Amy Goodman
Democracy Now!/ICH
Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens
Transcripción parcial de Information Clearing House
El periodista de investigación ganador del Premio Pulitzer, Seymour Hersh, causó sensación a comienzos de mes cuando dijo que el gobierno de Bush dirigía un “centro ejecutivo de asesinato” que dependía directamente del vicepresidente Dick Cheney. “Por autoridad del presidente Bush, han estado yendo a países, sin hablar con el embajador o con el jefe de estación de la CIA, encontraban a personas en una lista, las ejecutaban y volvían a partir,” dijo Hersh.
AMY GOODMAN: El periodista investigativo ganador del Premio Pulitzer causó sensación el mes pasado cuando dijo que el gobierno de Bush dirigió un centro ejecutivo de asesinato que dependía directamente del vicepresidente Dick Cheney. Hersh hizo su comentario durante un discurso en la Universidad de Minnesota el 10 de marzo. Bienvenido a Democracy Now!, Sy Hersh. Fue un placer verlo anoche en Georgetown. Hable primero sobre esos comentarios que hizo en la Universidad de Minnesota.
SEYMOUR HERSH: El Congreso no tenía control del asunto. Se trata esencialmente de un ala ejecutiva de asesinato. Y ha sido algo continuo, que sigue y sigue. Y precisamente hoy hubo un artículo en el Times que dice que su jefe, un almirante de tres estrellas llamado McRaven, ordenó detener ciertas actividades porque hubo tantas muertes colaterales.
AMY GOODMAN: Ayer, CNN entrevistó al ex consejero nacional de seguridad de Dick Cheney, John Hannah. Wolf Blitzer preguntó a Hannah sobre la afirmación de Sy Hersh.
WOLF BLITZER: ¿Hay por ahí una lista de terroristas, presuntos terroristas, que pueden ser asesinados?
JOHN HANNAH: Evidentemente hay un grupo de personas que pasan por un proceso extremadamente bien examinado, un proceso entre agencias, como creo que explicó en su artículo, que han cometido actos de guerra contra EE.UU., que están en guerra contra EE.UU., o de las que se sospecha que planifican operaciones de guerra contra EE.UU., por lo que se da autoridad a los soldados en el terreno y en ciertos teatros de operaciones bélicas para que las capturen o maten. Ciertamente es así.
WOLF BLITZER: Y por lo tanto, desde su perspectiva – y usted trabajo durante muchos años en el gobierno de Bush – sería totalmente constitucional, totalmente legal, ir y encontrar a esos sujetos y liquidarlos.
JOHN HANNAH: No cabe duda de que en un teatro de operaciones bélicas, cuando estamos en guerra, y sabemos – no cabe duda, de que estamos todavía en guerra contra al-Qaeda en Iraq, al-Qaeda en Afganistán y en la frontera paquistaní, que nuestras tropas tienen la autoridad para perseguir, capturar y matar al enemigo, incluyendo a la dirigencia del enemigo.
AMY GOODMAN: Era John Hannah, ex consejero de seguridad nacional de Dick Cheney. Seymour Hersh habla ahora conmigo aquí en Washington, D.C. Escribe para la revista The New Yorker. Su último artículo aparece en la edición actual, llamado ““Syria Calling: The Obama Administration’s Chance to Engage in a Middle East Peace” [Siria llama: la oportunidad para el gobierno de Obama de involucrarse en una Paz en Oriente Próximo].
SEYMOUR HERSH: Bueno, en cierto modo fue estúpido que comenzara a hablar de cosas que no he escrito. Siempre me doy un puntapié cuando lo hago. Pero estaba con Walter Mondale, el ex vicepresidente, quien se mostró sorprendentemente abierto y como que, en su caso – había ido muy lejos – ya que lo conocí como senador renuente a oponerse a la Guerra de Vietnam. Y por lo tanto, me preguntaron sobre cosas futuras, y yo sólo – estoy estudiando cosas. He hecho – no hay realmente nada que haya dicho en Minnesota que no haya escrito en el New York Times. El verano pasado, escribí un largo artículo sobre el Comando de Operaciones Especiales Conjuntas.
Y sólo para volver a lo que es – fue – John Hannah, creo que terminó por ser el máximo consejero nacional de seguridad, casi – si no jefe de gabinete, jefe de gabinete adjunto de Dick Cheney en los últimos tres o cuatro años, lo que dijo es simplemente que, sí, perseguimos a gente sospechosa – fue la palabra que utilizó – de crímenes contra EE.UU. Y tengo que decirle que hay una orden ejecutiva, firmada por Jerry Ford, el presidente Ford, en los años setenta, prohibiendo acciones semejantes. No es sólo contrario, - es ilegal, es inmoral, es contraproducente.
