Genoma, al mejor postor

ÍNDICE POLÍTICO / FRANCISCO RODRÍGUEZ

Para las maestras y maestros de México

¿QUIÉN PATENTARÁ, SI
no es que ya lo hizo, las 89 variedades genéticas comunes que nos hacen a los mexicanos diferentes al resto de los más de 6 mil millones de habitantes del planeta?

Entre esas 89 variedades genéticas distintas, ¿aparece el de la corrupción? ¿Y el de la indolencia y dejadez ante los abusos cada vez más balconeados de nuestros también peculiares políticos?

¿Cuál será el valor de tan sólo esas dos diferencias en los mercados farmacéuticos mundiales?

Paradójicamente, un tema científico apareció como por arte de magia en la chistera de la fallida Administración del señor Felipe Calderón, justo cuando propios y extraños cuestionan el criminal regateo de recursos fiscales a las áreas de investigación científica, sobre todo a la medicina: la presentación urbi et orbi del llamado mapa del genoma humano de los mexicanos.

Un verdadero evento de relaciones públicas que, no sobra decirlo, brindará rentabilidad política al grupo compacto que aparentemente ejerce el poder, a la vez que grandes utilidades económicas a quienes en realidad son los que ordenan y mandan.

¿Quién o quiénes financiaron este proyecto? Además de recursos del erario federal, ¿los hubo de la llamada iniciativa privada? Todo indica que sí. Basta ingresar a la página electrónica http://www.inmegen.gob.mx en la que se despliega el anuncio de tan cantado "descubrimiento científico" para percatarse de que en el apartado "donadores" sólo aparece un póster en el que se agradece el apoyo.

El último día de julio de 2005, empero, la investigadora Silvia Ribeiro del francocanadiense Grupo de Acción sobre Erosión, Tecnología y Concentración, El Grupo ETC como se le conoce, publicó un muy interesante artículo, en el que reproduce el anuncio del Instituto de Medicina Genómica (Inmegen) sobre la participación de empresas multinacionales, tales como Applied Biosystems e IBM, esta última por medio de su división Healthcare and Life Sciences.

Señala la investigadora que, de facto, estas empresas ya participaban en el proyecto de Inmegen, pero que "en ocasión del primer año del Inmegen se anunció a los medios nacionales y extranjeros con bombo y platillo", la participación de cuando menos estas dos empresas.

"Aprovecharon para cambiar el lenguaje que estaban usando desde hace más de dos años (2003), según el cual ‘los 60 grupos étnicos de México garantizan el éxito de la farmacogenómica’. Traducido, le aseguraban a las trasnacionales farmacéuticas que las variaciones genéticas de los pueblos indios serían una valiosa base para desarrollar fármacos de éxito comercial."

El problema de lo anterior, uno entre muchos, es que según "no existe discusión social sobre las vastas implicaciones de estas tecnologías, ni éticas, económicas o del uso potencial en armas biológicas o fármacos nootrópicos (‘drogas inteligentes’)… Tampoco hay consentimiento de los pueblos indios para que se use su información genética. El Inmegen alega que los muestreados han dado su consentimiento, pero debe mostrar al público cuál es la información que se les entrega para obtenerlo. En cualquier caso, al tomar muestras de grupos de determinadas poblaciones, está proveyendo información a las empresas sobre las bases genéticas no sólo de los muestreados, sino de todo el pueblo indio del que provienen."

Otro problema, de acuerdo a la investigadora del ETC, "las enfermedades que se nombran, tenga uno genes que lo puedan predisponer o no a ellas, tienen sus causas en aspectos socioeconómicos y no genéticos. Son producto de… la mala calidad de vida. Situaciones en su gran mayoría causadas por la pobreza y la marginación, no por los genes. "Paradójicamente, aun si existiera algún tipo de ‘cura’ basada en genética, la mayoría afectada por estas enfermedades no podrá acceder a ellas, porque los productos resultantes serán patentados por las empresas y estarán fuera de su alcance. El mapeo, sin embargo, se subsidia con dinero público y con los genes de los marginados."

Y, last but not least, "¿por qué se interesan las empresas en estas enfermedades? Un ejemplo: los medicamentos para la diabetes, vendidos como productos para adelgazar les reportan 10 veces más ganancias. Si logran crear ‘tratamientos genéticos’ personalizados para adelgazar, aumentarán sus jugosas ganancias, explotando a ese público, ya manipulado y con recursos para pagarlas. La genómica amplía significativamente el horizonte de ganancias de las grandes empresas.

"Esto explica que el Inmegen esté vinculado desde el inicio a los intereses de los grandes capitales. Primero mediante su estrecha relación con la Fundación Mexicana para la Salud (Funsalud), la fundación privada que más influencia tiene en las políticas (privatizadoras) de la salud en México, en la cual son socios los más grandes empresarios del país y varias multinacionales farmacéuticas, como Bayer, SmithKlineBeecham, Glaxo Wellcome, Wyeth y Merck. Ahora, en colaboración directa con dos de las empresas que dominan la industria de la genómica, que tendrán acceso preferencial a los datos obtenidos."

Más datos: "Applied Biosystems es una de las tres empresas que constituyen Applera Corporation. Las otras dos son Celera Genomics (fundada por Craig Venter, el más conocido, controvertido y ambicioso magnate de la genómica), y Celera Diagnostics. Applera Corporation integra el Grupo de Biodefensa/Bioterrorismo del Departamento de Defensa de Estados Unidos…"

IBM, por su parte, tiene un inusitado interés en las variaciones genéticas indígenas –junto a National Geographic--, pero además, recuerda la autora del ensayo parcialmente aquí reproducido, "IBM no tuvo reparos en diseñar para los nazis el sistema para contabilizar los muertos del Holocausto…"

¿Para quién trabaja la Administración fallida?

Índice Flamígero: La mayoría silenciosa se atrevió a manifestarse en el Estadio Azteca. Tenía razón: "¡uleeeeeeeeeeeeeeeero!, ¡uleeeeeeeeeeeeeeeero!.."

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