ÍNDICE POLÍTICO / FRANCISCO RODRÍGUEZ
¿Qué soledad es más solitaria que la desconfianza?
George Eliot, seudónimo de Mary Anne Evans
UNO DE LOS ASPECTOS que más condiciona la relación entre ciudadanos y poder político son las actitudes. Talantes tales como el cinismo político, el desinterés, la desconfianza política... están fuertemente vinculadas al grado de confianza que los ciudadanos depositan en las instituciones de representación política en general. El problema se agudiza cuando incluso entre los actores políticos la desconfianza priva en su relación.
"Aliados" desde hace poco más de dos años, los michoacanos Felipe Calderón y Leonel Godoy basaron su sociedad en la difidencia mutua. Tal es la que priva en prácticamente todas las que el ocupante de Los Pinos establece con relaciones circunstanciales o de coyuntura.
Pueden constatar lo anterior los más visibles militantes del PRI, sin cuya actitud institucional el panista no habría podido ocupar Los Pinos desde la madrugada del primer día de diciembre de 2006, sólo porque las leyes no contemplan qué hacer en caso de ausencia definitiva de un Presidente de la República. Hoy los tricolores sufren la traición.
Toca el turno a los "chuchos" perredistas. Cayeron, se entregaron a los brazos del calderonato y, por cuestiones electoreras, hoy son puestos en la picota para que la guillotina de la opinión pública degüelle sus cabezas. La de Cuauhtémoc Cárdenas, para empezar, la del actual mandatario, pasando claro por el junior Lázaro Cárdenas Batell –quien dejó la gubernatura "limpiecito", sin que le hicieran pagar ni una multa de tránsito-- y, no lo platique, hasta por las de los propietarios de una cadena de salas cinematográficas, con quienes Calderón se retrata frecuentemente.
La desconfianza, en todo caso, es mutua. ¿Cómo confiar en una corriente dizque de izquierda que a todo le pone precio?
¿Cómo confiar en un "político" cual Leonel Godoy, quien el martes más negro de su historia personal aún se atrevía a mentir? Lo reportaba así ayer el portal del colega Francisco García Davish –el más visitado de la entidad que vio nacer a José María Morelos y Pavón--, en su Patíbulo:
"A sus titubeos de todo el día sobre la vibrante jornada del martes, el gobernador michoacano cerró por la noche con una burla para sus paisanos: cacareó su presunto emplazamiento al Procurador para separarse del cargo, pero más noche le reveló a Joaquín López-Dóriga que el abogado de marras ya había dimitido desde la mañana... Y luego se queja de que pocos, muy pocos, le creen y le tienen confianza."
Mentiras y más desconfianzas también cuando durante todo el día se niega la captura del hermano de Leonel Godoy, Julio César, candidato a diputado federal por el distrito electoral con cabecera en Lázaro Cárdenas, y la misma Agencia Quadratín publica hasta la fotografía de éste rodeado de elementos de la Secretaría de la Defensa Nacional.
Que lo hayan "soltado" poco después, ¿fue para enviar una señal con la cual se intentaría reconstruir la confianza perdida entre los dos michoacanos protagonistas de este episodio a todas luces vergonzoso?
Avergüenza, sí, que en el reciente caso de la captura de funcionarios del estado de Morelos, haya existido "confianza" en el mandatario estatal, no obstante que Marco Antonio Adame pertenece a las cuadras de un equipo blanquiazul non grato a los actuales ocupantes de Los Pinos, el que tiene como propietario del herraje a Diego Fernández de Cevallos. ¿Ya hay confianza entre el llamado "Jefe" y Calderón?
¿Existe confianza entre el mismo Calderón y el presidente formal de "su" partido, Germán Martínez Cázares? Aparentemente no, pues tampoco éste sabía lo que las fuerzas federales preparaban para la entidad de la que también es oriundo. No. No hay confianza en la locuacidad de Germancito, como desde hace tiempo dejó de existir entre "el primer michoacano" del país y su ex secretario particular, también purépecha, César Nava Martínez.
¿Cómo confiaremos los ciudadanos en los peculiares "políticos" que el país padece si, para empezar, las relaciones entre ellos mismos están basadas en la desconfianza o en la apariencia de una confianza que no existe?
Constante del discurso del señor Calderón es el llamado a la unidad. No deja de ser retórico, pues para crear vínculos el ingrediente confianza es la principal materia prima.
Y ya pocos confían en él.
Saben que al final de cuentas, la confianza que en él se atrevan a depositar será invariablemente traicionada. Michoacán, esta vez, ha sido el epicentro de este derrumbe de alianzas.
Índice Flamígero: Habrá que concederle razón a Roberto Madrazo. La Administración actúa como cartel. Le está "tumbando" las plazas al PRD y al PRI. Lo de Morelos fue "vacuna" que no le funcionó. + + + ¿Se atreverá a investigar la Contraloría, o como ahora se llame --encargada al primo michoacano--, a investigar los negocios que con urea realiza el hermano del titular de Agricultura, Alberto Cárdenas. Un dato: el negocito es herencia de los nefastos hermanos Bribiesca Sahagún, quienes el sexenio pasado lucraron con este fertilizante.