La evidencia – el problema de que se haga que militares vayan a matar a gentes cuanto no están directamente en combate, eso de pedir a soldados estadounidenses que vayan y busquen gente y, como usted dijo antes, en una de las declaraciones que hice, que usted reprodujo, van a países sin informar a ninguna de las autoridades, al embajador estadounidense, al jefe de la CIA, ciertamente a nadie en el gobierno donde vamos, y es mucho más que sólo en áreas de combate. Hay más – por lo menos una docena de países y tal vez más. El presidente ha autorizado ese tipo de acciones en Oriente Próximo y también en Latinoamérica; se lo diré, Centroamérica, algunos países. Han estado – a nuestros muchachos les han dicho que pueden ir y emprender el tipo de acción ejecutiva que necesiten, y eso es simplemente – no existe una base legal para hacerlo.
Y no sólo eso, si usted considera Guantánamo, el gobierno estadounidense sabía cuando – bueno, veamos, Guantánamo abrió a comienzos de 2002. “Gitmo” lo llaman, la base en Cuba para supuestos terroristas de al-Qaeda. Un informe interno sobre el que escribí en un libro que hice hace años, un informe interno hecho en el verano de 2002, estimó que por lo menos la mitad y posiblemente más, no tenían nada que ver con acciones contra EE.UU. La información de inteligencia que tenemos es a menudo muy fragmentaria, no muy buena. Y la idea de que el presidente de EE.UU. vaya a pensar que tiene el poder constitucional o el derecho legal de decir a soldados que no participan en combate inmediato que busquen a personas sobre la base de listas y las ejecuten es simplemente algo sorprendente para mí. Es sorprendente para mí.
Y no sólo eso, Amy, el tema respecto a George Bush es, todo es hecho en cierto modo a plena vista. En su discurso del Estado de la Unión, creo que fue el 28 de enero de 2003, cerca de un mes y medio antes de que fuéramos a Iraq, Bush describió el progreso en la guerra, y dijo – estoy parafraseando, pero es bastante cercano – dijo que habíamos capturado a más de 3.000 miembros de al-Qaeda y a presuntos miembros, gente sospechada de operaciones en contra nuestra. Y luego agregó con esa sonrisita que tiene: “Y quisiera decirle, algunos de esos sujetos no podrán volver a operar de nuevo. Eso se lo puedo asegurar. No estarán en condiciones de hacerlo.” Obviamente habla de matar a gente, y lo aplaude.
De modo que aquí estamos. No retiro lo que dije. Quisiera no haberlo dicho ad hoc, porque, como espero que hablemos en un minuto, paso mucho tiempo escribiendo artículos para The New Yorker, y son muy cuidadosamente investigados, y a veces cuando uno habla improvisadamente, no se es tan preciso.
AMY GOODMAN: Explique lo que es el Comando de Operaciones Especiales Conjuntas, y qué tipo de supervisión tiene el Congreso de esas actividades.
SEYMOUR HERSH: Bueno, es una unidad especial. Tenemos algo llamado el Comando de Operaciones Especiales que opera desde Florida, e involucra numerosas ramas. Y una de las unidades que trabaja bajo el manto del Comando de Operaciones Especiales es conocida como Operaciones Especiales Conjuntas – JSOC. Es una unidad especial. Lo que la hace tan especial, es que es un grupo de gente elite que incluye a Seals de la Armada, algunos Seals de la Armada, de la Fuerza Delta, nuestras – lo que llamamos nuestras unidades ocultas, las unidades de comando. “Comando” es una palabra que no les gusta, pero así los llamamos nosotros, la mayoría entre nosotros. Y promueven desde el interior. Es una unidad que tiene su propia estructura de promoción. Y uno de los elementos, debo decirle, para avanzar en la promoción es la cantidad de muertes que cada cual realiza. Evidentemente. Porque ha sido básicamente ideado – ha sido transformado, si se quiere, en esta unidad que va en busca de objetivos de alto valor.
