Sobre las teorías del complot

Índice Político / Francisco Rodríguez

Para Alejandro de la Cruz González. Con agradecimiento

ENTRE EL CÚMULO
de desgracias económicas derivadas de la epidemia de la influenza porcina, también es posible que los ganadores con el problema resulten los capitalistas de las corporaciones farmacéuticas, me dice el lector / colaborador de este espacio don Emilio Treviño.

Cierto. El olvido, para empezar. En estos momentos ya casi nadie recuerda al sector económico norteamericano (el inmobiliario) del cual surgió (o al menos en el que se manifestó) la crisis que se propagó como pandemia y cuya recuperación bastante le costará al mundo.

En ese sentido, una idea que como vacuna recorre el planeta tiene que ver con los mecanismos de recuperación de la salud económica mundial.

En el ejemplar de febrero de 2008, la revista norteamericana Harper´s publicó un artículo de Eric Janszen ("The Next Bubble: Priming the Markets for the Next big Crash"), en el cual a grandes rasgos se indica que en su momento, la burbuja inmobiliaria norteamericana permitió el empuje de la economía norteamericana como impulsora de la economía mundial. Al desinflarse la burbuja del sector inmobiliario estadounidense, el capitalismo se deprimió y ahora se requiere una nueva burbuja que "jale" al resto de la economía, para servir como catalizador de la recuperación.

A criterio de Janszen habría varios sectores económicos susceptibles de alentar una próxima burbuja económica que sustituyera al desinflado sector inmobiliario norteamericano como impulsor de la economía.

Los sectores potenciales de constituirse en la próxima burbuja serían la industria del cuidado a la salud, sobre todo por el creciente estrato poblacional de los "decadentes" baby boomers; sin embargo, Janszen descarta este sector debido a restricciones legislativas, sobre todo en Estados Unidos.

Otro sector habría sido el de la industria farmacéutica, la cual sólo podría convertirse en catalizadora de una burbuja económica si se desmantelase la poderosa estructura regulatoria de la Food and Drug Administration norteamericana (lo cual también se antoja complicado, según Janszen).

Implícito al desarrollo de las farmacéuticas, un segundo boom tecnológico se basaría en el mejoramiento de tecnología ya existente, más que en nuevos descubrimientos. Para la industria biotecnológica (altamente intensiva en capital), sería difícil un despegue que la erigiese en impulsora de una nueva burbuja, debido a que requiere bastante conocimiento especializado.

EN ESA MEDIDA, de acuerdo a Eric Janszen, una industria susceptible de alentar la nueva burbuja sería la energía alternativa, referida al desarrollo de productos eficientes, junto con alternativas viables al petróleo, incluyéndose la energía solar, eólica, geotérmica, además del uso de energía nuclear que produzca sustitutos viables a los hidrocaburos, tales como el hidrógeno licuado a partir de agua.

Pero esta referencia es sólo tangencial, en cuanto a eventuales intentos de erigir a la industria farmacéutica como potencial recipiente de flujos financieros que abandonaron al sector inmobiliario estadounidense, la desinflada burbuja anterior, tan necesaria para reactivar el capitalismo.

Dentro de las teorías calificadas como conspirativas en torno al surgimiento de esta emergencia por el virus de la influenza porcina (como moderna plaga bíblica), nada se ha mencionado en cuanto a la factibilidad de haberse provocado de modo intencional la fabricación y después inoculación del virus.

De ninguna manera soy partidario de difundir o creer una versión en ese sentido, pero tales ideas o teorías del complot han circulado anteriormente, y tuvieron bastante aceptación, sobre todo por haber sido alentadas de manera oficial y pública desde el poder mismo del estado.

