Álvaro Cepeda Neri / Conjeturas
Se destapa una vez más la cloaca foxista, para dejarnos ver cómo una pandilla, el grupo en el poder, Televisa y un puñado de empresarios golpistas, con dinero a manos llenas trataron de impedir la candidatura de López Obrador, después, su victoria en las urnas (2004-06) y pusieron al país al borde de un golpe militar (ahora con más posibilidades con los soldados en las calles y los sicarios del narcotráfico, con o sin epidemia, matando a diestra y siniestra).
Ahumada, pues, con sus confesiones desde Argentina, publicadas en un libro (titulado: Derecho de réplica) en tono de arrepentimiento, sostiene que Salinas fue quien organizó la campaña contra López Obrador.
No necesitamos de Ahumada, para saber de lo que fue y es capaz Salinas de Gortari y quien sigue interviniendo en las cañerías del sistema (con sus alfiles: La Gordillo, Fernández de Cevallos, Arturo Montiel, desaparecido del escenario, pero atrás de Peña Nieto; el gordísimo exdesgobernador de Tabasco: Manuel Andrade; Jorge Kawhagi padre, dueño del periódico Crónica; y uno que otro “periodista”, a los que Salinas maneja como títeres).
La participación de CSG en la maniobra para detener a López Obrador, ya la sabíamos por otros canales de información. Y es que Salinas es capaz de eso y más.
Politiquillo marrullero y perverso, Salinas malbarató el patrimonio de la Nación, favoreciendo sus intereses con los que resultaron beneficiados con la privatización y cuyo botín manejó su hermano Raúl y los que se aprovecharon de ese saqueo.
Salinas también, para hacerse de la candidatura y el cargo, que entonces iban juntos, pasó por encima de todo y así su protector De la Madrid lo impuso, no obstante que en la disputa electoral se atravesó Cárdenas e igual que a López Obrador, le hicieron fraude. Desde entonces CSG tenía práctica para colaborar con Fox en la victoria del PAN con Calderón.
Ahumada no dice nada nuevo a lo que sabemos de Salinas, salvo que le pagó 35 millones de pesos por los videos que generaron el escándalo donde salinistas, panistas, foxistas, etc., desataron sin el menor éxito, una de las más viles y corruptas campañas electorales, pervirtiendo, con sobornos, a los medios de comunicación que se unieron a ese golpismo salinista.
Nada es novedad, ya que Salinas, desde su exilio, siempre maniobró para sacar a su hermano de la cárcel y vigilar su millonaria fortuna en varias empresas de las que privatizó. No ha podido esconder la mano, ni su calvicie, ni sus orejas.
La epidemia salinista fue de autoritarismo, pillaje, abuso del poder, desmanteló el estado de bienestar y, por medio de su nefasto Córdoba Montoya, desgració a la Nación; hubo el homicidio de Colosio y más de 400 ejecuciones políticas; desparecieron activistas, encarcelaron a presos políticos, etc.
El salinismo fue una época como la de Los Borgia. No necesitamos de Ahumada y sus confesiones, para confirmar lo que sabemos sobre el salinismo: un sexenio sangriento, depredador, corrupto y de mal gobierno antidemocrático y antirrepublicano.
*** IMPORTANTE *** Revoluciones es un proyecto de información alternativa sin fines de lucro, para mantenernos en línea requerimos de tu apoyo. Puedes ayudarnos haciendo un deposito bancario, por mínimo que sea, hazlo en el banco HSBC, al número de cuenta 6271254999 a nombre de Samuel R. García o en transferencia electrónica abonando al número Clabe: 021180062712549990. Gracias.
Se destapa una vez más la cloaca foxista, para dejarnos ver cómo una pandilla, el grupo en el poder, Televisa y un puñado de empresarios golpistas, con dinero a manos llenas trataron de impedir la candidatura de López Obrador, después, su victoria en las urnas (2004-06) y pusieron al país al borde de un golpe militar (ahora con más posibilidades con los soldados en las calles y los sicarios del narcotráfico, con o sin epidemia, matando a diestra y siniestra).
Ahumada, pues, con sus confesiones desde Argentina, publicadas en un libro (titulado: Derecho de réplica) en tono de arrepentimiento, sostiene que Salinas fue quien organizó la campaña contra López Obrador.
No necesitamos de Ahumada, para saber de lo que fue y es capaz Salinas de Gortari y quien sigue interviniendo en las cañerías del sistema (con sus alfiles: La Gordillo, Fernández de Cevallos, Arturo Montiel, desaparecido del escenario, pero atrás de Peña Nieto; el gordísimo exdesgobernador de Tabasco: Manuel Andrade; Jorge Kawhagi padre, dueño del periódico Crónica; y uno que otro “periodista”, a los que Salinas maneja como títeres).
La participación de CSG en la maniobra para detener a López Obrador, ya la sabíamos por otros canales de información. Y es que Salinas es capaz de eso y más.
Politiquillo marrullero y perverso, Salinas malbarató el patrimonio de la Nación, favoreciendo sus intereses con los que resultaron beneficiados con la privatización y cuyo botín manejó su hermano Raúl y los que se aprovecharon de ese saqueo.
Salinas también, para hacerse de la candidatura y el cargo, que entonces iban juntos, pasó por encima de todo y así su protector De la Madrid lo impuso, no obstante que en la disputa electoral se atravesó Cárdenas e igual que a López Obrador, le hicieron fraude. Desde entonces CSG tenía práctica para colaborar con Fox en la victoria del PAN con Calderón.
Ahumada no dice nada nuevo a lo que sabemos de Salinas, salvo que le pagó 35 millones de pesos por los videos que generaron el escándalo donde salinistas, panistas, foxistas, etc., desataron sin el menor éxito, una de las más viles y corruptas campañas electorales, pervirtiendo, con sobornos, a los medios de comunicación que se unieron a ese golpismo salinista.
Nada es novedad, ya que Salinas, desde su exilio, siempre maniobró para sacar a su hermano de la cárcel y vigilar su millonaria fortuna en varias empresas de las que privatizó. No ha podido esconder la mano, ni su calvicie, ni sus orejas.
La epidemia salinista fue de autoritarismo, pillaje, abuso del poder, desmanteló el estado de bienestar y, por medio de su nefasto Córdoba Montoya, desgració a la Nación; hubo el homicidio de Colosio y más de 400 ejecuciones políticas; desparecieron activistas, encarcelaron a presos políticos, etc.
El salinismo fue una época como la de Los Borgia. No necesitamos de Ahumada y sus confesiones, para confirmar lo que sabemos sobre el salinismo: un sexenio sangriento, depredador, corrupto y de mal gobierno antidemocrático y antirrepublicano.
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