Trenecitos monopólicos
¿Y los nombres?
Carlos Fernández-Vega / México SA
Como "ya pasó lo peor de la crisis", pues a ésta tampoco le pide permiso, el inquilino de Los Pinos abiertamente puede festejar, entre tantos otros, los "logros" laborales obtenidos en su más reciente año de estadía en la residencia oficial, a la par que presumir por doquier la precisión de su diagnóstico sobre el "catarrito" que registraría México por la "pulmonía" estadunidense.
En el marco de la festividad, y para que nadie pierda detalle, Felipe Calderón podría recurrir a la cadena nacional en horario triple A (como lo hizo con el caso de Florence Cassez), y presentar el balance de los referidos logros, a él que tanto le gusta el micrófono, por mucho que lo pierdan los hechos: de mayo de 2008 a igual lapso de 2009, alrededor de un millón de mexicanos engrosaron las filas del desempleo abierto, para acumular poco más de 2.4 millones al cierre del quinto mes del año; el desempleo urbano se incrementó 75.5 por ciento; la desocupación entre los hombres creció 77 por ciento y 44 por ciento entre las mujeres; y el número de subempleados se duplicó, al pasar de casi 3 millones de personas (6.5 por ciento de la PEA) a cerca de 6 millones (13.2 por ciento).
Todo en tan sólo un año, lo que pocos pueden presumir, y lo mejor del caso es que las cifras referidas provienen de la estadística oficial, la del Inegi, organismo que ayer divulgó los resultados de su Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo correspondiente a mayo de 2009. Entonces, si con la contundente tesis del "catarrito" se llevó la palma, ahora que pretende convencer a propios y extraños que "ya pasó lo peor de la crisis" no habría que adivinar mucho para saber qué es lo que se llevará.
En mayo de 2008, cuando el inquilino de Los Pinos y su equipo económico ("probablemente uno de los mejores del mundo", según él mismo) minimizaban el efecto de la crisis en la economía mexicana y hablaban de "gripas" y "catarritos", el desempleo abierto en el país afectaba a 3.24 por ciento de la población económicamente activa, según las cifras oficiales. Doce meses después, tal indicador llegó a 5.31 por ciento, o lo que es lo mismo un incremento de 64 por ciento en el periodo, es decir, 936 mil personas más al desempleo, para sobrepasar, al cierre del quinto mes de 2009, los 2 millones 400 mil mexicanos en esa condición.
Por aquellos no lejanos días, la tasa oficial de desempleo urbano involucró a 3.92 por ciento de la población económicamente activa; 12 meses después se incrementó a 6.88 por ciento (en 1995 ese indicador llegó a 6.3 por ciento), lo que implica un crecimiento de 75.5 por ciento en el periodo. Por si fuera poco, se duplicó el número de subempleados: de casi 3 millones (6.3 por ciento de la PEA) pasó a cerca de 6 millones de mexicanos (12.5 por ciento).
Sobre este tema, el Inegi intenta matizar y señala: "el incremento suscitado en la población subocupada en los dos últimos meses refleja el impacto que tuvieron sobre la población ocupada los paros técnicos en los que han incurrido las empresas como una medida para evitar en lo posible el despido de personal dada la situación económica, y las medidas preventivas para evitar la propagación del brote de Influenza A/H1N1 en la última semana de abril y los primeros días de mayo".
Los "logros" referidos pueden ser peores, si se atiende la advertencia de la OCDE (cuyo secretario general, José Angel Gurría, también decretó que para México "ya pasó lo peor de la crisis"), en el sentido de que la economía mexicana podría reportar un desplome de 8 por ciento en el presente año, una proyección distante a 5.5 por ciento estimado por el "muy buen equipo económico" del calderonato y de 5.8 por ciento calculado por el Banco Mundial. De cualquier suerte, las cifras actualizadas del organismo indican que con el "presidente del empleo" en Los Pinos, la tasa de desocupación abierta en el país reportaría un incremento de 116 por ciento entre el primer día de 2006 y el último de 2010, un motivo más para celebrar el bicentenario y el centenario.
