Estudian cepas mexicanas del parásito causante del mal de chagas

Boletín UNAM-DGCS-282
Ciudad Universitaria

* En el Instituto de Investigaciones Biomédicas (IIBm) de la UNAM, Bertha Espinoza Gutiérrez, caracteriza las variantes genotípicas del protozoario Trypanosoma cruzi

* En México, hay más de 30 especies de insectos que transmiten el microorganismo a los humanos, como la “chinche hocicona”

* La especialista charló sobre su investigación en el Seminario del IIBm, donde señaló que su laboratorio realiza diagnósticos gratuitos y expide certificados de la enfermedad


Para conocer a detalle las características del parásito Trypanosoma cruzi, causante del mal de Chagas, Bertha Espinoza Gutiérrez, académica del Instituto de Investigaciones Biomédicas (IIBm) de la UNAM, caracteriza genéticamente las cepas mexicanas de ese protozoario.

Se trata de una enfermedad parasitaria tropical que sólo se registra en América Latina con excepción de las Antillas Holandesas, donde varias campañas de fumigación han erradicado la infección.

“Aunque es un padecimiento conocido y estudiado en América del Sur, especialmente en Brasil y Argentina, en México falta difundir su forma de transmisión, síntomas y conocer sus particularidades”, indicó Espinoza Gutiérrez en la conferencia Caracterización genética y biológica de cepas mexicanas de Trypanosoma cruzi, realizada en el auditorio Francisco Alonso de Florida, del IIBm.

En su laboratorio del Departamento de Inmunología del IIBm, la investigadora cultiva y analiza las variantes genotípicas mexicanas del parásito para conocer sus características biológicas, respuesta inmune, patogenicidad y posibles métodos de diagnóstico.

La científica ha realizado 17 análisis con isoenzimas, un tipo de enzimas que difieren en la secuencia de aminoácidos, pero que catalizan la misma reacción química y que pueden ajustar el metabolismo para atender las necesidades de un tejido o una etapa de desarrollo.

Otros estudios de Gutiérrez incluyen la aplicación de la Reacción en Cadena de Polimerasa (PCR), una técnica muy utilizada y sensible que permite amplificar el material genético (ADN) del animal para estudiar sus bases moleculares y las diferencias entre varias cepas.

Entre sus resultados, la universitaria ha descubierto que en el país existen cepas pertenecientes a uno de los dos linajes del parásito (el llamado T. cruzi 1) y en Brasil hay una amplia presencia del linaje 2.

Ciclo de infección

Para infectar al ser humano y otros mamíferos —perros, gatos y ratas, entre otros—, el Trypanosoma cruzi utiliza como vehículo de transmisión (o vector) a insectos de la familia Triatimonae, entre ellos la llamada “chinche hocicona” (Triatoma phyllosoma).

Espinoza explicó que el bicho pica al ser humano y otros mamíferos para alimentarse de su sangre. Al succionar, deja heces fecales que entran al torrente sanguíneo por el orificio de punción.

Ya en el cuerpo, el microorganismo puede infectar casi cualquier célula, pero prefiere las fibras cardiacas. Por ello, se dirige al corazón, causando crecimiento de ese órgano, infartos y paros cardiacos. También se aloja en el tubo digestivo, afecta al esófago y altera el tamaño del colon.

En sus estudios, la doctora en Ciencias Biomédicas ha encontrado que en México existen más de 30 especies del animal transmisor. “Muchas de ellas son endémicas, algunas de las costas y otras del centro del país, de Hidalgo, el Estado de México, Morelos y Querétaro”, señaló.

Diagnóstico gratuito y certificado

Además de generar investigación básica, la doctora Espinoza Gutiérrez ofrece en su laboratorio un servicio de diagnóstico gratuito del mal de Chagas.

“El Instituto de Investigaciones Biomédicas está certificado para este tipo de dictámenes y confirmamos los de otros laboratorios”, señaló.

La especialista destacó la importancia de un examen temprano de la infección por T. cruzi, antes de que se desarrolle. A largo plazo, esta enfermedad incurable que puede causar la muerte.

Para reaccionar ante las primeras señales hay que estar atentos a una aparente gripe con pocos días de fiebre y realizarse pruebas para detectar la infección a tiempo.

“Al inicio, los síntomas son breves, y el parásito se queda en el organismo entre 10 y 25 años antes de desarrollar la enfermedad”, recordó la científica.

El mal de Chagas se expresa con arritmias cardiacas, fatiga, crecimiento y/o inflamación del corazón, apnea de sueño y problemas respiratorios.

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