Variedades de declive imperial: Obama y Wall Street contra el ALBA

Toni Solo (TORTILLA CON SAL)

El desarrollo confuso de la crisis económica global hace parecer que los acontecimientos adelanten la capacidad analítica de la gente. La reciente visita de Thomas Shannon a Bolivia es una indicación de eso. Otra ha sido el reciente reporte que China ha desplazado a Estados Unidos, después de 75 años, como el socio comercial más importante de Brasil. Desde la debacle en la cumbre de Mar de Plata en 2005 del plan de George W. Bush para un Área de Libre Comercio de las Américas, Estados Unidos no ha podido defender su posición dominante comercial en América Latina.

Por muchos años antes de la actual recesión económica en los países del Bloque Occidental, los países de América Latina han estado diversificando sus relaciones comerciales. Entre 2000 y 2006, el comercio entre Asia y América Latina se duplicó desde US$62 mil millones a más de US$130 mil millones. China ha sido el nuevo socio más importante, pero también países como Japón, India, Taiwán, Singapur, Corea del Sur, Vietnam e Irán han crecido en importancia como socios comerciales. Con la recesión económica en Europa y Estados Unidos, hay más motivo todavía para América Latina de promover una diversificación más amplia de su comercio internacional.

En la Cumbre de los países árabes con los de América del Sur en Doha en marzo de este año, el Canciller brasileño Celso Amorim comentó, "Uno de los factores que ha hecho la crisis (económica) menos grave para Brasil es que tenemos un comercio muy diversificado. Con el mundo árabe (el comercio) creció desde ocho billones de dólares a veinte billones de dólares en tres o cuatro años."(1) Esa tendencia es parte del desarrollo global en el comercio Sur-Sur. En 2008, UNCTAD reportó un crecimiento en volumen entre 1995 y 2006 de US$577 mil millones a más de US$2 millones de millones - equivalente a 17% del comercio global total.(2)

Entonces cuando observadores hablan del inicio de una nueva fase en las relaciones entre Estados Unidos y América Latina, hay que estar claro que no es algo que el gobierno estadounidense ha iniciado. El Presidente Obama, Hillary Clinton y sus colegas reaccionan a acontecimientos sobre los que tienen poco control. Los esfuerzos del gobierno estadounidense de lograr sus objetivos en Venezuela, en Bolivia, en Ecuador y hasta en América Central, han sido frustrados constantemente. Sin embargo, si uno busca un cambio importante de política para corregir ese fracaso, no se ve uno que valga la pena mencionar.

Continuidad de políticas

El apoyo del gobierno estadounidense sigue para sus aliados derechistas en la región, como México, Perú y Colombia. De igual manera sus actividades siguen para desestabilizar los gobiernos de Cuba, Bolivia, Venezuela, Ecuador, Nicaragua y, quizás en menor grado, Argentina, Uruguay y Paraguay. Analistas expertas pueden trabajar duro revisando las declaraciones oficiales o las noticias en los medios corporativos para extraer detalles de interés transitorio. Pero los componentes subyacentes de la política extranjera del Bloque Occidental casi no varían de una década a la próxima.

La noche de las elecciones presidenciales en Estados Unidos en 2008, se preguntó al diplomático veterano del Departamento de Estado, Robert Callahan, embajador en Managua, qué cambio podría resultar si fuera electo Barack Obama. Callahan respondió que él pensaba que ninguno. Dijo que la política estadounidense en América Latina ha sido igual por muchas décadas y no era probable que iba a cambiar en una administración de Barack Obama. Vale la pena tomar en serio a Callahan quien ha sido durante treinta años un fiel compañero de John Negroponte - el arquetipo del eficiente y sofisticado pro-cónsul imperial, gerente sin par de los escuadrones de muerte en América Central y en Irak.

De manera parecida, después de la Cumbre de las Américas en Trinidad y Tobago, Larry Summers, principal asesor económico de Presidente Obama, fue mencionado en un informe de Bloomberg del 19 de abril este año por sus comentarios sobre el tema del embargo contra Cuba. Summers dijo, "Un final al embargo es mucho más allá en el camino..." Las modalidades cambian pero las estrategias y tácticas subyacentes quedan iguales.

La conexión militar-financiero global

Todo eso vale la pena poner en su contexto global más amplio. Desde la Segunda Guerra Mundial, el imperialismo del Bloque Occidental ha operado bajo el liderazgo estadounidense. El trato entre Estados Unidos y sus aliados europeos y del Pacífico siempre ha sido que todos trabajarán unidos para defender sus intereses como un bloque. El dominio económico de las antiguas colonias - la casi todo de África, Asia y América Latina - tuvo prioridad. Últimamente, más que nunca el trato ha sido que Estados Unidos actúe como el matón a sueldo internacional mientras sus aliados colaboren en la manipulación del comercio y las finanzas internacionales para sostener el estatus quo.

