democracia en un país por parte de las mismas fuerzas retrogradas de siempre, avaladas por los mismos medios de siempre, que nunca nos muestran lo que ocurre.

Telesur sí lo hizo, y por esa razón sus periodistas fueron amenazados, perseguidos y expulsados por el gobierno usurpador.

Esto no pasó nunca en la historia de los golpes de Estado en América Latina, y no es que no haya ocurrido porque estos dictadores son peores que los anteriores, no pasó porque antes no existía Telesur, ni un sistema comunicacional incipiente que mostrara lo que el poder no quiere ver, por eso no sólo fueron los periodistas de Telesur los agredidos, sino también los del estatal Venezolana de Televisión. Los casos de censura contra la prensa local (en los que habría que destacar el caso de Radio Globo de Tegucigalpa) los incluiría en otro contexto.

Mientras Telesur nos mostraba lo que ocurría en Honduras, CNN nos llenaba de detalles sobre la muerte de Michael Jackson, esta es una divergencia política y cultural que es decidida por unos pocos, pero que tiene efectos perdurables sobre millones (más adelante profundizaremos este aspecto).

Es indiscutible que de algo ha servido la política comunicacional del gobierno bolivariano. Diez años de revolución no han sido en vano y ahora su población no está tan indefensa en materia cultural – informativa. Los medios dominantes atacan permanentemente a Chávez por haber creado medios “a su servicio”, nosotros debemos felicitarlo, y además denunciar la hipocresía de los otros, que nos quieren hacer creer que no están al servicio de nadie.

El domingo del intento frustrado de aterrizaje de Zelaya en Tegucigalpa salí de mi casa en el centro de La Paz (Bolivia) para ir hacia mi trabajo. Al cerrar la puerta del lado de la calle escuché la voz de Marayira Chirinos, una de las presentadoras de Telesur. Mi vecino no estaba viendo la televisión, estaba colgando ropa y había subido el volumen del canal como si se tratara de una radio para escuchar qué estaba pasando en Centroamérica.

Creo que eso resume el enorme triunfo del canal. Horas antes, la presidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner, también había admitido que durante las primeras horas del golpe se enteró de los acontecimientos viendo el canal venezolano.

A CNN le pasó algo parecido aunque obviamente no lo admitió, el martes posterior al golpe el programa de análisis de la colega Carmen Aristegui tuvo que utilizar imágenes de Telesur para poder salir al aire, y semanas después cuando Zelaya intentó su segundo retorno a Honduras por la frontera de Nicaragua, tanto CNN en español como en inglés, además de la BBC, subieron la señal en vivo de Telesur para mostrar lo que estaba ocurriendo.

Evidencias de la victoria aplastante de Telesur.

Hay otras reflexiones que se me disparan a partir de todo esto, pondré un ejemplo que me parece muy interesante.

Pocos días después del golpe, Radio Globo de Tegucigalpa se transformó en casi la única fuente hondureña disponible para enterarse de lo que estaba pasando en ese país (los diarios de la SIP nos dicen todo el tiempo que no hubo golpe de Estado y que Chávez tiene la culpa de todo).

En la web de la radio, podía encontrarse un indicador donde se leía la cantidad de visitantes del sitio y sus países de procedencia. Vale la pena reproducirlo.



Venezuela: 16.314

Honduras: 5.615

Estados Unidos: 4.700

España: 1.937

Chile: 1088

México: 851

Argentina: 848

Canadá: 426

Brasil: 417

El Salvador: 350

Guatemala: 315



¿Qué significan estas cifras?

Yo expondré lo que creo que nos están diciendo.

A la mayoría de la población hondureña que puede acceder a Internet, le interesa mucho más lo que dicen los medios dominantes que la rebelde Radio Globo. Para simplificar un poco, los que acceden a Internet en Honduras están interesados en que Zelaya no vuelva al poder, a ellos/as les encantan los medios de la SIP y apoyan a los golpistas.

En Estados Unidos viven casi un millón de hondureños, pero ellos parecen menos interesados en tener una visión progresista de lo que ocurre en su país que la población venezolana -que en teoría no tienen nada que ver con Honduras-.

Los internautas venezolanos que ingresaron a Radio Globo cuadruplican a los que lo hicieron desde Estados Unidos.

Este es un logro impresionante de la revolución bolivariana. En 10 años, el gobierno de Chávez ha logrado establecer un sistema comunicacional que ha sacado a buena parte de su población de la estupidez.

