Zelaya llama a la desobediencia civil pacífica contra la "élite voraz" que hace "retroceder a Honduras"
EUROPA PRESS
El presidente de Honduras, Manuel Zelaya, condenó enérgicamente el "golpe de Estado" perpetrado esta mañana en el país centroamericano y llamó a la comunidad internacional a poner todo su empeño en la restitución del orden y el estado de Derecho en Honduras, pidiendo igualmente a la población que desarrolle una "desobediencia civil pacífica" contra el "gobierno usurpador" que le ha expulsado del país.
Zelaya describió "aún con mucho miedo" la irrupción del Ejército hondureño en su residencia del palacio presidencial para deportarle posteriormente a Costa Rica. "Entraron a balazos en el palacio presidencial y mis guardaespaldas aguantaron 20 minutos. Me sacaron en pijama (...) aquí estoy, en Costa Rica, en pijama todavía, y sin calcetines", añadió, en sus primeras declaraciones desde San José tras ser detenido esta mañana por soldados del Ejército hondureño.
"No me asesinaron porque los soldados salen de las entrañas del pueblo, me decían 'quieto, no se mueva', pero estaban temblando", narró el presidente. "Era un momento de mucha tensión porque sabían que estaban haciendo", añadió. "Doy gracias a Dios por haber salido con vida y hay gente todavía dispuesta a defender los valores humanos".
Posteriormente, el presidente hondureño fue trasladado a una base aérea para su traslado. "Fui acompañado por soldados fuertemente armados", y según el presidente, "completamente avergonzados por su comportamiento". Zelaya llegó en su avión presidencial hasta San José, donde fue recibido por las autoridades costarricenses.
"Si la mística es detener a un presidente por hacer una encuesta, el sufrimiento en América sólo acaba de empezar", lamentó Zelaya, en relación a la reforma constitucional para la modificación de la Carta Magna y que había sido considerada ilegal por el Parlamento de Honduras.
AMENAZADO Y SECUESTRADO
"La cúpula militar me ha amenazado, secuestrado, entraron con bayoneta calada a mi residencia", declaró Zelaya, quien acusó a la "élite voraz" de orquestar "un complot, una conspiración en Costa Rica".
El presidente Zelaya no precisó nombres de los responsables de su detención, pero sí que aseguró que "las empresas privadas y la élite voraz" se encuentran detrás de su arresto, como "las empresas eléctricas, que se prestan al golpe de estado".
LLAMADA A LA "NO VIOLENCIA" CONTRA "EL GOBIERNO USURPADOR"
Zelaya llamó a "la no violencia" para responder al golpe. "Hay formas de desobediencia civil, llamo a todos aquellos que defiendan la democracia a que se manifiesten pacíficamente en todas partes", indicó el presidente a la cadena multinacional Telesur, con sede en Venezuela.
De igual modo, el presidente hondureño pidió "restituir el orden y el sistema de derecho en el país", para restaurar "el estado que se está ultrajando, los derechos civiles, sociales, políticos están siendo afectados" por "un gobierno usurpador que no puede ser reconocido absolutamente por nadie".
A nivel personal, Zelaya pidió seguridad para su familia "que sigue atrapada en Honduras". Según Telesur, la familia del presidente hondureño, se encuentra "a salvo y en buen estado de salud".
El presidente de Honduras, Manuel Zelaya, condenó enérgicamente el "golpe de Estado" perpetrado esta mañana en el país centroamericano y llamó a la comunidad internacional a poner todo su empeño en la restitución del orden y el estado de Derecho en Honduras, pidiendo igualmente a la población que desarrolle una "desobediencia civil pacífica" contra el "gobierno usurpador" que le ha expulsado del país.
Zelaya describió "aún con mucho miedo" la irrupción del Ejército hondureño en su residencia del palacio presidencial para deportarle posteriormente a Costa Rica. "Entraron a balazos en el palacio presidencial y mis guardaespaldas aguantaron 20 minutos. Me sacaron en pijama (...) aquí estoy, en Costa Rica, en pijama todavía, y sin calcetines", añadió, en sus primeras declaraciones desde San José tras ser detenido esta mañana por soldados del Ejército hondureño.
"No me asesinaron porque los soldados salen de las entrañas del pueblo, me decían 'quieto, no se mueva', pero estaban temblando", narró el presidente. "Era un momento de mucha tensión porque sabían que estaban haciendo", añadió. "Doy gracias a Dios por haber salido con vida y hay gente todavía dispuesta a defender los valores humanos".
Posteriormente, el presidente hondureño fue trasladado a una base aérea para su traslado. "Fui acompañado por soldados fuertemente armados", y según el presidente, "completamente avergonzados por su comportamiento". Zelaya llegó en su avión presidencial hasta San José, donde fue recibido por las autoridades costarricenses.
"Si la mística es detener a un presidente por hacer una encuesta, el sufrimiento en América sólo acaba de empezar", lamentó Zelaya, en relación a la reforma constitucional para la modificación de la Carta Magna y que había sido considerada ilegal por el Parlamento de Honduras.
AMENAZADO Y SECUESTRADO
"La cúpula militar me ha amenazado, secuestrado, entraron con bayoneta calada a mi residencia", declaró Zelaya, quien acusó a la "élite voraz" de orquestar "un complot, una conspiración en Costa Rica".
El presidente Zelaya no precisó nombres de los responsables de su detención, pero sí que aseguró que "las empresas privadas y la élite voraz" se encuentran detrás de su arresto, como "las empresas eléctricas, que se prestan al golpe de estado".
LLAMADA A LA "NO VIOLENCIA" CONTRA "EL GOBIERNO USURPADOR"
Zelaya llamó a "la no violencia" para responder al golpe. "Hay formas de desobediencia civil, llamo a todos aquellos que defiendan la democracia a que se manifiesten pacíficamente en todas partes", indicó el presidente a la cadena multinacional Telesur, con sede en Venezuela.
De igual modo, el presidente hondureño pidió "restituir el orden y el sistema de derecho en el país", para restaurar "el estado que se está ultrajando, los derechos civiles, sociales, políticos están siendo afectados" por "un gobierno usurpador que no puede ser reconocido absolutamente por nadie".
A nivel personal, Zelaya pidió seguridad para su familia "que sigue atrapada en Honduras". Según Telesur, la familia del presidente hondureño, se encuentra "a salvo y en buen estado de salud".
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