En vía de mientras, la citada encuesta del Inegi aporta la siguiente información adicional: en sector servicios se concentró 42.5 por ciento de la población ocupada en el país; en el comercio 19.6; en la industria manufacturera 14.8; en las actividades agropecuarias 13.2; en la construcción 8.1; en "otras actividades económicas" (que incluyen la minería, electricidad, agua y suministro de gas) uno por ciento, y el 0.8 restante no especificó su actividad. Según su posición en la ocupación, 66.9 por ciento de los ocupados se identificó como trabajador subordinado y remunerado; 22.6 como trabajador por cuenta propia; 6.2 como trabajador sin pago, y 4.3 agrupó a los empleadores.
Y en otro caso extraordinario, resulta que cacharon a Carlos Slim y Germán Larrea en pleno juego de monopolio, pero no en el tradicional (telefonía y minería, respectivamente), sino en el de los trenecitos. La Comisión Federal de Competencia informó ayer que, "por prácticas monopólicas absolutas en ferrocarriles", impuso multas por 419.1 millones de pesos, "el monto máximo previsto en la ley", a Grupo Carso, Grupo México, Sinca Inbursa, Ferromex y Ferrosur.
La CFC precisó que "resolvió en definitiva sancionar por la realización de prácticas monopólicas absolutas a las empresas Ferrocarril Mexicano (Ferromex) y Ferrosur, así como a las empresas tenedoras de sus acciones de manera directa e indirecta, entre ellas Grupo Carso, Grupo México y Sinca Inbursa, con lo que se agota el procedimiento de investigación iniciado en agosto de 2007, dirigido a establecer si las dos empresas ferroviarias intercambiaban información con el objeto de determinar conjuntamente los precios que cobran por sus servicios, en violación del artículo 9 de la Ley Federal de Competencia Económica".
En noviembre de 2005, Ferromex y Ferrosur notificaron a la CFC su intención de fusionarse, "y al día siguiente de la notificación habían realizado la operación, sin esperar la autorización de la Comisión. En junio de 2006, el pleno de la CFC resolvió no autorizar la operación, dado que su realización habría arrojado una concentración excesiva en el mercado de transporte ferroviario de carga, en detrimento de la eficiencia de este mercado y, por lo tanto, en perjuicio de los consumidores de este servicio".
Las rebanadas del pastel
Y en el impúdico jaloneo electoral que se traen los estatales de Bours con los federales de Calderón, los nombres de los beneficiarios de la subrogación de guarderías siguen "sin aparecer".
¿Y los nombres?
Carlos Fernández-Vega / México SA
Como "ya pasó lo peor de la crisis", pues a ésta tampoco le pide permiso, el inquilino de Los Pinos abiertamente puede festejar, entre tantos otros, los "logros" laborales obtenidos en su más reciente año de estadía en la residencia oficial, a la par que presumir por doquier la precisión de su diagnóstico sobre el "catarrito" que registraría México por la "pulmonía" estadunidense.
En el marco de la festividad, y para que nadie pierda detalle, Felipe Calderón podría recurrir a la cadena nacional en horario triple A (como lo hizo con el caso de Florence Cassez), y presentar el balance de los referidos logros, a él que tanto le gusta el micrófono, por mucho que lo pierdan los hechos: de mayo de 2008 a igual lapso de 2009, alrededor de un millón de mexicanos engrosaron las filas del desempleo abierto, para acumular poco más de 2.4 millones al cierre del quinto mes del año; el desempleo urbano se incrementó 75.5 por ciento; la desocupación entre los hombres creció 77 por ciento y 44 por ciento entre las mujeres; y el número de subempleados se duplicó, al pasar de casi 3 millones de personas (6.5 por ciento de la PEA) a cerca de 6 millones (13.2 por ciento).
Todo en tan sólo un año, lo que pocos pueden presumir, y lo mejor del caso es que las cifras referidas provienen de la estadística oficial, la del Inegi, organismo que ayer divulgó los resultados de su Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo correspondiente a mayo de 2009. Entonces, si con la contundente tesis del "catarrito" se llevó la palma, ahora que pretende convencer a propios y extraños que "ya pasó lo peor de la crisis" no habría que adivinar mucho para saber qué es lo que se llevará.
En mayo de 2008, cuando el inquilino de Los Pinos y su equipo económico ("probablemente uno de los mejores del mundo", según él mismo) minimizaban el efecto de la crisis en la economía mexicana y hablaban de "gripas" y "catarritos", el desempleo abierto en el país afectaba a 3.24 por ciento de la población económicamente activa, según las cifras oficiales. Doce meses después, tal indicador llegó a 5.31 por ciento, o lo que es lo mismo un incremento de 64 por ciento en el periodo, es decir, 936 mil personas más al desempleo, para sobrepasar, al cierre del quinto mes de 2009, los 2 millones 400 mil mexicanos en esa condición.
