Obama en México

Editorial

En nuestro país solemos ver a los demócratas que habitan en la Casa Blanca como naturales aliados de México, cuando como presidente de los Estados Unidos, los mandatarios emanados del Partido Demócrata, al igual que los de extracción republicana, tienen intereses, no amigos.

Con todo, es evidente que la visita de Barack Obama a la ciudad de México captó la atención del público, o al menos es lo que las televisoras y las radiodifusoras se empeñaron en demostrar al darle a la visita oficial una cobertura como no se veía desde la última estancia de un papa romano en nuestro país.

Pero el mandatario norteamericano vino a proteger sus intereses, no a cultivar amistades. En todo caso, vino a desahogar la agenda de los Estados Unidos para con México, que no necesariamente coincide con la agenda mexicana para Norteamérica.
Sobre posibles cambios en el combate al crimen organizado que marquen una nueva era entre México y Estados Unidos, Obama dijo que los resultados de la renovada relación se verán reflejados en la reducción del número de homicidios y el aumento de arrestos de integrantes del crimen organizado.

El mandatario admitió que para lograr las metas, los esfuerzos de ambas naciones deben estar coordinadas y recordó que durante su campaña electoral y a lo largo de su mandato ha establecido una serie de compromisos que confía cumplir.

“Un objetivo realista es reducir el tráfico de armas y drogas, hasta que sea un problema local y no uno binacional que amenace las fronteras”, enfatizó.

Obama dijo que la relación entre ambas naciones no puede estar basada en el combate al problema de las drogas y lamentó que los medios de comunicación se enfoquen en el crimen organizado y no destaquen los demás temas como la migración o la implementación de energías renovables

El presidente Felipe Calderón, en su momento, agradeció el respaldo de la Casa Blanca a su gobierno en el combate al crimen organizado. Dijo que su estrategia contra la criminalidad está basada en tres puntos, a corto, mediano y largo plazo para combatir eficazmente a los delincuentes que operan en el país. Y aseguró que en el primer trimestre de 2009 hubo una reducción del 80% en ciudad Juárez tras la implementación del operativo conjunto.

Calderón Hinojosa pidió la ayuda de las autoridades estadounidenses para implementar recursos técnicos y tecnológicos. Destacó los logros de su gobierno en combate al crimen y reconoció que la venta ilegal de las drogas “no se va a eliminar por decreto, pero sí los efectos de la criminalidad”.

Pero en los temas que interesan a los mexicanos, como es el de la migración, Barack Obama advirtió que la gente que llegó sin documentos a Estados Unidos, “tal vez tengan que pagar una multa por faltar a la ley, pero tienen que salir de la sombras”.

De igual forma, en la conferencia conjunta con su homologo mexicano, Felipe Calderón, Obama aceptó que la reforma migratoria “se politizó”, por lo que al final no resultó y se pronunció por un “enfoque de sentido común para tener una frontera segura, donde no haya personas que se mueren en el desierto”.

En exclusiva para el grupo de diarios a los que pertenece El Universal, Obama escribió un texto en el que habla de sus expectativas para la Cumbre de las Américas, a la cual acude este día tras partir de México.

En el texto, el mandatario norteamericano reconoce que, “demasiadas veces, Estados Unidos no ha buscado ni mantenido las relaciones con sus vecinos. Nos hemos dejado distraer por otras prioridades, sin darnos cuenta de que nuestro progreso está directamente vinculado al progreso en todo el continente americano. Mi gobierno se ha comprometido con la promesa de un nuevo día. Renovaremos y mantendremos relaciones más extensas entre Estados Unidos y el hemisferio, por el bien de nuestra prosperidad común y nuestra seguridad común”.

Cuba es un país con el que, a partir de esta semana, “modificamos la política que durante décadas no ha logrado promover la libertad ni oportunidades a favor del pueblo cubano”, pues como se sabe la administración Obama levantó la prohibición para que “los cubanoamericanos visiten a sus familiares en la isla o les brinden recursos carecía de sentido, especialmente tras años de dificultades económicas en Cuba y los devastadores huracanes del año pasado”.

Según Obama, “la relación entre Estados Unidos y Cuba es ejemplo de un debate en el continente que no sale del siglo XX. Para hacerle frente a nuestra crisis económica, no es necesario debatir si es mejor una economía rígida y dirigida por el gobierno o un capitalismo desenfrenado y sin reglamentar; es necesario tomar medidas pragmáticas y responsables que promuevan nuestra prosperidad común. Para combatir la criminalidad y la violencia, no es necesario debatir si la culpa la tienen los paramilitares de derecha o los insurgentes de izquierda; es necesaria la cooperación práctica para reforzar nuestra seguridad común”.

Comentarios