En Venezuela no sólo existe Telesur, la revolución también creo los canales Vive (www.vive.gob.ve), Ávila TV y el canal de la Asamblena Nacional (www.antv.gob.ve), además transformó a Venpres en la Agencia Bolivariana de Noticias (www.abn.info.ve), fortaleció enormemente Venezolana de Televisión (www.vtv.gob.ve), la Radio Nacional de Venezuela (www.rnv.gov.ve) y recuperó el circuito Mundial de Radio YVKE.

En materia digital, sectores afines al proceso crearon el portal Aporrea (www.aporrea.org) -que se ha transformado en una referencia para muchos- y durante 2007 la emisora YVKE estrenó su portal (www.radiomundial.com.ve) que gracias a la inteligencia y creatividad de su responsable y del equipo que lo acompaña, ha logrado transformarse en otra referencia informativa.

La señal que no se le renovó al golpista RCTV pasó al Estado con el nombre de Tves, este debe ser el punto más flojo del gobierno a nivel medios, no han hecho un buen trabajo hasta ahora.

Y en plan de criticar hay que decir que Telesur es un canal venezolano y no latinoamericano, tal como se lo había planteado desde un inicio. Si CNN nos muestra la América Latina que le interesa que veamos desde Atlanta, Telesur nos muestra la América Latina que le interesa que veamos desde Caracas. El medio de comunicación televisivo de todos los latinoamericanos es una deuda pendiente de nuestras sociedades, probablemente haya que esperar algunos años y condiciones políticas más avanzadas (en Venezuela y en el resto de Latinoamérica), para que ese sueño pueda concretarse.

Pero volviendo a los hechos positivos, es por todos estos impulsos a la comunicación contrahegemónica que hay 16.314 venezolanos escuchando Radio Globo contra 848 argentinos (20 veces menos).

Ese engranaje cultural dominante, desesperado por ejemplo en impedir que Telesur ingrese a las empresas de cable argentinas, es lo que nos hace entender porque unos prefieren ver los funerales de Michael y otros el golpe de Estado en Honduras, sin entrar en idealizaciones, los números son contundentes, aún admitiendo que esos números no implican fenómenos de masas, si nos ayudan a elaborar tendencias.

Si CNN nos inocula durante 20 años basura, estamos acostumbrados a consumir basura, eso es lo que nos gusta y nos mantiene bien distraídos acerca de lo que pasa en el mundo.

A Irak lo bombardean lucesitas y el golpe de Estado no vende tanto como Michael.

Pero ahora venimos a descubrir que si hay un estado que no promueve la banalidad en todas sus formas y nos ayuda a tomar conciencia, entonces ese proceso en el tiempo tiene sus resultados, ya hay bastantes a los/as que además de causarle curiosidad lo que ocurre con Michael, les gusta enterarse qué es lo que está pasando en Honduras. En Venezuela y gracias a ese nuevo aparato comunicacional, multiplican por 20 a los argentinos -que acaban de votar para que los neoliberales vuelvan al poder, enormemente influenciados por los medios privados y “libres” de comunicación-.

Esto demuestra que es un falso paradigma que la gente quiera ver solo el show de Michael, y que aún si fuera así, eso se podría explicar a partir de los estímulos que operan sobre las sociedades desde hace decenas de años.

Además demuestra que es más que válido el esfuerzo por promover valores alternativos que nos ayuden a salir de la mass estupidización imperante, y que hacerlo ofrece resultados esperanzadores.

No quiero decir con esto que los medios lo sean todo, para que nuestros procesos de cambio sean perdurables lo primordial es que la gestión política sea eficiente, pero eso es materia de otros análisis.

La materia de este análisis era destacar la importancia de Telesur y resaltar la necesidad de seguir promoviendo las estructuras culturales y comunicacionales que nos ayuden a romper con el rating de Michael, con todo lo que ello implica para la salud mental de todos nosotros.

Venezuela marcha a la vanguardia de estos procesos comunicacionales, seguido por Bolivia, Ecuador y Paraguay, que no han consolidado de la misma manera una estructura comunicacional propia, pero que han dado pasos importantes en ese sentido, (Bolivia sobre todo, más marcados que Ecuador y Paraguay).

Sin duda que esto forma parte de una guerra prolongada que no se definirá en un año ni en cinco, sin duda que todavía falta mucho por crear, avanzar y consolidar. Pero sin duda también que ahora existe una batalla que hace 10 años no existía ni podía darse.

Es la batalla por transformar la comunicación alternativa en la dominante, sólo así bajará el rating de Michael y crecerá el de Zelaya.

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