México, con gran potencial para destacar en la industria del software

Boletín UNAM-DGCS-301
Ciudad Universitaria

* Por su cercanía con EU y su red de tratados comerciales, el país podría tener un papel protagónico en el sector de los programas informáticos, explicaron académicos de la UNAM

* El mercado mundial de este tipo de productos rebasa los 153 mil millones de dólares al año, y Estados Unidos es el principal consumidor, con un gasto de más de 75 mil mdd


Es difícil pensar cómo sería la vida diaria sin software porque hoy los programas de cómputo están por todos lados, tanto en el calentador de agua, la estufa y la televisión, como en los teléfonos celulares, las computadoras y los automóviles.

Se calcula que el mercado mundial de estos productos informáticos rebasa los 153 mil millones de dólares anuales, y Estados Unidos es el principal consumidor, con un gasto superior a los 75 mil millones y una participación de 48.8 por ciento del total.

Por ello, académicos de la Universidad Nacional reconocieron que el país tiene un importante potencial en esta materia debido a su cercanía geográfica con Estados Unidos y por disponer de la red de tratados comerciales más extensa del mundo.

Sería posible, opinó, utilizar a estos jóvenes profesionistas para rediseñar los esquemas de producción, y en esta misión el software es crucial; por ser un rubro presente en todas las tecnologías de la información, modernizaría la industria local.

No obstante, el encargado del Laboratorio de Cómputo del Centro Tecnológico Aragón (de la Facultad de Estudios Superiores Aragón), Jesús Hernández Cabrera, admitió que México está aún en desventaja porque los clientes prefieren comprar paqueterías estadounidenses en vez de nacionales.

Por otro lado, la industria del país apenas está emergiendo, gracias a esfuerzos como el “Moprosoft” (Modelo de Procesos para la Industria del Software), con el que se intenta imponer un estándar para este tipo de desarrollos.

Se trata de un esquema impulsado por la Asociación Mexicana para la Calidad en Ingeniería de Software, a través de la Facultad de Ciencias de la UNAM y a solicitud de la Secretaría de Economía, que busca crear una norma local que se adapte a las características de nuestras empresas de desarrollo y mantenimiento de programas.

Hernández Cabrera argumentó que uno de los terrenos en el que las industrias estadounidenses superan a las mexicanas, es que éstas producen estándares de desarrollo y se guían por ellos a la hora de generar su software, es decir, proponen y siguen una serie de normas que garantizan la calidad de sus productos.

Por el contrario, en México lo que se hace es tratar de instrumentar esos mismos parámetros en el territorio, lo que resulta difícil por las diferencias que hay entre ambas naciones.

Se calcula que en el país hay alrededor de 300 compañías dedicadas al ramo y de esta cifra, 20 por ciento están formalmente estructuradas sea como subsidiarias de grandes consorcios internacionales, como organizaciones mexicanas o como una combinación de ambas.

De este universo, más del 90 del sector está integrado por microempresas, y la mayoría de ellas, carece de estructura y enfoque formal en sus actividades de venta y elaboración de contratos, además de que prestan servicios a diversos sectores en forma aislada y en labores específicas.

Actualmente, México registra un nivel de gasto en tecnologías de la información y comunicaciones (TIC) de 3.2 por ciento del Producto Interno Bruto, ubicándose en el lugar 50 en este rubro. No obstante, el rezago es aún mayor en términos de gasto en software, que es seis veces inferior al promedio global y nueve veces menor que el de Estados Unidos.

En ese sentido, Clemente Ruiz señaló que en la administración federal anterior se propuso revitalizar cierto tipo de actividades, y una de ellas fue la de programas informáticos. El 9 de octubre de 2002, la Secretaría de Economía (SE) lanzó el Programa para el Desarrollo de la Industria del Software (Prosoft), con el fin de promover las condiciones necesarias para que México cuente con una estructura competitiva internacional que crezca en el largo plazo.

Según cifras del propio programa, de 2004 a agosto de 2008, Prosoft, a través del apoyo otorgado a proyectos de tecnologías de información, ha impulsado la mejora y creación constante de empleos en el sector, logrando un total acumulado de 32 mil 559 nuevos trabajos y mejorado otros 27 mil 437.

De hecho, 2008 ha sido el mejor año para este proyecto, ya que de enero a agosto se produjeron 10 mil 488 plazas y se mejoraron 7 mil 444 más. “Se trata de una industria que si es bien encauzada puede ser mucho mayor de lo que es hoy”, sentenció Clemente Ruiz.

No obstante, estas empresas de alta tecnología no emplean a mucha gente; son firmas que si bien pueden generar estrategias de modernización tecnológica para el país, hay pocas y ocupan poco personal.

Por ejemplo, una de las más importantes en México es Softec de Monterrey, que junto con sus filiales emplea a cinco mil personas, pero es una excepción porque otras transnacionales como Hildebrando e IBM, ocupan a menos de mil personas cada una.

El académico de la FE, argumentó que si el software está en todas partes y es un factor estratégico para la modernización tecnológica, es indispensable analizar el perfil que se le va a dar a la industria mexicana para su desarrollo.

“Debemos establecer una estrategia. Lo que se hizo entre 2000 y 2009 fue planear qué se quería y a dónde se pretendía ir. Se creó un fondo para que quien se dedicara a desarrollar software contara con financiamiento del Estado”, apuntó el especialista universitario.

Sólo falta definir la siguiente etapa, que podría enfocarse a la construcción de alianzas estratégicas con empresas transnacionales para desarrollar más programas en el país.

De forma paralela, las universidades mexicanas están preparando a una cantidad importante de personal en ingeniería. México cuenta con el capital humano y una industria montada, lo que falta es saber usar esos recursos para concretar una nueva etapa de expansión de este sector.

En ese sentido, Jesús Hernández destacó que aunque en comparación con sus competidores México tiene la desventaja de que su industria evoluciona lentamente, también tiene mayores posibilidades de crecimiento que la de Estados Unidos.

Lo que se requiere para mejorar la situación nacional es aumentar el nivel y mejorar la preparación de los ingenieros, lo que es posible a través de un incremento de los niveles de enseñanza. “De lo contrario, nuestra competitividad será poca y nos absorberá el mercado extranjero”, recalcó.

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