En Cuba la lucha debe ser contra la derecha no contra el pueblo

Pedro Echeverría V.

¿Quiénes son los amigos del pueblo y por qué luchan?


1. Los gobiernos de los EEUU, durante 50 años, han querido someter al gobierno y al pueblo cubanos. Han mantenido a sus personeros derechistas como Montaner, Mas Canosa, Joe García, Payá y otros dirigentes del llamado “exilio cubano” buscando condiciones para derrocar al gobierno de Fidel Castro y ahora al de Raúl. Mientras tanto un pueblo de 11 millones de seres humanos, desde las luchas de izquierda, ha venido apoyando a su gobierno para evitar que la Revolución sea frenada, inequitativa y derrotada.

2. El gobierno cubano, con toda su gran experiencia, no puede confundir –por ningún motivo- a la izquierda socialista radical, trotskista, anarquista, que lucha por radicalizar y profundizar la revolución en beneficio del pueblo, con la derecha que desde hace medio siglo desde Miami o Madrid -en nombre de “la libertad”- busca derrocar al gobierno para restaurar el capitalismo explotador y salvaje. En Cuba el imperialismo y sus agentes no pasarán; pero las luchas izquierdistas tienen que ser respetadas.

3. Las experiencias de la Francia de Robespierre, de la Rusia stalinista o de los gobiernos revolucionarios de México que asesinaron a Flores Magón, Zapata y Villa, no pueden repetirse en el mundo. La batalla principal y definitiva debe darse contra el gobierno yanqui y sus personeros negociantes y multimillonarios a su servicio. Por el contrario, las izquierdas radicales y los anarquistas autogestivos representan –con la mayor dignidad- las luchas populares de los trabajadores.

4. La revolución cubana, por lo menos hasta 1968, antes de la injusta invasión rusa a Checoslovaquia, fue un modelo para los jóvenes del mundo. Después, obligada por el bloqueo económico, vio crecer un proceso de burocratización política que el mismo gobierno de Fidel y el Che denunció. A pesar de ello Cuba siguió siendo el “país libre de América” frente al imperialismo que en ningún momento dejó de agredir y asesinar al pueblo cubano. Cuba tuvo que fortalecer su aparato de defensa.

5. En 50 años Cuba ha sido la vanguardia indiscutible de los pueblos de América Latina en su defensa contra el saqueo económico y las agresiones de los gobiernos yanquis. El gobierno de Fidel Castro fue, durante esas cinco décadas, el pilar internacional de las luchas de la izquierda contra la explotación capitalista, así como de las batallas por una sociedad socialista en la que los obreros, campesinos, el pueblo, determinen el rumbo de todos los países. Esto ya es historia y no hay camino ni motivo para un retroceso

6. En Cuba, a pesar de 50 años de bloqueo económico ordenado por el gobierno de los EEUU, el pueblo isleño se ha mantenido de pie y con una enorme dignidad. Quizá este pueblo, como lo ha demostrado su larga historia, es el que posee el más alto nivel de conciencia social por haber despreciado la funesta sociedad capitalista de consumo y por conservar la cultura de su pueblo y su región. Si en Cuba hay pobreza la de los pueblos del resto de América es mucho más profunda por la explotación capitalista.

7. El socialismo en Cuba, como abolición del trabajo asalariado y distribución igualitaria de la riqueza, no ha podido construirse, como tampoco se pudo en la URSS, China o cualquier otro país. El socialismo siguió siendo un ideal imposible de llevar a la práctica en uno o algunos países, esto mientras el sistema de opresión capitalista siga presente. Allí están las polémicas de Martov, Dan, Luxemburgo, Kronstand, el X Congreso de sindicatos, Trotsky, Korsch, el grupo Socialismo o Barbarie, etcétera.

8. Obama, el nuevo estratega de la política intervencionista yanqui, busca imponer el capitalismo en Cuba valiéndose de todos los medios posibles. El pueblo cubano y su vanguardia de izquierda socialista y anarquista, debe resistir contra todas las fuerzas de derecha que quieren regresar a la economía burguesa que profundiza las desigualdades sociales. La revolución cubana debe ser cada día más radical hacia la equidad y la igualdad. Debe reprimir a los contrarrevolucionarios no a los izquierdistas radicales.

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