“No entre por su seguridad”, sugieren desde la puerta de entrada el personal de vigilancia de la Clínicas 32 del Instituto Mexicano del Seguro Social, del Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias, del Hospital General de México y Hospital Juárez, donde se han concentrado el mayor número de casos de pacientes afectados con la denominada influenza estacional.
Por los pasillos de los hospitales se observa a gente cubierta con cubrebocas y mascarillas, con bufandas, pañuelos y cualquier tipo de trapo. Algunos apuran el paso para pasar de una área a otra y otros de plano no dejan de manifestar su rechazo cada vez que alguien estornuda. Se paran y alejan de inmediato.
En las direcciones generales y en los mismos cubículos hay pacientes y familiares realmente molestos, porque aseguran, fueron dados de alta de manera “prematura”, sin la constancia común de alta o con la incapacidad correspondiente que cubra ese día.
“Es para evitar contagios” o “tenemos que tener el mayor número de camas disponibles”, son algunas de las razones que otorga el personal a los derechohabientes y pacientes molestos.
Los trabajadores están espantados. Algunos solicitaron por adelantados sus vacaciones, otros permisos sindicales y muchos más se han incapacitados por lo que la carga de trabajo ya comenzó afectar a los que se quedan. Las horas de espera se han duplicado. Con el anuncio de la nueva cepa del virus, que algunas autoridades aseguran que es de origen porcino, se espera que vaya haber más ausencias laborales.
El personal médico ya fue advertido por las direcciones médicos de cada una de esos hospitales que nada de dar declaraciones porque habrá sanciones y lo mismo envió como mensaje el Sindicato Nacional Independiente de Trabajadores la Secretaría de Salud, el cual, de plano, envió un comunicado donde sus dirigentes, Fernando Peña y Manuel Casas, “repudiaron que haya personas ajenas al sector salud, que tratan de confundir y dar “información equivocada y tendenciosa” que lo único que propicia es desinformar.
Pero lo cierto es que los trabajadores están asustados y molestos porque el brote, aseguran, “están muy fuerte y los enfermos ya llegan en situaciones críticas, casi todos están entubados”.
Y no obstante a las advertencias, Antonio Sánchez Arriaga, secretario general Sindicato Nacional Independiente de Trabajadores la Secretaría de Salud, denunció que la vacunación masiva que mencionan las autoridades “no se ha llevado a cabo”.
Los más de 40 mil trabajadores de base en el Distrito Federal ya manifestaron su preocupación porque aseguran, “es mentira que tengan todo bajo control” y aseguran que la aplicación de las vacunas se llevará a cabo de manera retardada.
Blanca Valadez / Milenio
Por los pasillos de los hospitales se observa a gente cubierta con cubrebocas y mascarillas, con bufandas, pañuelos y cualquier tipo de trapo. Algunos apuran el paso para pasar de una área a otra y otros de plano no dejan de manifestar su rechazo cada vez que alguien estornuda. Se paran y alejan de inmediato.
En las direcciones generales y en los mismos cubículos hay pacientes y familiares realmente molestos, porque aseguran, fueron dados de alta de manera “prematura”, sin la constancia común de alta o con la incapacidad correspondiente que cubra ese día.
“Es para evitar contagios” o “tenemos que tener el mayor número de camas disponibles”, son algunas de las razones que otorga el personal a los derechohabientes y pacientes molestos.
Los trabajadores están espantados. Algunos solicitaron por adelantados sus vacaciones, otros permisos sindicales y muchos más se han incapacitados por lo que la carga de trabajo ya comenzó afectar a los que se quedan. Las horas de espera se han duplicado. Con el anuncio de la nueva cepa del virus, que algunas autoridades aseguran que es de origen porcino, se espera que vaya haber más ausencias laborales.
El personal médico ya fue advertido por las direcciones médicos de cada una de esos hospitales que nada de dar declaraciones porque habrá sanciones y lo mismo envió como mensaje el Sindicato Nacional Independiente de Trabajadores la Secretaría de Salud, el cual, de plano, envió un comunicado donde sus dirigentes, Fernando Peña y Manuel Casas, “repudiaron que haya personas ajenas al sector salud, que tratan de confundir y dar “información equivocada y tendenciosa” que lo único que propicia es desinformar.
Pero lo cierto es que los trabajadores están asustados y molestos porque el brote, aseguran, “están muy fuerte y los enfermos ya llegan en situaciones críticas, casi todos están entubados”.
Y no obstante a las advertencias, Antonio Sánchez Arriaga, secretario general Sindicato Nacional Independiente de Trabajadores la Secretaría de Salud, denunció que la vacunación masiva que mencionan las autoridades “no se ha llevado a cabo”.
Los más de 40 mil trabajadores de base en el Distrito Federal ya manifestaron su preocupación porque aseguran, “es mentira que tengan todo bajo control” y aseguran que la aplicación de las vacunas se llevará a cabo de manera retardada.
Blanca Valadez / Milenio
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