El empresario mexicano con la mayor fortuna del país cuenta con una extensa red empresarial, más de 200 empresas que operan en el país -teniendo como base a Teléfonos de México (Telmex)-, que lo sitúa en una posición en que "cada día cada mexicano contribuye con algo de efectivo para Slim", destaca La revista ‘The New Yorker’ (TNY).
¿Cómo definir a Carlos Slim? ¿Cómo ávido empresario, productor del sistema, intimidador, materia de orgullo...? Podría serlo o no, lo que le destaca es la forma en que ha levantado el imperio que hoy lo coloca como el tercer hombre más rico del planeta y como un factor importante en la economía mexicana.
De acuerdo con el perfil que publicará el próximo 1 de junio la revista ‘The New Yorker’ (TNY), Slim puede generar orgullo y odio en los mexicanos al mismo tiempo, además de que lo califica como "el más ávido multimillonario".
En el reportaje del medio neoyorquino, se relata la forma en que Slim fue construyendo su fortuna, desde antes de adquirir Telmex en 1991, y recolecta anécdotas de distintos actores, que pidieron el anonimato, en la que relatan la forma de hacer negocios del empresario.
Por ejemplo, el autor del texto Lawrence Wrigth, un ganador del premio Pulitzer en 2007, cita a un "prominente banquero de inversión en México", que dice hay dos formas de ver a Slim: como alguien que ha tomado ventaja del sistema, pero que al mismo tiempo es brillante; o como un "intimidador" que "le ha hecho mucho daño a México".
También hace mención al propietario de un diario que opina que Slim logró hacerse rico gracias a las reglas en el país que favorecen al más fuerte y subraya que no hay un solo caso en México de un empresario que esté en la cárcel por haber manipulado precios o realizar prácticas monopólicas.
Sin embargo, en su oportunidad, Slim declaró a Wrigth: "por favor pregunten a mis críticos qué es lo que ellos han hecho por el país, cuantos empleos han creado; ¡oh, cómo me odian!"; además, el empresario asegura que no tiene negocios con ningún político.
Otro de los relatos incluidos en el texto afirma que Slim es un producto del sistema, hasta que un día el sistema se convirtió en un producto de Slim.
Respecto a las formas de hacer negocio del multimillonario, el autor comenta que tuvo una reunión con un grupo de empresarios mexicanos y destaca el hecho de que todos tenían negocios con Slim o con alguna de sus compañías, por lo que pidieron no ser identificados en sus declaraciones al periodista.
Uno de esos empresarios relata: "dos tipos vinieron a mi negocio y dijeron que si nosotros no desconectábamos nuestra red de microondas Telmex cortaría todas nuestras telecomunicaciones", a lo que Slim respondió que no se acordaba y que si lo hizo fue probablemente porque se estaba haciendo uso inadecuado de la conexión a la red de Telmex.
Por otro lado, uno de sus ex empleados asegura que el empresario sólo ha usado la vía libre que ha tenido con el gobierno durante 20 años: "si tu quieres llamar a eso brillante, es brillante", puntualiza.
Como uno de los temas más atractivos del artículo, la revista presenta la recreación de un encuentro entre Slim, el presidente Felipe Calderón y el entonces secretario de Comunicaciones y Transportes, Luis Téllez.
En él, Calderón y Téllez ofrecieron a Slim eliminar la restricción legal para que Telmex participe en el mercado de televisión a cambio de que permitiera a sus competidores usar con un bajo costo la infraestructura de la compañía telefónica en las zonas más rentables del país.
Sin embargo la respuesta del empresario fue negativa, pues aseguró que haría cualquier cosa, menos "destruir" Telmex. (El Semanario Agencia, ESA)
¿Cómo definir a Carlos Slim? ¿Cómo ávido empresario, productor del sistema, intimidador, materia de orgullo...? Podría serlo o no, lo que le destaca es la forma en que ha levantado el imperio que hoy lo coloca como el tercer hombre más rico del planeta y como un factor importante en la economía mexicana.
De acuerdo con el perfil que publicará el próximo 1 de junio la revista ‘The New Yorker’ (TNY), Slim puede generar orgullo y odio en los mexicanos al mismo tiempo, además de que lo califica como "el más ávido multimillonario".
En el reportaje del medio neoyorquino, se relata la forma en que Slim fue construyendo su fortuna, desde antes de adquirir Telmex en 1991, y recolecta anécdotas de distintos actores, que pidieron el anonimato, en la que relatan la forma de hacer negocios del empresario.
Por ejemplo, el autor del texto Lawrence Wrigth, un ganador del premio Pulitzer en 2007, cita a un "prominente banquero de inversión en México", que dice hay dos formas de ver a Slim: como alguien que ha tomado ventaja del sistema, pero que al mismo tiempo es brillante; o como un "intimidador" que "le ha hecho mucho daño a México".
También hace mención al propietario de un diario que opina que Slim logró hacerse rico gracias a las reglas en el país que favorecen al más fuerte y subraya que no hay un solo caso en México de un empresario que esté en la cárcel por haber manipulado precios o realizar prácticas monopólicas.
Sin embargo, en su oportunidad, Slim declaró a Wrigth: "por favor pregunten a mis críticos qué es lo que ellos han hecho por el país, cuantos empleos han creado; ¡oh, cómo me odian!"; además, el empresario asegura que no tiene negocios con ningún político.
Otro de los relatos incluidos en el texto afirma que Slim es un producto del sistema, hasta que un día el sistema se convirtió en un producto de Slim.
Respecto a las formas de hacer negocio del multimillonario, el autor comenta que tuvo una reunión con un grupo de empresarios mexicanos y destaca el hecho de que todos tenían negocios con Slim o con alguna de sus compañías, por lo que pidieron no ser identificados en sus declaraciones al periodista.
Uno de esos empresarios relata: "dos tipos vinieron a mi negocio y dijeron que si nosotros no desconectábamos nuestra red de microondas Telmex cortaría todas nuestras telecomunicaciones", a lo que Slim respondió que no se acordaba y que si lo hizo fue probablemente porque se estaba haciendo uso inadecuado de la conexión a la red de Telmex.
Por otro lado, uno de sus ex empleados asegura que el empresario sólo ha usado la vía libre que ha tenido con el gobierno durante 20 años: "si tu quieres llamar a eso brillante, es brillante", puntualiza.
Como uno de los temas más atractivos del artículo, la revista presenta la recreación de un encuentro entre Slim, el presidente Felipe Calderón y el entonces secretario de Comunicaciones y Transportes, Luis Téllez.
En él, Calderón y Téllez ofrecieron a Slim eliminar la restricción legal para que Telmex participe en el mercado de televisión a cambio de que permitiera a sus competidores usar con un bajo costo la infraestructura de la compañía telefónica en las zonas más rentables del país.
Sin embargo la respuesta del empresario fue negativa, pues aseguró que haría cualquier cosa, menos "destruir" Telmex. (El Semanario Agencia, ESA)
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