Y aquí entra en escena Cheney y la idea de un círculo de asesinato – en realidad dije “rama,” pero de una rama de asesinato – que depende de Cheney se refería simplemente a que hacen aprobar las listas a través de la oficina del vicepresidente. No está ahí sentado buscando objetivos. Hacen aprobar las listas. Y ciertamente está muy involucrado, menos y menos con el pasar del tiempo, claro está, pero al principio muy involucrado. Y es la unidad de elite. Pienso que hacen tours de tres meses. Y el verano pasado, escribí un largo artículo para The New Yorker, en julio pasado, sobre cómo el funcionamiento de la operación de las JSOC simplemente no está disponible, y que no hay ninguna información suministrada por el ejecutivo al Congreso.
AMY GOODMAN: ¿Qué países, Sy Hersh – en qué países operan?
SEYMOUR HERSH: Muchos países.
AMY GOODMAN: Nombre algunos.
SEYMOUR HERSH: No, porque no he escrito al respecto, Amy. Y le diré, como digo, en Centroamérica, es más que sólo las áreas de las que ha hablado el señor Hannah – Afganistán, Iraq. Se puede entender una operación como ésta en el calor de la batalla en Iraq – asesinar – quiero decir, eliminar al enemigo. Eso es guerra. Pero cuando se va a otros países – digamos Yemen, digamos Perú, digamos Colombia, digamos Eritrea, digamos Madagascar, digamos Kenia, países como esos – y se mata a gente de la que se cree que está en una lista como al-Qaeda o vinculados a al-Qaeda o anti-estadounidenses, se viola la mayoría de los preceptos.
Somos un país que cree fuertemente en el debido proceso. De eso se trata. No damos al presidente de EE.UU. el derecho a decir a los militares, incluso en una guerra – y es una guerra contra una idea, una guerra contra el terrorismo. Y no es como si estuviésemos en guerra contra un enemigo uniformado comprometido. Estamos involucrados en una guerra muy complicada. Y con cada una de esas acciones, evidentemente, siempre hay muertes colaterales, y siempre hay más gente que se convierte en nuestros enemigos. Es la tragedia de Guantánamo. Para cuando la gente, haya estado con nosotros o contra nosotros cuando llegó allí, para cuando ha estado allí tres o cuatro meses, se ha hecho peligrosa para nosotros, por el modo cómo la hemos tratado. Pero me gustaría pasar a lo que escribí en The New Yorker.
AMY GOODMAN: Una pregunta: ¿sigue existiendo la rama de asesinato bajo el presidente Obama?
SEYMOUR HERSH: ¿Cómo lo voy a saber? Espero que no.
Democracy Now!/ICH
Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens
Transcripción parcial de Information Clearing House
El periodista de investigación ganador del Premio Pulitzer, Seymour Hersh, causó sensación a comienzos de mes cuando dijo que el gobierno de Bush dirigía un “centro ejecutivo de asesinato” que dependía directamente del vicepresidente Dick Cheney. “Por autoridad del presidente Bush, han estado yendo a países, sin hablar con el embajador o con el jefe de estación de la CIA, encontraban a personas en una lista, las ejecutaban y volvían a partir,” dijo Hersh.
AMY GOODMAN: El periodista investigativo ganador del Premio Pulitzer causó sensación el mes pasado cuando dijo que el gobierno de Bush dirigió un centro ejecutivo de asesinato que dependía directamente del vicepresidente Dick Cheney. Hersh hizo su comentario durante un discurso en la Universidad de Minnesota el 10 de marzo. Bienvenido a Democracy Now!, Sy Hersh. Fue un placer verlo anoche en Georgetown. Hable primero sobre esos comentarios que hizo en la Universidad de Minnesota.
SEYMOUR HERSH: El Congreso no tenía control del asunto. Se trata esencialmente de un ala ejecutiva de asesinato. Y ha sido algo continuo, que sigue y sigue. Y precisamente hoy hubo un artículo en el Times que dice que su jefe, un almirante de tres estrellas llamado McRaven, ordenó detener ciertas actividades porque hubo tantas muertes colaterales.
AMY GOODMAN: Ayer, CNN entrevistó al ex consejero nacional de seguridad de Dick Cheney, John Hannah. Wolf Blitzer preguntó a Hannah sobre la afirmación de Sy Hersh.
WOLF BLITZER: ¿Hay por ahí una lista de terroristas, presuntos terroristas, que pueden ser asesinados?
JOHN HANNAH: Evidentemente hay un grupo de personas que pasan por un proceso extremadamente bien examinado, un proceso entre agencias, como creo que explicó en su artículo, que han cometido actos de guerra contra EE.UU., que están en guerra contra EE.UU., o de las que se sospecha que planifican operaciones de guerra contra EE.UU., por lo que se da autoridad a los soldados en el terreno y en ciertos teatros de operaciones bélicas para que las capturen o maten. Ciertamente es así.