Por ejemplo, qué mejor prueba de la argumentación anterior que las invenciones de George Bush acerca de las dizque armas de destrucción masiva (bacteriológicas o químicas) que según eso almacenaba Irak, y que a pesar de ser cuentos, las creyó y difundió mucha gente (incluido Vicente Fox) para justificar la agresión criminal contra ese desdichado país. Las versiones gringas oficiales sobre las famosas (e inexistentes) armas de destrucción masiva nunca fueron calificadas de teorías del complot por la bola de apologistas de la invasión contra Irak (varios de los cuales ahora asumen la función de tratar de ridiculizar cualquier voz crítica o disidente a la actuación oficial).

EXISTEN ANTECEDENTES SOBRE la utilización de virus como armas bacteriológicas, y en ese sentido, pues transcribo citas al respecto, provenientes de Noam Chomsky y Edward S. Herman: The Washington Connection and Third World Fascism, South End Press, Volume 1, 1979, p. 379, note 94: Drew Fethersten y John Cummings, "canadiense declara que estados unidos ofreció pagarle cinco mil dólares para infectar ganado cubano", Washington Post (Newsday), 21 de marzo de 1977, pág. 18a; el reporte señala que "los detalles de la historia del canadiense han sido confirmados por fuentes dentro y fuera de la comunidad de inteligencia norteamericana". Fethersten y Cummings, "la agencia central de inteligencia, involucrada en el brote de fiebre porcina en cuba en 1971″, Boston Globe (Newsday) (9 de enero de 1997): "con al menos el tácito respaldo de oficiales de la Agencia Central de Inteligencia, agentes ligados a terroristas anti-castristas introdujeron virus de fiebre africana porcina en Cuba en 1971.

Seis semanas después, el estallido de la enfermedad forzó el sacrificio de 500 mil cerdos para prevenir una vasta epidemia nacional entre los animales. Esta fue la primera y única ocasión en que la enfermedad golpeaba al hemisferio occidental"… y "fue etiquetado como el evento más alarmante de 1971 por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación".

Toda la producción de puerco en la isla quedó detenida por varios meses. "Una fuente de inteligencia reveló en entrevista que le fue entregado el virus en un contenedor sellado sin identificar" en el fuerte Gulick, base del ejército norteamericano y de la CIA en la zona del canal de Panamá.

Véase también United Press International: "ligan a la CIA a intento de destruir cosecha cubana", Boston Globe (27 de junio de 1976), reportando alegatos de un antiguo investigador del Pentágono acerca de que la CIA y el Departamento de Defensa dispersaron nubes "para intentar secar la zafra cubana en 1969 y 1970″, lo cual fue negado por la CIA.

Acerca de los antecedentes, véase Taylor Branch y George Crile III, "La revancha de Kennedy, cómo la CIA implementó una guerra silenciosa contra Cuba", Harper´s, agosto de 1975, donde se reportan intentos tan tempranos como en 1964 por parte de la CIA, bajo las órdenes inciales de Kennedy, para contrabandear armas y destruir refinerías, puentes, ingenios azucareros y otros objetivos, muchos de ellos alcanzados.

O sea que,ya desde esos años, el gobierno norteamericano incurría en actos de terrorismo y atacaba con armas bacteriológicas a sus enemigos. Sin ánimos complotistas, hemos de suponer que el CISEN mexicano analizó y desechó un escenario humanamente provocado para explicar el virus actual que azota a México; es decir, está descartada la inoculación del virus por intereses económicos de corporaciones farmacéuticas.

El hecho de que el CISEN o la Secretaría de la Defensa establezcan (y desechen) escenarios provocados por la actual situación no los etiqueta como difusores de teorías del complot, ¿o sí?

Índice Flamígero: Llevaría más de seis meses a la industria farmacéutica transnacional el elaborar la vacuna en contra de la influenza porcina. A finales del otoño, inicios del invierno, justo cuando los expertos vaticinan que puede darse el "rebote" de la que ahora mismo está aún en la fase 5 de alerta mundial. Burbuja, pues, que ayudará a que muchas bolsas de valores mundiales se recuperen. * * * "La PANdemia es una ePRIdemia que se salió de control". Frase de Juan Ramón Jim

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