Boletín UNAM-DGCS-303
Ciudad Universitaria
* La orografía afecta profundamente la distribución de las precipitaciones, explicó Socorro Medina Valles, del Departamento de Ciencias Atmosféricas de la Universidad de Washington, en Seattle
* En el Centro de Ciencias de la Atmósfera (CCA) de la UNAM, la investigadora ponderó cómo afectan la conducta pluvial y del flujo de aire en climas fríos y cálidos
Estudiar las precipitaciones desde una perspectiva orográfica resulta crucial porque las barreras montañosas modifican los patrones de lluvia, explicó la investigadora del Departamento de Ciencias Atmosféricas de la Universidad de Washington, Seattle, Socorro Medina Valles.
En una conferencia impartida en el Centro de Ciencias de la Atmósfera (CCA) de la UNAM, la especialista explicó cómo los promontorios inciden en los fenómenos pluviales.
La académica mencionó que la lluvia tiende a ser más intensa en la ladera a barlovento (por donde asciende el viento), mientras que la ladera a sotavento (donde desciende) registra menos precipitaciones. El objetivo de sus estudios es entender cómo las montañas modifican el flujo del aire y los procesos físicos en los que ocurren esos fenómenos.
La principal diferencia entre los diversos climas depende de la altitud y su proximidad con el océano, así como de la latitud. En términos generales, los lugares que están en los trópicos son cálidos y los ubicados en los extratrópicos, fríos.
Para abarcar la mayor parte del espectro, Medina Valles eligió para su estudio una región de los Alpes y otra en las Montañas Cascadas (en Oregon, Estados Unidos), por ser gélidas, y la zona de los Himalayas, al sur de Asia, que es cálida. Así, fue posible indagar los procesos microfísicos que favorecen las precipitaciones, y entender cómo el flujo del aire es afectado por el terreno.
Los resultados demostraron que, en ambos climas, en ciertas condiciones, había un chorro de niveles bajos (un máximo en la intensidad del viento horizontal, cerca de la superficie), que trasportaba aire húmedo.
Cuando este torrente llegaba al primer pico de una barrera orográfica, ascendía drásticamente sobre el terreno y transportaba humedad y generaba condensación. En algunos casos propiciaba convección, fenómeno cuando el aire cerca de la superficie es más liviano, se eleva y forma celdas y produce lluvia.
En climas fríos se encontró un patrón adicional, en el que la magnitud del viento aumentaba en la vertical, es decir, había una cortante de corriente fuerte en la ladera a barlovento. Esta capa, con cortante viento intensa favorece la creación de pequeñas celdas turbulentas donde existe condensación y producción pluvial.
Antes se pensaba que la precipitación orográfica era provocada cuando el aire ascendía de manera laminar (sin mucha turbulencia) sobre el terreno. Sin embargo, los casos analizados demostraron que cuando los sistemas de precipitación avanzan sobre la ladera a barlovento, se forman pequeñas celdas que llevan humedad de los niveles bajos a los altos y producen condensación y, consecuentemente, lluvias.
Este tipo de estudios es ilustrativo porque la orografía es parcialmente responsable de algunos extremos de precipitación, como ocurre en la población de Cherrapunji, en India, que anualmente recibe más de 10 metros de lluvia.
Este sitio se encuentra al pie de una pequeña cordillera cerca de los Himalayas, región donde el flujo del aire es extremadamente húmedo, concluyó.
*** IMPORTANTE *** Revoluciones es un proyecto de información alternativa sin fines de lucro, para mantenernos en línea requerimos de tu apoyo. Puedes ayudarnos haciendo un deposito bancario, por mínimo que sea, hazlo en el banco HSBC, al número de cuenta 6271254999 a nombre de Samuel R. García o en transferencia electrónica abonando al número Clabe: 021180062712549990. Gracias.
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* La orografía afecta profundamente la distribución de las precipitaciones, explicó Socorro Medina Valles, del Departamento de Ciencias Atmosféricas de la Universidad de Washington, en Seattle
* En el Centro de Ciencias de la Atmósfera (CCA) de la UNAM, la investigadora ponderó cómo afectan la conducta pluvial y del flujo de aire en climas fríos y cálidos
Estudiar las precipitaciones desde una perspectiva orográfica resulta crucial porque las barreras montañosas modifican los patrones de lluvia, explicó la investigadora del Departamento de Ciencias Atmosféricas de la Universidad de Washington, Seattle, Socorro Medina Valles.
En una conferencia impartida en el Centro de Ciencias de la Atmósfera (CCA) de la UNAM, la especialista explicó cómo los promontorios inciden en los fenómenos pluviales.
La académica mencionó que la lluvia tiende a ser más intensa en la ladera a barlovento (por donde asciende el viento), mientras que la ladera a sotavento (donde desciende) registra menos precipitaciones. El objetivo de sus estudios es entender cómo las montañas modifican el flujo del aire y los procesos físicos en los que ocurren esos fenómenos.
La principal diferencia entre los diversos climas depende de la altitud y su proximidad con el océano, así como de la latitud. En términos generales, los lugares que están en los trópicos son cálidos y los ubicados en los extratrópicos, fríos.
Para abarcar la mayor parte del espectro, Medina Valles eligió para su estudio una región de los Alpes y otra en las Montañas Cascadas (en Oregon, Estados Unidos), por ser gélidas, y la zona de los Himalayas, al sur de Asia, que es cálida. Así, fue posible indagar los procesos microfísicos que favorecen las precipitaciones, y entender cómo el flujo del aire es afectado por el terreno.
Los resultados demostraron que, en ambos climas, en ciertas condiciones, había un chorro de niveles bajos (un máximo en la intensidad del viento horizontal, cerca de la superficie), que trasportaba aire húmedo.
Cuando este torrente llegaba al primer pico de una barrera orográfica, ascendía drásticamente sobre el terreno y transportaba humedad y generaba condensación. En algunos casos propiciaba convección, fenómeno cuando el aire cerca de la superficie es más liviano, se eleva y forma celdas y produce lluvia.
En climas fríos se encontró un patrón adicional, en el que la magnitud del viento aumentaba en la vertical, es decir, había una cortante de corriente fuerte en la ladera a barlovento. Esta capa, con cortante viento intensa favorece la creación de pequeñas celdas turbulentas donde existe condensación y producción pluvial.
Antes se pensaba que la precipitación orográfica era provocada cuando el aire ascendía de manera laminar (sin mucha turbulencia) sobre el terreno. Sin embargo, los casos analizados demostraron que cuando los sistemas de precipitación avanzan sobre la ladera a barlovento, se forman pequeñas celdas que llevan humedad de los niveles bajos a los altos y producen condensación y, consecuentemente, lluvias.
Este tipo de estudios es ilustrativo porque la orografía es parcialmente responsable de algunos extremos de precipitación, como ocurre en la población de Cherrapunji, en India, que anualmente recibe más de 10 metros de lluvia.
Este sitio se encuentra al pie de una pequeña cordillera cerca de los Himalayas, región donde el flujo del aire es extremadamente húmedo, concluyó.
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