WOLF BLITZER: Y por lo tanto, desde su perspectiva – y usted trabajo durante muchos años en el gobierno de Bush – sería totalmente constitucional, totalmente legal, ir y encontrar a esos sujetos y liquidarlos.
JOHN HANNAH: No cabe duda de que en un teatro de operaciones bélicas, cuando estamos en guerra, y sabemos – no cabe duda, de que estamos todavía en guerra contra al-Qaeda en Iraq, al-Qaeda en Afganistán y en la frontera paquistaní, que nuestras tropas tienen la autoridad para perseguir, capturar y matar al enemigo, incluyendo a la dirigencia del enemigo.
AMY GOODMAN: Era John Hannah, ex consejero de seguridad nacional de Dick Cheney. Seymour Hersh habla ahora conmigo aquí en Washington, D.C. Escribe para la revista The New Yorker. Su último artículo aparece en la edición actual, llamado ““Syria Calling: The Obama Administration’s Chance to Engage in a Middle East Peace” [Siria llama: la oportunidad para el gobierno de Obama de involucrarse en una Paz en Oriente Próximo].
SEYMOUR HERSH: Bueno, en cierto modo fue estúpido que comenzara a hablar de cosas que no he escrito. Siempre me doy un puntapié cuando lo hago. Pero estaba con Walter Mondale, el ex vicepresidente, quien se mostró sorprendentemente abierto y como que, en su caso – había ido muy lejos – ya que lo conocí como senador renuente a oponerse a la Guerra de Vietnam. Y por lo tanto, me preguntaron sobre cosas futuras, y yo sólo – estoy estudiando cosas. He hecho – no hay realmente nada que haya dicho en Minnesota que no haya escrito en el New York Times. El verano pasado, escribí un largo artículo sobre el Comando de Operaciones Especiales Conjuntas.
Y sólo para volver a lo que es – fue – John Hannah, creo que terminó por ser el máximo consejero nacional de seguridad, casi – si no jefe de gabinete, jefe de gabinete adjunto de Dick Cheney en los últimos tres o cuatro años, lo que dijo es simplemente que, sí, perseguimos a gente sospechosa – fue la palabra que utilizó – de crímenes contra EE.UU. Y tengo que decirle que hay una orden ejecutiva, firmada por Jerry Ford, el presidente Ford, en los años setenta, prohibiendo acciones semejantes. No es sólo contrario, - es ilegal, es inmoral, es contraproducente.
La evidencia – el problema de que se haga que militares vayan a matar a gentes cuanto no están directamente en combate, eso de pedir a soldados estadounidenses que vayan y busquen gente y, como usted dijo antes, en una de las declaraciones que hice, que usted reprodujo, van a países sin informar a ninguna de las autoridades, al embajador estadounidense, al jefe de la CIA, ciertamente a nadie en el gobierno donde vamos, y es mucho más que sólo en áreas de combate. Hay más – por lo menos una docena de países y tal vez más. El presidente ha autorizado ese tipo de acciones en Oriente Próximo y también en Latinoamérica; se lo diré, Centroamérica, algunos países. Han estado – a nuestros muchachos les han dicho que pueden ir y emprender el tipo de acción ejecutiva que necesiten, y eso es simplemente – no existe una base legal para hacerlo.
Y no sólo eso, si usted considera Guantánamo, el gobierno estadounidense sabía cuando – bueno, veamos, Guantánamo abrió a comienzos de 2002. “Gitmo” lo llaman, la base en Cuba para supuestos terroristas de al-Qaeda. Un informe interno sobre el que escribí en un libro que hice hace años, un informe interno hecho en el verano de 2002, estimó que por lo menos la mitad y posiblemente más, no tenían nada que ver con acciones contra EE.UU. La información de inteligencia que tenemos es a menudo muy fragmentaria, no muy buena. Y la idea de que el presidente de EE.UU. vaya a pensar que tiene el poder constitucional o el derecho legal de decir a soldados que no participan en combate inmediato que busquen a personas sobre la base de listas y las ejecuten es simplemente algo sorprendente para mí. Es sorprendente para mí.
Y no sólo eso, Amy, el tema respecto a George Bush es, todo es hecho en cierto modo a plena vista. En su discurso del Estado de la Unión, creo que fue el 28 de enero de 2003, cerca de un mes y medio antes de que fuéramos a Iraq, Bush describió el progreso en la guerra, y dijo – estoy parafraseando, pero es bastante cercano – dijo que habíamos capturado a más de 3.000 miembros de al-Qaeda y a presuntos miembros, gente sospechada de operaciones en contra nuestra. Y luego agregó con esa sonrisita que tiene: “Y quisiera decirle, algunos de esos sujetos no podrán volver a operar de nuevo. Eso se lo puedo asegurar. No estarán en condiciones de hacerlo.” Obviamente habla de matar a gente, y lo aplaude.
