Boletín UNAM-DGCS-292
Ciudad Universitaria
* Se necesita colaboración internacional para lograr mejores acciones, indicó la coordinadora del Centro de Estudios Europeos de la FCPyS de la UNAM, Beatriz Pérez Rodríguez
* La relación de México con el resto de las naciones ante la aparición del virus A H1N1 se puede medir en tres niveles: el de los países asiáticos, los latinoamericanos y los europeos
Situaciones de contingencia sanitaria se convierten en problemas globales que requieren una colaboración internacional para concretar mejores acciones, afirmó Beatriz Pérez Rodríguez.
La coordinadora del Centro de Estudios Europeos de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS) de la UNAM, expuso que se debe buscar una cooperación mundial en estos casos, porque por el movimiento de viajeros, la pandemia afecta a otras regiones.
“No es un problema de México sino global. Si tuviéramos las fronteras completamente cerradas y vuelos sólo internos, sería un conflicto nacional. Por el contrario, el intercambio de gente y mercancías no se detiene y se espera una segunda y tercera ola de infectados, por lo que se requieren respuestas a escala internacional”, abundó.
La relación de México con el resto de los países ante la aparición del virus A H1N1, consideró la experta, se puede medir en tres niveles: el de Asia, Latinoamérica y Europa.
El primero, al que pertenecen naciones como China, Singapur, Tailandia, Filipinas, Malasia y Vietnam, ha consistido en una reacción rígida. No obstante, debe considerarse que son territorios afectados en el pasado, como en 2002 y 2003, cuando se registraron 700 decesos y más de ocho mil infectados por el síndrome agudo respiratorio severo (SARS).
“Se puede entender que observen medidas estrictas” porque ya vivieron una situación similar y buscan controlarla. No obstante, abundó, así como existen reuniones internacionales para resolver las crisis económicas en un mundo globalizado, las pandemias y otros problemas de salud también deberían ser abordados por la comunidad internacional.
En el segundo nivel, estarían los países latinoamericanos que cancelaron sus vuelos a México y han impuesto ciertas restricciones. En este caso es comprensible la reacción si se considera que existe una mayor relación e intercambio comercial, y se trata de naciones cuyos sistemas de salud y nivel económico no les permitirían responder a infecciones mayores.
En el tercer estrato está Europa, que incluye a países como Rusia, que dejó de importar carne de puerco; aunque en general es una región tolerante. De hecho, la Comisión Europea exhortó a no viajar a territorio mexicano, pero fue una recomendación, no una prohibición, señaló Pérez Rodríguez.
Ciudad Universitaria
* Se necesita colaboración internacional para lograr mejores acciones, indicó la coordinadora del Centro de Estudios Europeos de la FCPyS de la UNAM, Beatriz Pérez Rodríguez
* La relación de México con el resto de las naciones ante la aparición del virus A H1N1 se puede medir en tres niveles: el de los países asiáticos, los latinoamericanos y los europeos
Situaciones de contingencia sanitaria se convierten en problemas globales que requieren una colaboración internacional para concretar mejores acciones, afirmó Beatriz Pérez Rodríguez.
La coordinadora del Centro de Estudios Europeos de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS) de la UNAM, expuso que se debe buscar una cooperación mundial en estos casos, porque por el movimiento de viajeros, la pandemia afecta a otras regiones.
“No es un problema de México sino global. Si tuviéramos las fronteras completamente cerradas y vuelos sólo internos, sería un conflicto nacional. Por el contrario, el intercambio de gente y mercancías no se detiene y se espera una segunda y tercera ola de infectados, por lo que se requieren respuestas a escala internacional”, abundó.
La relación de México con el resto de los países ante la aparición del virus A H1N1, consideró la experta, se puede medir en tres niveles: el de Asia, Latinoamérica y Europa.
El primero, al que pertenecen naciones como China, Singapur, Tailandia, Filipinas, Malasia y Vietnam, ha consistido en una reacción rígida. No obstante, debe considerarse que son territorios afectados en el pasado, como en 2002 y 2003, cuando se registraron 700 decesos y más de ocho mil infectados por el síndrome agudo respiratorio severo (SARS).
“Se puede entender que observen medidas estrictas” porque ya vivieron una situación similar y buscan controlarla. No obstante, abundó, así como existen reuniones internacionales para resolver las crisis económicas en un mundo globalizado, las pandemias y otros problemas de salud también deberían ser abordados por la comunidad internacional.
En el segundo nivel, estarían los países latinoamericanos que cancelaron sus vuelos a México y han impuesto ciertas restricciones. En este caso es comprensible la reacción si se considera que existe una mayor relación e intercambio comercial, y se trata de naciones cuyos sistemas de salud y nivel económico no les permitirían responder a infecciones mayores.
En el tercer estrato está Europa, que incluye a países como Rusia, que dejó de importar carne de puerco; aunque en general es una región tolerante. De hecho, la Comisión Europea exhortó a no viajar a territorio mexicano, pero fue una recomendación, no una prohibición, señaló Pérez Rodríguez.
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