Ocasionará la emergencia una pérdida de confianza mutua

Laura Poy Solano

Un exceso de estrés, falta de confianza mutua y pérdida de la llamada "predictibilidad emocional", son sólo algunas de las secuelas que puede generar la emergencia sanitaria, ante la cual "no se ha considerado su efecto en la salud mental de los ciudadanos", alertó Benjamín Domínguez Trejo, especialista de la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Sin embargo, destacó que sentir miedo ante la epidemia del virus de la influenza AH1N1, "no es necesariamente negativo, pues esta emoción es considerada altamente adaptativa, es decir, las personas buscan cómo solucionar su miedo, y por el contrario, la indiferencia o la negación del problema pueden ser mucho más peligrosas, porque se subestiman las alertas o no se toman en cuenta".

México, indicó, al igual que la mayoría de los países de América Latina, han vivido, en los pasados 20 años "muchas experiencias negativas ocasionadas por desastres humanos o provocados por el hombre, lo que nos lleva a ser una sociedad de sobrevivientes, que sabemos responder a determinadas emergencias, pero se trata de un conocimiento del que tampoco se puede abusar".

Ante emergencias y desastres, sicológicamente se afectan dos áreas: una, denominada confianza mutua y otra de predictibilidad emocional: "La confianza mutua es la materia prima de la credibilidad. Cuando una persona confía en otra, se activa un área específica del cerebro llamada ínsula. Tenemos un cerebro que produce niveles elevados de confianza mutua, y sin ellos, no puede funcionar. Es decir, necesitamos creer en algo o en alguien, y uno de los impactos sicológicos de esta emergencia será que habrá un cambio drástico en las fuentes de credibilidad que para muchas personas puede ser la televisión, los periódicos, los políticos e incluso la ciencia".

Experto en el análisis del dolor crónico, alertó que debemos ser extremadamente cuidadosos en el manejo de la información, porque, de lo contrario, generamos mayor incertidumbre, lo que está muy relacionado con otro de los grandes factores que se afectan: la predictibilidad emocional.

"En la vida diaria todos nos construimos un esquema mental para poder funcionar, que es muy sencillo, y responde no a dudas racionales sino emocionales. Cómo voy a sentir si cierran el Metro o si no hay restaurantes, si uso o no cubrebocas, a eso le llamamos predicción emocional y guía nuestra conducta cotidiana. Se trata de procesos emocionales que son muy importantes, y que por el momento están afectados. Cualquier información que nos permita preservar o aumentar estos niveles es muy útil ante una creciente carga de estrés para la población."

El cerebro humano, indicó, funciona mejor cuando accede a información confiable, pero, ante mayor incertidumbre, mayor estrés, pues "hay evidencia científica de que una persona tiene capacidad de autorregulación emocional para sobrellevar una situación extrema, pero también se sabe que esta tolerancia puede agotarse".

Recomendó que, ante la emergencia sanitaria, "debemos recurrir a nuestras redes de amigos, que llegan a ser aún más importantes que las familiares, pues es uno de los grandes capitales emocionales con que contamos para no sentir desesperanza o indiferencia".

La Jornada

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