De modo que aquí estamos. No retiro lo que dije. Quisiera no haberlo dicho ad hoc, porque, como espero que hablemos en un minuto, paso mucho tiempo escribiendo artículos para The New Yorker, y son muy cuidadosamente investigados, y a veces cuando uno habla improvisadamente, no se es tan preciso.
AMY GOODMAN: Explique lo que es el Comando de Operaciones Especiales Conjuntas, y qué tipo de supervisión tiene el Congreso de esas actividades.
SEYMOUR HERSH: Bueno, es una unidad especial. Tenemos algo llamado el Comando de Operaciones Especiales que opera desde Florida, e involucra numerosas ramas. Y una de las unidades que trabaja bajo el manto del Comando de Operaciones Especiales es conocida como Operaciones Especiales Conjuntas – JSOC. Es una unidad especial. Lo que la hace tan especial, es que es un grupo de gente elite que incluye a Seals de la Armada, algunos Seals de la Armada, de la Fuerza Delta, nuestras – lo que llamamos nuestras unidades ocultas, las unidades de comando. “Comando” es una palabra que no les gusta, pero así los llamamos nosotros, la mayoría entre nosotros. Y promueven desde el interior. Es una unidad que tiene su propia estructura de promoción. Y uno de los elementos, debo decirle, para avanzar en la promoción es la cantidad de muertes que cada cual realiza. Evidentemente. Porque ha sido básicamente ideado – ha sido transformado, si se quiere, en esta unidad que va en busca de objetivos de alto valor.
Y aquí entra en escena Cheney y la idea de un círculo de asesinato – en realidad dije “rama,” pero de una rama de asesinato – que depende de Cheney se refería simplemente a que hacen aprobar las listas a través de la oficina del vicepresidente. No está ahí sentado buscando objetivos. Hacen aprobar las listas. Y ciertamente está muy involucrado, menos y menos con el pasar del tiempo, claro está, pero al principio muy involucrado. Y es la unidad de elite. Pienso que hacen tours de tres meses. Y el verano pasado, escribí un largo artículo para The New Yorker, en julio pasado, sobre cómo el funcionamiento de la operación de las JSOC simplemente no está disponible, y que no hay ninguna información suministrada por el ejecutivo al Congreso.
AMY GOODMAN: ¿Qué países, Sy Hersh – en qué países operan?
SEYMOUR HERSH: Muchos países.
AMY GOODMAN: Nombre algunos.
SEYMOUR HERSH: No, porque no he escrito al respecto, Amy. Y le diré, como digo, en Centroamérica, es más que sólo las áreas de las que ha hablado el señor Hannah – Afganistán, Iraq. Se puede entender una operación como ésta en el calor de la batalla en Iraq – asesinar – quiero decir, eliminar al enemigo. Eso es guerra. Pero cuando se va a otros países – digamos Yemen, digamos Perú, digamos Colombia, digamos Eritrea, digamos Madagascar, digamos Kenia, países como esos – y se mata a gente de la que se cree que está en una lista como al-Qaeda o vinculados a al-Qaeda o anti-estadounidenses, se viola la mayoría de los preceptos.
Somos un país que cree fuertemente en el debido proceso. De eso se trata. No damos al presidente de EE.UU. el derecho a decir a los militares, incluso en una guerra – y es una guerra contra una idea, una guerra contra el terrorismo. Y no es como si estuviésemos en guerra contra un enemigo uniformado comprometido. Estamos involucrados en una guerra muy complicada. Y con cada una de esas acciones, evidentemente, siempre hay muertes colaterales, y siempre hay más gente que se convierte en nuestros enemigos. Es la tragedia de Guantánamo. Para cuando la gente, haya estado con nosotros o contra nosotros cuando llegó allí, para cuando ha estado allí tres o cuatro meses, se ha hecho peligrosa para nosotros, por el modo cómo la hemos tratado. Pero me gustaría pasar a lo que escribí en The New Yorker.
AMY GOODMAN: Una pregunta: ¿sigue existiendo la rama de asesinato bajo el presidente Obama?
SEYMOUR HERSH: ¿Cómo lo voy a saber? Espero que no.
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