Ni un voto a los chuchos

Jaime Cárdenas

Dentro de las izquierdas mexicanas, la opción de los “chuchos” representa la traición al movimiento social en defensa del petróleo, la economía popular y la soberanía. No existe nada más antitético con nuestro movimiento social que la complicidad, entreguismo y subordinación de ese grupo con el gobierno federal de Calderón. Los chuchos se han distinguido por sus transacciones con Calderón, con el PAN y con el PRI, no en beneficio de México y sus mayorías, sino en beneficio de la clase política y económica que de manera mafiosa e impune controla y gobierna a este país. Muchos hechos corroboran lo que aquí se señala. Enumeremos algunos:

Los chuchos votaron a favor de la reforma electoral vigente y propusieron reducir a la nada las coaliciones electorales para perjudicar a partidos afines a López Obrador como el PT y Convergencia, además imposibilitaron jurídicamente que Andrés Manuel López Obrador forme un partido político diferente a los existentes antes de 2012.

En la reforma petrolera, aprobada en octubre de 2008, aceptaron la parte sustancial de las modificaciones legales propuestas por Calderón y por el PRI, las que violan la Constitución y los derechos de los mexicanos sobre los recursos del subsuelo, en particular permitieron que las empresas petroleras extranjeras participen y hagan negocios con los hidrocarburos de México en toda la cadena de la industria petrolera.

En el Poder Legislativo, en la Cámara de Diputados y en la de Senadores, no han impulsado con firmeza la agenda de los derechos sociales que ahora en su propaganda dicen defenderán. Esta agenda es fundamental para la izquierda, pues posibilitaría más igualdad entre los mexicanos.

Recientemente votaron en el Poder Legislativo, con el PAN y con el PRI, una reforma que no permite a los grupos sociales presentar demandas colectivas en contra de los poderes fácticos.

Sistemáticamente, directa e indirectamente, de palabra y de obra, han rechazado el liderazgo de AMLO, a cambio de los apoyos políticos y electorales de Calderón, del PRI y del PAN, para mantenerse ilegal e indebidamente con el control de la burocracia del PRD.

Son, en síntesis, el grupo de la izquierda mexicana que no quiere transformar a México y que prefiere pactar con el poder establecido para conservar sus exiguos privilegios y presencia.

Investigador del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM

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