Prólogo político / Álvaro Cepeda Neri
La palabra cártel, para diferenciarlo de cartel (como anuncio) se ha desacreditado de su significado original porque lo hemos adjudicado peyorativamente a los que tienen bajo su mando el comercio de las drogas e invierten sus fabulosas ganancias en bancos, inmuebles, donaciones, compra de armamento (estadounidense, ruso y chino e incluso en el mercado negro francés, inglés y los sobrantes de las guerras).
Estos, manejan un imperio financiero-comercial con un ejército privado, socios en empresas y cómplices en la política a través de funcionarios de todo nivel, denominado narcopolítica. Y tienen a su servicio profesionales de contabilidad, computación e inversionistas, en una red integrada en un cártel económico.
Esos cárteles existen como organizaciones capitalistas monopólicas para controlar una parte sustancial del mercado. Una variedad del cártel es el trust (consultar en el Diccionario enciclopédico de economía, editorial Planeta, la voz: cártel). Un estudio de los cárteles nazis se debe a Charles Bettelheim: La economía alemana bajo el nazismo.
Así que un cártel busca eliminar competidores y se apodera política, económica y financieramente de varios sectores de la vida activa en una sociedad. En esa medida no sólo los narcos tienen sus cárteles. Y es el caso de la poderosísima maestra Elba Esther Gordillo Morales.
Acaban de festejarle sus 20 años, no de edad (nació en 1940, en Comitán, Chiapas) sino de dueña absoluta del sindicato de maestros (SNTE) que le produce 10 millones de pesos mensuales de cuotas. Propietaria de un partido: el Panal, del que es abeja reina, con sus zánganos (ninguno ni ninguna, para hablar a la Fox, es obrera ni obrero).
Copropietaria de la Lotería Nacional, donde pone y quita directores. Secretaria de facto de Educación Pública (tiene bajo sus órdenes a Lujambio, el sustituto de Vázquez Mota). Cogobernadora en Sonora, Durango, Colima, Veracruz y Nuevo León.
Accionista electorera del PAN. Desde Salinas tiene derecho de picaporte en Los Pinos.
El cártel gordillista es una red de intereses políticos, económicos, sindicales, electorales (manejó el IFE con Ugalde) y financieros, y busca apoderarse de una amplia fracción de legisladores en el Congreso Federal, para tantear el terreno hacia su candidatura presidencial.
O postular a Robinson-Bours, en el 2012, para enfrentarse a Molinar Horcasitas por el PAN y, según ella, con Peña Nieto en el PRI; en Convergencia y PT con López Obrador y en el “Así-sí” del PRD de Los Chuchos con Marcelo Ebrard. Supone que para la competencia presidencial tiene su último chance y lo aprovechará con el poderoso cártel gordillista.
En la búsqueda presidencial quiere coronar sus ambiciones, mientras tanto se le aparece a Calderón, negocia con el PAN, avanza con el Panal, se parapeta en el SNTE, manipula en la Lotería Nacional, teje sus redes en la SEP (controla el FCE, la editora y distribuidora de libros) y su yerno le chismea lo que hace Lujambio, en tanto que su Nieto le rechazó el regalo de una diputación.
La palabra cártel, para diferenciarlo de cartel (como anuncio) se ha desacreditado de su significado original porque lo hemos adjudicado peyorativamente a los que tienen bajo su mando el comercio de las drogas e invierten sus fabulosas ganancias en bancos, inmuebles, donaciones, compra de armamento (estadounidense, ruso y chino e incluso en el mercado negro francés, inglés y los sobrantes de las guerras).
Estos, manejan un imperio financiero-comercial con un ejército privado, socios en empresas y cómplices en la política a través de funcionarios de todo nivel, denominado narcopolítica. Y tienen a su servicio profesionales de contabilidad, computación e inversionistas, en una red integrada en un cártel económico.
Esos cárteles existen como organizaciones capitalistas monopólicas para controlar una parte sustancial del mercado. Una variedad del cártel es el trust (consultar en el Diccionario enciclopédico de economía, editorial Planeta, la voz: cártel). Un estudio de los cárteles nazis se debe a Charles Bettelheim: La economía alemana bajo el nazismo.
Así que un cártel busca eliminar competidores y se apodera política, económica y financieramente de varios sectores de la vida activa en una sociedad. En esa medida no sólo los narcos tienen sus cárteles. Y es el caso de la poderosísima maestra Elba Esther Gordillo Morales.
Acaban de festejarle sus 20 años, no de edad (nació en 1940, en Comitán, Chiapas) sino de dueña absoluta del sindicato de maestros (SNTE) que le produce 10 millones de pesos mensuales de cuotas. Propietaria de un partido: el Panal, del que es abeja reina, con sus zánganos (ninguno ni ninguna, para hablar a la Fox, es obrera ni obrero).
Copropietaria de la Lotería Nacional, donde pone y quita directores. Secretaria de facto de Educación Pública (tiene bajo sus órdenes a Lujambio, el sustituto de Vázquez Mota). Cogobernadora en Sonora, Durango, Colima, Veracruz y Nuevo León.
Accionista electorera del PAN. Desde Salinas tiene derecho de picaporte en Los Pinos.
El cártel gordillista es una red de intereses políticos, económicos, sindicales, electorales (manejó el IFE con Ugalde) y financieros, y busca apoderarse de una amplia fracción de legisladores en el Congreso Federal, para tantear el terreno hacia su candidatura presidencial.
O postular a Robinson-Bours, en el 2012, para enfrentarse a Molinar Horcasitas por el PAN y, según ella, con Peña Nieto en el PRI; en Convergencia y PT con López Obrador y en el “Así-sí” del PRD de Los Chuchos con Marcelo Ebrard. Supone que para la competencia presidencial tiene su último chance y lo aprovechará con el poderoso cártel gordillista.
En la búsqueda presidencial quiere coronar sus ambiciones, mientras tanto se le aparece a Calderón, negocia con el PAN, avanza con el Panal, se parapeta en el SNTE, manipula en la Lotería Nacional, teje sus redes en la SEP (controla el FCE, la editora y distribuidora de libros) y su yerno le chismea lo que hace Lujambio, en tanto que su Nieto le rechazó el regalo de una diputación.
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