Carlos González Fernández
La crisis financiera y económica desatada desde los centros de poder económico ha impactado en el sistema mundial de patentes de forma directa.
De acuerdo a estimaciones realizadas por el principal organismo internacional de propiedad intelectual, OMPI, el índice de crecimiento medio en las solicitudes de patentes, que había registrado en los tres años anteriores al 2008 un valor de 9,3%, se redujo a 2,4 en dicho año; estos indicadores estarían cayendo estrepitosamente durante 2009 según las proyecciones anuales.
De acuerdo al organismo global, “Normalmente, en períodos de dificultad económica tiende a disminuir el número de solicitudes de patente que se presentan por la simple razón de que hay menos recursos para invertir en innovación…”
En este clima de pesimismo frente al comportamiento del sistema mundial de patentes y su aporte a la innovación, se celebrará con el auspicio de OMPI y de otras instituciones nacionales e internacionales , un Taller de Propiedad Industrial en La Habana, Cuba, organizado por la Oficina Cubana de Propiedad Industrial (OCPI) en el marco del Día Mundial de la Propiedad Intelectual.
Al encuentro asistirán especialistas del país anfitrión y otros procedentes de Portugal, Brasil, España, México, y de las Oficinas Europea de Patentes (EPO) y Española de Patentes y Marcas (OEPM).
Cuba hace un uso intensivo de las leyes y tratados internacionales de propiedad intelectual principalmente en productos como tabaco o ron, y productos biotecnológicos aplicados en medicinas.
El 26 de abril fue instituido por acuerdo de los Estados miembros de la OMPI desde 2001, para celebrar cada año el Día Mundial de la Propiedad Intelectual, pero el clima económico que se experimenta en las principales economías mundiales ha puesto en crisis el empleo de las patentes en su función promotora de la innovación y la transferencia de tecnología, principalmente hacia países menos desarrollados.
La celebración en plena crisis capitalista, manifiesta sin embargo la dificultad encontrada en el uso de la propiedad intelectual en áreas como la educación, salud (medicamentos baratos), acceso a la información y la investigación, competencia y protección del medio ambiente, afectados por la creación de monopolíos y el aumento de costos de bienes y servicios en estas áreas.
La crisis financiera y económica desatada desde los centros de poder económico ha impactado en el sistema mundial de patentes de forma directa.
De acuerdo a estimaciones realizadas por el principal organismo internacional de propiedad intelectual, OMPI, el índice de crecimiento medio en las solicitudes de patentes, que había registrado en los tres años anteriores al 2008 un valor de 9,3%, se redujo a 2,4 en dicho año; estos indicadores estarían cayendo estrepitosamente durante 2009 según las proyecciones anuales.
De acuerdo al organismo global, “Normalmente, en períodos de dificultad económica tiende a disminuir el número de solicitudes de patente que se presentan por la simple razón de que hay menos recursos para invertir en innovación…”
En este clima de pesimismo frente al comportamiento del sistema mundial de patentes y su aporte a la innovación, se celebrará con el auspicio de OMPI y de otras instituciones nacionales e internacionales , un Taller de Propiedad Industrial en La Habana, Cuba, organizado por la Oficina Cubana de Propiedad Industrial (OCPI) en el marco del Día Mundial de la Propiedad Intelectual.
Al encuentro asistirán especialistas del país anfitrión y otros procedentes de Portugal, Brasil, España, México, y de las Oficinas Europea de Patentes (EPO) y Española de Patentes y Marcas (OEPM).
Cuba hace un uso intensivo de las leyes y tratados internacionales de propiedad intelectual principalmente en productos como tabaco o ron, y productos biotecnológicos aplicados en medicinas.
El 26 de abril fue instituido por acuerdo de los Estados miembros de la OMPI desde 2001, para celebrar cada año el Día Mundial de la Propiedad Intelectual, pero el clima económico que se experimenta en las principales economías mundiales ha puesto en crisis el empleo de las patentes en su función promotora de la innovación y la transferencia de tecnología, principalmente hacia países menos desarrollados.
La celebración en plena crisis capitalista, manifiesta sin embargo la dificultad encontrada en el uso de la propiedad intelectual en áreas como la educación, salud (medicamentos baratos), acceso a la información y la investigación, competencia y protección del medio ambiente, afectados por la creación de monopolíos y el aumento de costos de bienes y servicios en estas áreas.
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