Más sobre el retrato de México

Juegos de poder / Leo Zuckermann

Agradezco los comentarios que recibí sobre mi artículo acerca de la cobertura que están dando los medios estadounidenses de la guerra en contra del crimen organizado en México. Con el fin de continuar el diálogo con los lectores, a continuación publico algunos de los comentarios recibidos mi opinión al respecto.

Me escribe Agustín Barrios Gómez, conocedor de los EU y de su relación con México: “Diario bajo el NBC Nightly News (el más visto de EEUU) a mi iPod. En los reportajes sobre México están totalmente ausentes los especialistas (académicos) y representantes del gobierno mexicano. En cambio, cuando Israel bombardeó Gaza, no pasaba un solo reportaje que no tuviera por lo menos un especialista académico y un representante del gobierno israelí (hablando perfecto inglés, por supuesto). México tiene la red consular más grande del mundo y tiene analistas brillantes, pero por alguna razón somos incapaces de organizarnos para que representen a México. Si llegas a entender por qué, te encargo que me avises”.

Mi respuesta: Tiene toda la razón Agustín. La diferencia es que el gobierno de Israel, en colaboración con la comunidad judía estadounidense, tiene una estrategia de comunicación para defender los intereses de ese país en los EU. El gobierno mexicano ya anunció que contratará los servicios de una empresa de comunicación y relaciones públicas para elaborar e implementar una estrategia similar. Urge que comience dicho esfuerzo para que haya una visión más equilibrada de lo que realmente está sucediendo en México.

Comentario de un lector: “El mismo equilibrio que falta en EEUU hace falta en México. Allá y aquí, los medios magnifican y distorsionan lo malo minimizando y ocultando lo bueno. En ambos casos, lo que se busca es rating en lugar de informar verazmente. ¡Lástima!”

Mi respuesta: Efectivamente muchos medios en México también son desequilibrados y alarmistas. No hay manera de negarlo. Sin embargo, hay otros medios que han tenido una visión más equilibrada de lo que está sucediendo. Apoyan al Estado mexicano en la guerra en contra del crimen organizado sin dejar de ser críticos. En todo caso, a los medios nos toca hacer toda una reflexión sobre este asunto tan delicado.

Comentario de otro lector: “Pues ojalá y la hagan buena [los estadounidenses] ya no viniendo los miedosos. Aquí en Baja los gringos son una plaga con camisas floreadas, sonrisas estúpidas y puros apestosos. Hacen lo que quieren y con el beneplácito y protección de los gobiernos panistas y perredistas de la península. B.C. les satisface sus perversas necesidades y B.C.S. les regala sus costas paradisíacas. Aunque me acusen de xenófobo: ojalá se vayan a su tierra a comer mierda”.

Mi respuesta: No estoy de acuerdo. El comentario efectivamente me parece xenófobo. No se vale hacer estereotipos de ningún pueblo. Como cualquier nación, hay estadounidenses buenos y malos. De todos llegan a México. Mucho nos beneficia los que vienen a disfrutar de nuestro país con respeto. Desgraciadamente, en el otro lado de la moneda, nos perjudica el turismo que sólo viene a drogarse o alcoholizarse.

Otro comentario: “También mis parientes y amigos creen que México es peligroso. Pero también yo pienso igual del DF. Yo no voy allá ni a madrazos, en cualquier momento me roban, secuestran o matan”.

Mi respuesta: Sería una necedad negar que hay un problema de inseguridad en el DF. Pero, como es injusta la caracterización de un país violento en todos lados, también es injusta la caracterización tan violenta del DF. Los chilangos estamos un poco locos, pero no tanto.

Comentario de una colega profesora del CIDE: “Cuando estuve en Nueva York hace dos semanas, mucha gente me preguntó si tenía una escolta personal. Ridículo”.
Mi respuesta: Efectivamente es ridículo pensar que un profesor universitario cuente con una escolta personal. Pero la anécdota ilustra bien la alarma que han causado los medios estadounidenses sobre lo que está ocurriendo en México.

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