*** IMPORTANTE *** Revoluciones es un proyecto de información alternativa sin fines de lucro, para mantenernos en línea requerimos de tu apoyo. Puedes ayudarnos haciendo un deposito bancario, por mínimo que sea, hazlo en el banco HSBC, al número de cuenta 6271254999 a nombre de Samuel R. García o en transferencia electrónica abonando al número Clabe: 021180062712549990. Gracias.
¿Qué soledad es más solitaria que la desconfianza?
George Eliot, seudónimo de Mary Anne Evans
UNO DE LOS ASPECTOS que más condiciona la relación entre ciudadanos y poder político son las actitudes. Talantes tales como el cinismo político, el desinterés, la desconfianza política... están fuertemente vinculadas al grado de confianza que los ciudadanos depositan en las instituciones de representación política en general. El problema se agudiza cuando incluso entre los actores políticos la desconfianza priva en su relación.
"Aliados" desde hace poco más de dos años, los michoacanos Felipe Calderón y Leonel Godoy basaron su sociedad en la difidencia mutua. Tal es la que priva en prácticamente todas las que el ocupante de Los Pinos establece con relaciones circunstanciales o de coyuntura.
Pueden constatar lo anterior los más visibles militantes del PRI, sin cuya actitud institucional el panista no habría podido ocupar Los Pinos desde la madrugada del primer día de diciembre de 2006, sólo porque las leyes no contemplan qué hacer en caso de ausencia definitiva de un Presidente de la República. Hoy los tricolores sufren la traición.
Toca el turno a los "chuchos" perredistas. Cayeron, se entregaron a los brazos del calderonato y, por cuestiones electoreras, hoy son puestos en la picota para que la guillotina de la opinión pública degüelle sus cabezas. La de Cuauhtémoc Cárdenas, para empezar, la del actual mandatario, pasando claro por el junior Lázaro Cárdenas Batell –quien dejó la gubernatura "limpiecito", sin que le hicieran pagar ni una multa de tránsito-- y, no lo platique, hasta por las de los propietarios de una cadena de salas cinematográficas, con quienes Calderón se retrata frecuentemente.
La desconfianza, en todo caso, es mutua. ¿Cómo confiar en una corriente dizque de izquierda que a todo le pone precio?
¿Cómo confiar en un "político" cual Leonel Godoy, quien el martes más negro de su historia personal aún se atrevía a mentir? Lo reportaba así ayer el portal del colega Francisco García Davish –el más visitado de la entidad que vio nacer a José María Morelos y Pavón--, en su Patíbulo:
"A sus titubeos de todo el día sobre la vibrante jornada del martes, el gobernador michoacano cerró por la noche con una burla para sus paisanos: cacareó su presunto emplazamiento al Procurador para separarse del cargo, pero más noche le reveló a Joaquín López-Dóriga que el abogado de marras ya había dimitido desde la mañana... Y luego se queja de que pocos, muy pocos, le creen y le tienen confianza."
Mentiras y más desconfianzas también cuando durante todo el día se niega la captura del hermano de Leonel Godoy, Julio César, candidato a diputado federal por el distrito electoral con cabecera en Lázaro Cárdenas, y la misma Agencia Quadratín publica hasta la fotografía de éste rodeado de elementos de la Secretaría de la Defensa Nacional.
Que lo hayan "soltado" poco después, ¿fue para enviar una señal con la cual se intentaría reconstruir la confianza perdida entre los dos michoacanos protagonistas de este episodio a todas luces vergonzoso?
Avergüenza, sí, que en el reciente caso de la captura de funcionarios del estado de Morelos, haya existido "confianza" en el mandatario estatal, no obstante que Marco Antonio Adame pertenece a las cuadras de un equipo blanquiazul non grato a los actuales ocupantes de Los Pinos, el que tiene como propietario del herraje a Diego Fernández de Cevallos. ¿Ya hay confianza entre el llamado "Jefe" y Calderón?
¿Existe confianza entre el mismo Calderón y el presidente formal de "su" partido, Germán Martínez Cázares? Aparentemente no, pues tampoco éste sabía lo que las fuerzas federales preparaban para la entidad de la que también es oriundo. No. No hay confianza en la locuacidad de Germancito, como desde hace tiempo dejó de existir entre "el primer michoacano" del país y su ex secretario particular, también purépecha, César Nava Martínez.
¿Cómo confiaremos los ciudadanos en los peculiares "políticos" que el país padece si, para empezar, las relaciones entre ellos mismos están basadas en la desconfianza o en la apariencia de una confianza que no existe?
Constante del discurso del señor Calderón es el llamado a la unidad. No deja de ser retórico, pues para crear vínculos el ingrediente confianza es la principal materia prima.
Y ya pocos confían en él.
Saben que al final de cuentas, la confianza que en él se atrevan a depositar será invariablemente traicionada. Michoacán, esta vez, ha sido el epicentro de este derrumbe de alianzas.
Índice Flamígero: Habrá que concederle razón a Roberto Madrazo. La Administración actúa como cartel. Le está "tumbando" las plazas al PRD y al PRI. Lo de Morelos fue "vacuna" que no le funcionó. + + + ¿Se atreverá a investigar la Contraloría, o como ahora se llame --encargada al primo michoacano--, a investigar los negocios que con urea realiza el hermano del titular de Agricultura, Alberto Cárdenas. Un dato: el negocito es herencia de los nefastos hermanos Bribiesca Sahagún, quienes el sexenio pasado lucraron con este fertilizante.
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