Luego de 14 años la herencia Fobaproa sigue agujereando los maltrechos bolsillos de los mexicanos
Carlos Fernández-Vega
Casi dos décadas atrás, el inquilino en turno de Los Pinos decretó "el fin del problema" de la deuda pública externa; años después, por ahí de 2003, el ocupante de esa misma residencia reiteró lo dicho en su momento por Carlos Salinas de Gortari, y le agregó la parte pública interna a la "solución del problema". De dudosa credibilidad ambas declaraciones, la Cámara de Diputados, con base en las cifras proporcionadas por la Secretaría de Hacienda, nos regala un ingrato paseo por este tema, con la información más reciente, que no la última.
El "problema resuelto" –externo e interno–, según Salinas y Fox, acumuló un saldo de tres billones 628 mil millones de pesos (algo así como 32.4 por ciento del producto interno bruto) al cierre del primer trimestre del fatídico año del "catarrito". Precisa la Cámara de Diputados; "la deuda neta del sector público incluye la deuda neta del gobierno federal, la de los organismos y empresas controladas y la de la banca de desarrollo", y el monto referido "considera el reconocimiento como deuda pública directa de Petróleos Mexicanos los pasivos de los proyectos de infraestructura productivos de largo plazo (Pidiregas), equivalentes a 8.1 por ciento del PIB; es decir, superior en un billón 30 mil 231 millones de pesos". Por lo tanto, tal débito resultó superior en 11 por ciento respecto a lo observado al cierre de 2008.
Al cierre del primer trimestre de 2009, el saldo de la deuda interna neta del sector público federal se ubicó en 2 billones 424 mil 900.6 millones de pesos, monto es superior en 156 mil 402.2 millones al registrado al cierre de 2008, mientras que como proporción del PIB éste saldo representó 21.7 por ciento, tres puntos porcentuales mayor al registrado al cierre de 2008. "Algunos de los factores más importantes que influyeron para la evolución de la deuda interna fueron: el incremento en el saldo de la deuda interna bruta por 175 mil 642.8 millones de pesos y la variación positiva de 19 mil 240.6 millones en los activos internos del referido sector".
Por lo que toca al saldo de la deuda externa neta, se ubicó en 83 mil 944.9 millones de dólares, monto superior en 59 mil 625.5 millones de billetes verdes al reportado al cierre de 2008. Como porcentaje del PIB este saldo representó 10.7 por ciento, mayor en 8 puntos porcentuales respecto a lo observado en diciembre del año pasado.
"Con base en el saldo contractual de la deuda externa registrado al 31 de marzo, se tiene previsto que las amortizaciones del sector público federal alcancen durante el resto del año (abril-diciembre) un monto de 6 mil 846.5 millones de dólares. De este total, 44.2 por ciento serán amortizaciones de líneas vinculadas al comercio exterior y a vencimientos de deuda con organismos financieros internacionales; 32.2 por ciento vencimientos de deuda de mercado de capitales, y 23.6 por ciento amortizaciones proyectadas de los créditos directos y pasivos Pidiregas".
Respecto del costo financiero de la deuda del sector público presupuestario, la Cámara de Diputados precisa que en el primer trimestre de 2009 se erogaron, por costo financiero, 42 mil 721 millones de pesos, monto superior en 13.7 por ciento real a la registrada en igual lapso de 2008. De esa suma, 85.4 por ciento corresponde al pago de intereses, comisiones y gastos de la deuda pública presupuestaria, mismos que registraron un crecimiento en términos reales de 16.7 por ciento, y el restante 14.6 por ciento se asignó a las erogaciones para "apoyo a ahorradores y deudores de la banca", que disminuyeron 1.1 por ciento real.
En términos anuales, el pago de intereses, comisiones y gastos de la deuda registró un avance de 14.1 por ciento, en tanto que en el caso de las erogaciones para el "apoyo financiero a ahorradores y deudores de la banca" fue de 20.2 por ciento del presupuesto otorgado al sector público. Para el costo financiero el avance representó 14.7 por ciento del presupuesto total asignado a este rubro.
