Pulso crítico / J. Enrique Olivera Arce
Ante el riesgo de que el intercambio de inmundicia a que podría dar lugar el debate anunciado entre Beatriz Paredes Rangel del PRI y Germán Martínez del PAN, fortaleciera en la ciudadanía la idea de votar en blanco o nulificar el sufragio, Jesús Ortega, Presidente Nacional del PRD entró al quite y bajo el argumento baladí de ausencia de equidad, facilitó la tarea al IFE, al TRIFE y a los presidentes nacionales del tricolor y el blanquiazul de evitar incrementar el ya de sí enrarecido clima de descomposición en que ha caído el actual proceso electoral.
No hay debate televisado, sin embargo, bacinica en ristre cada quien por su lado y por todos los medios a su alcance, los partidos punteros mantendrán a nivel de piso su línea de denigración de la política y torpedeo a la línea de flotación de la incipiente democracia.
¿O es que, atendiendo a lo que cotidianamente difunden los medios de comunicación, podría esperarse del fallido debate un intercambio civilizado de ideas y propuestas? Indudablemente que no.
La espiral de mutuo descrédito en que se revuelven PAN y PRI, a unos cuantos días de que concluyan las campañas políticas, es tan intensa que por simple reacción inercial el intercambio de inmundicias era más que inevitable. Por razones obvias, toda la clase política tenía que evitar que la mierda desbordara el bacín y que mejor que un colaboracionista experto en la materia como Jesús Ortega, se prestara a ponerle freno a tal desatino.
Desafortunadamente, el destino alcanzó a nuestros inefables políticos. El mal viene de atrás y ya no hay tiempo para borrar del imaginario popular la profundidad de la crisis por la que atraviesa el sistema de partidos en México. La corrupción e impunidad brota por doquier y son los mismos partidos los que se han encargado de destapar la cloaca. Para la ciudadanía no pasa desapercibido escándalo tras escándalo en el que se ven involucrados personeros de la vida política nacional, estrechamente vinculados con los más oscuros intereses de quienes se disputan el destino de México como botín.
El cochinero no se ha cerrado aún. Falta mucho por ver de aquí a los cierres de campaña. Aún queda mucha mierda en las alforjas del PAN el PRI y el PRD, por lo que no es de dudarse que entre ella habrá que recorrer el camino entre nuestro hogar y las urnas. Más ello no debe ser inconveniente para, armados de fe más que de confianza, cumplamos con nuestra obligación y deber cívico de sufragar. Que la responsabilidad de un proceso fallido no quede en la ciudadanía.
Lo que pase después del cinco de julio será otro boleto. Otro escenario en el que la responsabilidad depositada en el arbitro de la elección y en el tribunal que habrá de sancionarla, estará en juego. Esperemos que nuestro voto se respete por el bien de todos.
*** IMPORTANTE *** Revoluciones es un proyecto de información alternativa sin fines de lucro, para mantenernos en línea requerimos de tu apoyo. Puedes ayudarnos haciendo un deposito bancario, por mínimo que sea, hazlo en el banco HSBC, al número de cuenta 6271254999 a nombre de Samuel R. García o en transferencia electrónica abonando al número Clabe: 021180062712549990. Gracias.
Ante el riesgo de que el intercambio de inmundicia a que podría dar lugar el debate anunciado entre Beatriz Paredes Rangel del PRI y Germán Martínez del PAN, fortaleciera en la ciudadanía la idea de votar en blanco o nulificar el sufragio, Jesús Ortega, Presidente Nacional del PRD entró al quite y bajo el argumento baladí de ausencia de equidad, facilitó la tarea al IFE, al TRIFE y a los presidentes nacionales del tricolor y el blanquiazul de evitar incrementar el ya de sí enrarecido clima de descomposición en que ha caído el actual proceso electoral.
No hay debate televisado, sin embargo, bacinica en ristre cada quien por su lado y por todos los medios a su alcance, los partidos punteros mantendrán a nivel de piso su línea de denigración de la política y torpedeo a la línea de flotación de la incipiente democracia.
¿O es que, atendiendo a lo que cotidianamente difunden los medios de comunicación, podría esperarse del fallido debate un intercambio civilizado de ideas y propuestas? Indudablemente que no.
La espiral de mutuo descrédito en que se revuelven PAN y PRI, a unos cuantos días de que concluyan las campañas políticas, es tan intensa que por simple reacción inercial el intercambio de inmundicias era más que inevitable. Por razones obvias, toda la clase política tenía que evitar que la mierda desbordara el bacín y que mejor que un colaboracionista experto en la materia como Jesús Ortega, se prestara a ponerle freno a tal desatino.
Desafortunadamente, el destino alcanzó a nuestros inefables políticos. El mal viene de atrás y ya no hay tiempo para borrar del imaginario popular la profundidad de la crisis por la que atraviesa el sistema de partidos en México. La corrupción e impunidad brota por doquier y son los mismos partidos los que se han encargado de destapar la cloaca. Para la ciudadanía no pasa desapercibido escándalo tras escándalo en el que se ven involucrados personeros de la vida política nacional, estrechamente vinculados con los más oscuros intereses de quienes se disputan el destino de México como botín.
El cochinero no se ha cerrado aún. Falta mucho por ver de aquí a los cierres de campaña. Aún queda mucha mierda en las alforjas del PAN el PRI y el PRD, por lo que no es de dudarse que entre ella habrá que recorrer el camino entre nuestro hogar y las urnas. Más ello no debe ser inconveniente para, armados de fe más que de confianza, cumplamos con nuestra obligación y deber cívico de sufragar. Que la responsabilidad de un proceso fallido no quede en la ciudadanía.
Lo que pase después del cinco de julio será otro boleto. Otro escenario en el que la responsabilidad depositada en el arbitro de la elección y en el tribunal que habrá de sancionarla, estará en juego. Esperemos que nuestro voto se respete por el bien de todos.
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