Perspectiva Global

SALVADOR SUÁREZ ZAIZAR

ARTÍCULO NÚMERO 34


Hoy miércoles presento fragmentos de la carta que redactó Megumi Terui Villegas, colimense residente en China desde febrero del 2007. Plasma su opinión sobre la situación que se vive en ese país ante el temor que ha generado el virus de la influenza AH1N1. Leamos lo que escribió:

Ésta es una carta abierta que espero no caiga en saco roto, un llamado a la cordura y al reestablecimiento de relaciones cordiales entre el pueblo mexicano y el chino.

He seguido con atención las noticias sobre la influenza AH1N1. Los primeros reportes que leía en periódicos internacionales y mexicanos hablaban de caos y muerte. Estuve con un nudo en el estómago hasta que me pude comunicar con mi familia y amigos y ver que, si bien no hay que bajar la guardia ante una enfermedad desconocida, la situación está muy lejana de alcanzar dimensiones apocalípticas.

Estando geográficamente tan lejos de México, no creí que la situación me fuese afectar de manera directa. Veía a chinos con tapabocas (algo que he visto siempre, desde la primera vez que vine a China en el 2005), pero también me enfrenté a la ignorancia y desinformación de la problemática, con saludos negados tanto de chinos como de extranjeros temerosos de lo “terriblemente contagiosa” de la “influenza mexicana”. Sin embargo, ahora entiendo que no fue por discriminación. Las heridas de China respecto al SARS y la gripe aviar todavía no se han borrado de la mente de las personas.

Amanecí el sábado 2 de mayo con una ola de rumores de mexicanos detenidos y perseguidos por todo China, y a lo largo del día, las cosas se fueron aclarando. En efecto, las autoridades sanitarias buscaron a todos los pasajeros del vuelo proveniente de México que llegó a Shanghai junto con el mexicano contagiado por el virus AH1N1, que permaneció aislado en un hospital de Hong Kong. También, se localizó a las personas que tuvieron un contacto directo con los pasajeros del avión. Conozco personalmente a cuatro de ellos, y afortunadamente todos se encuentran muy bien de salud y pronto podrán reiniciar sus actividades cotidianas.

Algunos reportes (los más dramáticos) hablan de una búsqueda sistematizada de mexicanos por parte del gobierno chino. Esto no es cierto. Si bien en algunos casos no ha sido la forma ideal, la responsabilidad principal del gobierno chino es evitar que se propague la enfermedad entre su población. Yo no esperaría menos de mi propio gobierno de estar en la misma situación.

Las diferencias entre nuestros países son muchas, y quizá por eso también tantos malos entendidos. Una de las detenidas se quejaba de que el cuarto en donde la habían metido no tenía papel sanitario. Es obvio para mí que esa persona es una turista que no sabe que en China, la norma es que no haya papel sanitario en los baños. Las diferencias, aunadas al amarillismo de algunos medios de comunicación, han hecho parecer la situación muy diferente a la realidad.

Es una pena que esté ocurriendo esto justo en el momento en que México necesita un acercamiento con China, por motivos no solamente sociales y culturales, sino también, económicos. No he sido discriminada, ni perseguida por el gobierno chino. Algunas personas están reaccionando con miedo ante los mexicanos, ¿Y cómo no van a hacerlo si saben que el país tuvo que paralizarse por varios días como medida para detener la propagación de la enfermedad?

Hasta el momento han sido chinos los únicos extranjeros que se han preocupado por preguntarme sobre el bienestar de mi familia en México ante esta contingencia. Ellos saben por lo que estamos pasando, la experiencia china con el SARS sigue muy presente.

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