La competencia aparente entre el dólar estadounidense y el Euro es más que todo un ejemplo de teatro financiero internacional. Los pueblos europeos jamás aceptarán los niveles de gasto militar necesario para defender el dominio global de sus corporaciones transnacionales. El gasto militar del gobierno estadounidense cumple con su parte del trato geo-estratégico con sus aliados europeos y del Pacífico y también cumple con varias funciones financieras y económicas imprescindibles.

Aumenta el gasto público y estimula la economía. Permite enormes subsidios a la inversión corporativa en investigaciones científicas y tecnológicas. Por medio de los cientos de bases militares en el extranjero, la "ayuda militar" a diversos países aliados y las guerras de agresión, hace fluir grandes cantidades de liquidez en los mercados internacionales. Las secuelas financieras de toda aquella liquidez global no regulada complementan el efecto de más de US$1.5 millones de millones que fluyen por los paraísos fiscales cada año, principalmente en territorios controlados por Estados Unidos y el Reino Unido.

En los últimos años de la década de los ochenta del siglo pasado, las economías industrializadas de los países ricos ya no dieron los niveles de crecimiento necesarios para satisfacer la lógica loca del capitalismo corporativo de consumo. Para evadir las consecuencias de ese fracaso sistémico, las élites del Bloque occidental reorganizaron sus economías como mercados-casinos financieros. Empujaron hasta sus límites legales las técnicas de seguros financieros, las normas contables y de auditoría y los procesos de las agencias evaluadoras. Ese proceso impulsaba la devaluación de hecho del dólar estadounidense y otras monedas de referencia mientras los bancos centrales de los países ricos lucharon para defender el estatus del dólar como la moneda de reserva internacional a pesar de los enormes déficit presupuestarios y comerciales de Estados Unidos y su creciente deuda.

El papel estratégico de Wall Street

El desmedido gasto militar del gobierno estadounidense quizás hace sentido en ese contexto. Los cientos de bases militares a nivel mundial, las decenas de miles de millones de dólares en "ayuda militar", las constantes guerras de agresión - todo hace sentido como componentes de un gran motor global para reciclar dólares- De igual manera, la ineficiencia perversa de la concentración monopolista de las corporaciones financieras estadounidenses también hace sentido como herramienta de la estrategia geopolítica de la plutocracia que manda en Estados Unidos. Desde la misma perspectiva otros aspectos extraños del colapso financiero en Estados Unidos y Europa parecen ser menos perplejante.

Por ejemplo, ¿por qué se permitió a los cinco grandes bancos de inversión ignorar los límites normales sobre lo que podían prestar contra su capital - de doce veces a hasta 40 veces? Aquellos bancos - Goldman Sachs, Bear Stearns, Morgan Stanley, Lehman Brothers y Merrill Lynch - en la práctica trabajaban como organizaciones no gubernamentales casi autónomas. Colaboraron íntimamente con los bancos centrales principales del Bloque Occidental - la Reserva Federal, el Banco Central de Suiza, el Banco de Inglaterra, el Banco de Japón y el Banco Central Europeo.

Es una apuesta segura que este cartel internacional hizo lo más que pudo para intervenir en los mercados internacionales de monedas y de materias primas para sostener el dólar estadounidense. Así ayudaron al gobierno de Estados Unidos manejar más fácilmente los problemas generados por sus masivos déficit. Ahora, de aquellos bancos de inversión sólo sobreviven dos - Morgan Stanley y Goldman Sachs - como bancos convencionales. Bear Stearns fue tragado por J.P.Morgan, Bank of America compró Merrill Lynch. Wells Fargo compró el banco de inversión más pequeño Wachovia. Se permitió a Lehman's ir a la quiebra.

El estatus no-gubernamental casi autónomo de los principales bancos de Wall Street también explica por qué ninguno de ellos ha sido intervenido por la vía de la administración judicial. Todos probablemente son insolventes. Pero permitirles ser declarados en suspensión o cesación de pagos sería desbaratar un aparato vital para la coordinación de las intervenciones del Bloque Occidental en los mercados de las monedas internacionales y las materias primas. No es que estas empresas son "demasiado grande para permitir fallar" como tal. Las élites de Estados Unidos, Europa y sus aliados del Pacífico sostienen a flote estos bancos no-gubernamentales casi autónomos porque son muy importantes ingenios de valores monetarios - moneyness - para las intervenciones geopolíticas y reciclaje de dólares. Muchos otros aspectos extraños de la actual crisis económica parecen tener sentido desde una perspectiva similar.

Las implicaciones para la política externa

Todo eso pues, explica por qué es muy poco probable que el Presidente Obama haga cambios significativos en la política externa de Estados Unidos. Podría ser que algunas políticas vayan a cambiar, pero lo harán sólo como respuesta a hechos más allá del alcance del estatus quo dominado por el Bloque Occidental. Sobre América Latina, el Presidente Obama y Hillary Clinton seguirán apoyando amigos como el narco-terrorista Álvaro Uribe en Colombia y delincuentes de cuello blanco como Felipe Calderón en México y Alan García en Perú.

