Alimentos: los más pobres pagan más

Ernesto Montero Acuña (*)

La Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) consideró que en los países en desarrollo los precios nacionales de los víveres se mantienen muy altos y en algunos casos alcanzan niveles sin precedentes.

En un análisis inicial del 2009 publicado en abril, precisaba que, de las 790 cotizaciones nacionales incluidas en su base de datos, la más reciente es mayor que hace un año en el 78 por ciento de los casos y superior a los tres meses anteriores en el 43 por ciento.

Admitía asimismo que la sexta parte son las más altas en absoluto, en abierto contraste con la evolución de los mercados internacionales de alimentos, en los cuales "la mayoría de los productos básicos han descendido de forma pronunciada desde los niveles máximos registrados en el primer semestre de 2008".

En el caso de los cereales, básicos en los países pobres, los precios también son considerablemente mayores que hace 12 meses en alrededor del 80 por ciento de las naciones incluidas en el reporte y superiores que hace tres meses entre el 35 y el 65 por ciento de aquellas, según el tipo de cereal.

Entre el 10 y el 30 por ciento de los países, los precios de los alimentos a finales de marzo eran los más altos en absoluto.

La FAO enunciaba que el África subsahariana presenta la situación más dramática, debido a que, con excepción del mijo, en una tercera parte de los países los precios cerealeros más recientes han sido mucho más altos que los alcanzados durante las crisis de 2008.

Los del arroz, por ejemplo, son muy superiores a los del mismo mes del año anterior en el 100 por ciento de los países incluidos, mientras que los de maíz, mijo y sorgo resultan más altos que hace 12 meses en alrededor del 89 por ciento de esas naciones.

Según el reporte, en otras regiones también se mantienen niveles altos, significativamente para el arroz en Asia y para el maíz y el trigo en América Central y América del Sur.

Pero en contraste con las tendencias en los precios nacionales, los de exportación de numerosos cereales son considerablemente más bajos que en el 2008, lo que marca una doble desventaja para los habitantes de las naciones pobres.

Así, son inferiores a un año atrás los de exportación de maíz en el 31 por ciento, sorgo en el 38, trigo en el 39 y arroz en el 30 por ciento de su magnitud interior, a la vez que han disminuido, entre el 37 y el 53 por ciento, en relación con los niveles máximos alcanzados exteriormente en el 2008.

De acuerdo con la información de la FAO, la doble consecuencia negativa para los pobladores de los países pobres se debe a que, por un lado, sufren la elevación del costo de víveres imprescindibles para su consumo y, por el otro, ven menguada su capacidad adquisitiva debido a la disminución de los precios de sus exportaciones similares y de casi todos sus rubros.

Más dramática es la situación de los Países de Bajos Ingresos con Déficit de Alimentos (PBIDA), pues los precios internos son todavía más altos que hace un año y, en los casos en que han bajado, "la disminución ha sido relativamente mucho menor" que los existentes en los mercados internacionales.

De modo que el costo alto de los alimentos continúa afectando en ellos a un gran número de grupos poblacionales de bajos ingresos, debido a que los hogares más pobres gastan la mayor parte de su capacidad adquisitiva en víveres, sin poder atender sus muchas otras necesidades básicas.

Se considera que los más dañados son los hogares pobres de las zonas urbanas y los de agricultores con déficit de alimentos, debido a que dependen del mercado para adquirir sus productos de subsistencia.

Adicionalmente, el primer pronóstico de la FAO para este año apunta a una ligera disminución en la producción de cereales en ese grupo de países.

En cuanto a las emergencias alimentarias, la organización considera que las perspectivas representan una preocupación, debido a la situación en África y en otras regiones.

Augura también que en el caso del arroz importado, cuyo precio se determina en función de las cotizaciones mundiales, esta situación continuará afectando el poder adquisitivo y el acceso a los alimentos de los consumidores en toda la subregión occidental del continente.

Por consiguiente, recomienda que durante el período de escasez se proteja socialmente a los consumidores mediante distribuciones selectivas, ventas a precios subvencionados o "actividades de alimentos por trabajo", según el alcance del suministro en las distintas zonas.

Lo anterior afecta mayormente, entre otros países, a Somalia, Kenya, Eritrea, Etiopía y Sudán, como consecuencia del desplazamiento masivo de civiles, campañas agrícolas inferiores, crisis económica mundial, altos precios de los alimentos o conflictos internos.

Más de 17 millones de personas enfrentan grave inseguridad alimentaria en África Oriental, mientras que esta condición aumentó en el África Austral en casi un tercio, comparativamente con el año precedente, durante la campaña comercial 2008-2009.

También, en la región de los Grandes Lagos las hostilidades en el nororiente de la República Democrática del Congo desplazaron hasta 250 mil personas que requieren ayuda en este orden, aunque no solo en él, y en Burundi los altos precios continúan perjudicando a un gran número de hogares vulnerables.

Como una preocupación califica la FAO la situación en el Oriente Medio, porque la mayor parte de la población de Gaza ha sido gravemente afectada por la agresión israelí.

Debido a ello aprobó, junto con el Programa Mundial de Alimentos, una operación de emergencia para otorgarle "asistencia alimentaria durante un período de 12 meses", hasta el 19 de enero de 2010, con el fin de auxiliar a 365 mil personas muy afectadas allí.

Haití y Honduras todavía reciben ayuda en América Central y el Caribe para recuperarse de la intensa segunda mitad de la temporada ciclónica de 2008 que dañó gravemente los cultivos y, según la FAO, trastornó los medios de subsistencia.

Globalmente, el número de los hogares afectados por la vulnerabilidad alimentaria en general sigue siendo muy elevado, debido a que los más pobres sufren mayores consecuencias y pagan más por sus víveres, en detrimento de sus otros medios de vida.

(*) Especialista en temas globales y de integración.

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