La nota amable es que después de 14 años la herencia Fobaproa no deja de agujerear los maltrechos bolsillos de los mexicanos: la deuda neta del IPAB al cierre del primer trimestre de 2009 ascendió a 751 mil 405 millones de pesos.
Y otro débito contabilizado es el del Gobierno del Distrito Federal: 45 mil 380.5 millones de pesos al cierre de marzo pasado, una reducción en términos reales de 1.5 por ciento con respecto al cierre de 2008. El pago del servicio de la deuda en el primer trimestre de 2009 sumó mil 189 millones, de los que 999 millones correspondieron al costo financiero y el resto al pago de amortizaciones. Por sectores, la composición por servicio de la deuda durante enero-marzo de 2009 fue de 76.8 por ciento del Sector Central y 23.2 por ciento del Sector Paraestatal.
Qué bueno, pues, que el problema de la deuda (interna y externa) ya se solucionó.
Las rebanadas del pastel
De la lectoría, para la memoria colectiva: “México ingresa al siglo XXI con diversas transformaciones y momentos de confusión. Para nadie resulta extraño que el proceso de democratización requiere de nuevas miradas, sobre todo si admitimos que el estilo predominante de hacer política y de gobernar, así como el modelo de desarrollo de los últimos años ha despertado signos de agotamiento y múltiples climas de desencanto y desafección. En algunas ocasiones la democracia parece irrelevante y la política pierde sentido para la vida cotidiana de los ciudadanos. Un Estado débil que no logra reformarse para conducir los nuevos retos de una gobernabilidad democrática y hacer frente a los poderes fácticos y a los desafíos de la globalización, una sociedad con enorme fragilidad en sus capacidades políticas y cívicas, un modelo de desarrollo socio-económico con escasos logros en términos de crecimiento y generación de empleos de calidad, sin consensos mínimos para producir políticas estructurales en pro de la igualdad y la inclusión, dejan al descubierto una de las zonas más preocupantes de la experiencia mexicana: un país donde la ‘ciudadanía’ como referente central de la democracia, continúa como tarea pendiente del proyecto de república democrática” (PNUD, Democracia/Estado/Ciudadanía; Hacia un Estado de y para la democracia en América Latina, Federico Vázquez Calero, 2008).
Carlos Fernández-Vega
Casi dos décadas atrás, el inquilino en turno de Los Pinos decretó "el fin del problema" de la deuda pública externa; años después, por ahí de 2003, el ocupante de esa misma residencia reiteró lo dicho en su momento por Carlos Salinas de Gortari, y le agregó la parte pública interna a la "solución del problema". De dudosa credibilidad ambas declaraciones, la Cámara de Diputados, con base en las cifras proporcionadas por la Secretaría de Hacienda, nos regala un ingrato paseo por este tema, con la información más reciente, que no la última.
El "problema resuelto" –externo e interno–, según Salinas y Fox, acumuló un saldo de tres billones 628 mil millones de pesos (algo así como 32.4 por ciento del producto interno bruto) al cierre del primer trimestre del fatídico año del "catarrito". Precisa la Cámara de Diputados; "la deuda neta del sector público incluye la deuda neta del gobierno federal, la de los organismos y empresas controladas y la de la banca de desarrollo", y el monto referido "considera el reconocimiento como deuda pública directa de Petróleos Mexicanos los pasivos de los proyectos de infraestructura productivos de largo plazo (Pidiregas), equivalentes a 8.1 por ciento del PIB; es decir, superior en un billón 30 mil 231 millones de pesos". Por lo tanto, tal débito resultó superior en 11 por ciento respecto a lo observado al cierre de 2008.
Al cierre del primer trimestre de 2009, el saldo de la deuda interna neta del sector público federal se ubicó en 2 billones 424 mil 900.6 millones de pesos, monto es superior en 156 mil 402.2 millones al registrado al cierre de 2008, mientras que como proporción del PIB éste saldo representó 21.7 por ciento, tres puntos porcentuales mayor al registrado al cierre de 2008. "Algunos de los factores más importantes que influyeron para la evolución de la deuda interna fueron: el incremento en el saldo de la deuda interna bruta por 175 mil 642.8 millones de pesos y la variación positiva de 19 mil 240.6 millones en los activos internos del referido sector".