De igual manera seguirán sus esfuerzos para desestabilizar a Hugo Chávez, Evo Morales, Rafael Correa, Raúl Castro, Daniel Ortega o cualquier otro dirigente de la región - quizás Mauricio Funes en El Salvador u otros líderes de las islas naciones del Caribe quienes actúen decisivamente para construir alternativas al capitalismo corporativo de consumo. El ejemplo más importante de tal alternativa es la Alternativa Bolivariana para las Américas - ALBA. Entre otras cosas, el ALBA es un bloque comercial basado en el comercio solidario y complementario. Incluye la modalidad del trueque y ya está en marcha de una manera muy exitosa.

Una indicación de su éxito es el hecho que los medios de comunicación corporativos casi nunca lo mencionan. Mientras es cierto que pocos países son miembros plenos del ALBA (3), casi todos los países de América Central y del Caribe son miembros de su programa subsidiario para la seguridad energética y alimentaria en la región que es Petrocaribe. Se ve la importancia del ALBA en la secuela al abuso por el gobierno estadounidense del Acuerdo de Comercio Preferencial Andino y Erradicación de Drogas (ATPDEA en inglés), para castigar a Bolivia después de la expulsión del embajador estadounidense en La Paz, Philip Goldberg.

Las autoridades estadounidenses retiraron el acceso de Bolivia al ATPDEA unos pocos días después de la expulsión de Goldberg en Septiembre 2008. Bajo el ATPDEA, miles de bienes de exportación de Bolivia y los demás países andinos entraron al mercado estadounidense sin pagar tarifa aduaneras. Sin las ventajas del ATPDEA, aquellos productos de Bolivia ahora están sujetos a tarifas de entre 17% y 33%. Las exportaciones de Bolivia a Estados Unidos bajo el ATPDEA en 2007, principalmente textiles, vestidos y cosas de cuero (34%) y derivados de hidrocarburos (66%) sumaron a alrededor de US$150 millones.(4)

Sin los beneficios del ATPDEA aquellas exportaciones podrían bajar dramáticamente, aún sin el impacto de la recesión económica en Estados Unidos. Sin embargo, en octubre 2008, el gobierno venezolano firmó un tratado comercial con Bolivia para comprar más de US$46 millones de los bienes que Bolivia exportaba anteriormente a Estados Unidos. Ese tratado ya se está cumpliendo con el envío en este año de más de US$9 millones de bienes a Venezuela que Bolivia antes exportaba a Estados Unidos.

Eso quiere decir que, a lo largo del año 2009, Venezuela absorberá todo menos unos US$4 millones de los textiles, vestidos y bienes de cuero del monto que Bolivia exportaba de esos bienes a Estados Unidos en 2007. Las exportaciones de Bolivia a la zona comercial de MERCOSUR (Argentina, Brasil. Paraguay y Uruguay) aumentaron un 60% en 2008, principalmente en las ventas de gas natural. Con la negociación de parte del gobierno de Evo Morales por nuevos mercados también en Rusia, Irán, Japón, China e India, Estados Unidos bien podría descubrir que sus esfuerzos de intimidar Bolivia le salgan por la culata. Bolivia perfectamente podría establecer nuevos mercados más dinámicos mientras Estados Unidos queda con aún menos influencia en la región andina que antes.

Parece ser absolutamente claro que la administración Obama aporte casi ningún cambio a la política "bipartidista" de la élite plutócrata de su país. Definitivamente en América Latina, lo más probable es que cualquier cambio de política será impuesto sobre el gobierno de Estados Unidos por acontecimientos más allá de su control. Eso es parte del significado de la visita de Thomas Shannon y su equipo a La Paz.

Mientras Obama y Clinton podrían respirar más libremente por motivo de la victoria electoral de la derecha en Panamá, probablemente descubrirán que el actuar del nuevo gobierno de Mauricio Funes en El Salvador cancele aquel alivio. Todas las señales indican que, a pesar de las buenas noticias que el gobierno estadounidense recibirá de vez en cuando en los meses venideros, enfatizarán todavía más el profundo fracaso de los esfuerzos del gobierno estadounidense a largo plazo de mantener su influencia y prestigio en la región.

Foto: Estados Unidos – El presidente Barack Obama en la Casa Blanca. / Autor: Pete Souza – White House

Notas:
1.http://english.aljazeera.net/news/middleeast/2009/03/2009331131144938569.html
2.http://www.bilaterals.org/article.php3?id_article=12508
3.Bolivia, Cuba, Dominica, Honduras, Nicaragua, St. Vincent and the Grenadines, Venezuela. Ecuador and Uruguay have observer status.
4.http://www.constituyentesoberana.org/3/noticias/economia/102008/011008_1.html

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