Por aquellos no lejanos días, la tasa oficial de desempleo urbano involucró a 3.92 por ciento de la población económicamente activa; 12 meses después se incrementó a 6.88 por ciento (en 1995 ese indicador llegó a 6.3 por ciento), lo que implica un crecimiento de 75.5 por ciento en el periodo. Por si fuera poco, se duplicó el número de subempleados: de casi 3 millones (6.3 por ciento de la PEA) pasó a cerca de 6 millones de mexicanos (12.5 por ciento).
Sobre este tema, el Inegi intenta matizar y señala: "el incremento suscitado en la población subocupada en los dos últimos meses refleja el impacto que tuvieron sobre la población ocupada los paros técnicos en los que han incurrido las empresas como una medida para evitar en lo posible el despido de personal dada la situación económica, y las medidas preventivas para evitar la propagación del brote de Influenza A/H1N1 en la última semana de abril y los primeros días de mayo".
Los "logros" referidos pueden ser peores, si se atiende la advertencia de la OCDE (cuyo secretario general, José Angel Gurría, también decretó que para México "ya pasó lo peor de la crisis"), en el sentido de que la economía mexicana podría reportar un desplome de 8 por ciento en el presente año, una proyección distante a 5.5 por ciento estimado por el "muy buen equipo económico" del calderonato y de 5.8 por ciento calculado por el Banco Mundial. De cualquier suerte, las cifras actualizadas del organismo indican que con el "presidente del empleo" en Los Pinos, la tasa de desocupación abierta en el país reportaría un incremento de 116 por ciento entre el primer día de 2006 y el último de 2010, un motivo más para celebrar el bicentenario y el centenario.
En vía de mientras, la citada encuesta del Inegi aporta la siguiente información adicional: en sector servicios se concentró 42.5 por ciento de la población ocupada en el país; en el comercio 19.6; en la industria manufacturera 14.8; en las actividades agropecuarias 13.2; en la construcción 8.1; en "otras actividades económicas" (que incluyen la minería, electricidad, agua y suministro de gas) uno por ciento, y el 0.8 restante no especificó su actividad. Según su posición en la ocupación, 66.9 por ciento de los ocupados se identificó como trabajador subordinado y remunerado; 22.6 como trabajador por cuenta propia; 6.2 como trabajador sin pago, y 4.3 agrupó a los empleadores.
Y en otro caso extraordinario, resulta que cacharon a Carlos Slim y Germán Larrea en pleno juego de monopolio, pero no en el tradicional (telefonía y minería, respectivamente), sino en el de los trenecitos. La Comisión Federal de Competencia informó ayer que, "por prácticas monopólicas absolutas en ferrocarriles", impuso multas por 419.1 millones de pesos, "el monto máximo previsto en la ley", a Grupo Carso, Grupo México, Sinca Inbursa, Ferromex y Ferrosur.
La CFC precisó que "resolvió en definitiva sancionar por la realización de prácticas monopólicas absolutas a las empresas Ferrocarril Mexicano (Ferromex) y Ferrosur, así como a las empresas tenedoras de sus acciones de manera directa e indirecta, entre ellas Grupo Carso, Grupo México y Sinca Inbursa, con lo que se agota el procedimiento de investigación iniciado en agosto de 2007, dirigido a establecer si las dos empresas ferroviarias intercambiaban información con el objeto de determinar conjuntamente los precios que cobran por sus servicios, en violación del artículo 9 de la Ley Federal de Competencia Económica".
En noviembre de 2005, Ferromex y Ferrosur notificaron a la CFC su intención de fusionarse, "y al día siguiente de la notificación habían realizado la operación, sin esperar la autorización de la Comisión. En junio de 2006, el pleno de la CFC resolvió no autorizar la operación, dado que su realización habría arrojado una concentración excesiva en el mercado de transporte ferroviario de carga, en detrimento de la eficiencia de este mercado y, por lo tanto, en perjuicio de los consumidores de este servicio".
Las rebanadas del pastel
Y en el impúdico jaloneo electoral que se traen los estatales de Bours con los federales de Calderón, los nombres de los beneficiarios de la subrogación de guarderías siguen "sin aparecer".
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