Por lo que toca al saldo de la deuda externa neta, se ubicó en 83 mil 944.9 millones de dólares, monto superior en 59 mil 625.5 millones de billetes verdes al reportado al cierre de 2008. Como porcentaje del PIB este saldo representó 10.7 por ciento, mayor en 8 puntos porcentuales respecto a lo observado en diciembre del año pasado.
"Con base en el saldo contractual de la deuda externa registrado al 31 de marzo, se tiene previsto que las amortizaciones del sector público federal alcancen durante el resto del año (abril-diciembre) un monto de 6 mil 846.5 millones de dólares. De este total, 44.2 por ciento serán amortizaciones de líneas vinculadas al comercio exterior y a vencimientos de deuda con organismos financieros internacionales; 32.2 por ciento vencimientos de deuda de mercado de capitales, y 23.6 por ciento amortizaciones proyectadas de los créditos directos y pasivos Pidiregas".
Respecto del costo financiero de la deuda del sector público presupuestario, la Cámara de Diputados precisa que en el primer trimestre de 2009 se erogaron, por costo financiero, 42 mil 721 millones de pesos, monto superior en 13.7 por ciento real a la registrada en igual lapso de 2008. De esa suma, 85.4 por ciento corresponde al pago de intereses, comisiones y gastos de la deuda pública presupuestaria, mismos que registraron un crecimiento en términos reales de 16.7 por ciento, y el restante 14.6 por ciento se asignó a las erogaciones para "apoyo a ahorradores y deudores de la banca", que disminuyeron 1.1 por ciento real.
En términos anuales, el pago de intereses, comisiones y gastos de la deuda registró un avance de 14.1 por ciento, en tanto que en el caso de las erogaciones para el "apoyo financiero a ahorradores y deudores de la banca" fue de 20.2 por ciento del presupuesto otorgado al sector público. Para el costo financiero el avance representó 14.7 por ciento del presupuesto total asignado a este rubro.
La nota amable es que después de 14 años la herencia Fobaproa no deja de agujerear los maltrechos bolsillos de los mexicanos: la deuda neta del IPAB al cierre del primer trimestre de 2009 ascendió a 751 mil 405 millones de pesos.
Y otro débito contabilizado es el del Gobierno del Distrito Federal: 45 mil 380.5 millones de pesos al cierre de marzo pasado, una reducción en términos reales de 1.5 por ciento con respecto al cierre de 2008. El pago del servicio de la deuda en el primer trimestre de 2009 sumó mil 189 millones, de los que 999 millones correspondieron al costo financiero y el resto al pago de amortizaciones. Por sectores, la composición por servicio de la deuda durante enero-marzo de 2009 fue de 76.8 por ciento del Sector Central y 23.2 por ciento del Sector Paraestatal.
Qué bueno, pues, que el problema de la deuda (interna y externa) ya se solucionó.
Las rebanadas del pastel
De la lectoría, para la memoria colectiva: “México ingresa al siglo XXI con diversas transformaciones y momentos de confusión. Para nadie resulta extraño que el proceso de democratización requiere de nuevas miradas, sobre todo si admitimos que el estilo predominante de hacer política y de gobernar, así como el modelo de desarrollo de los últimos años ha despertado signos de agotamiento y múltiples climas de desencanto y desafección. En algunas ocasiones la democracia parece irrelevante y la política pierde sentido para la vida cotidiana de los ciudadanos. Un Estado débil que no logra reformarse para conducir los nuevos retos de una gobernabilidad democrática y hacer frente a los poderes fácticos y a los desafíos de la globalización, una sociedad con enorme fragilidad en sus capacidades políticas y cívicas, un modelo de desarrollo socio-económico con escasos logros en términos de crecimiento y generación de empleos de calidad, sin consensos mínimos para producir políticas estructurales en pro de la igualdad y la inclusión, dejan al descubierto una de las zonas más preocupantes de la experiencia mexicana: un país donde la ‘ciudadanía’ como referente central de la democracia, continúa como tarea pendiente del proyecto de república democrática” (PNUD, Democracia/Estado/Ciudadanía; Hacia un Estado de y para la democracia en América Latina, Federico Vázquez Calero, 2008).
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