América Latina frente a Obama

Eduardo González Velázquez

El fin de semana pasado se llevó a cabo la V Cumbre de las Américas en Puerto España, Trinidad y Tobago. Fue la primera ocasión en que el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, se reunió con los gobernantes de nuestra región, con la excepción de Cuba debido al veto impuesto por Washington. La Cumbre nos permite esbozar las primeras pinceladas de lo que pudieran ser las relaciones entre América Latina y el gobierno estadounidense bajo el mando de Barack Obama, luego de un evidente distanciamiento y enfrentamiento en algunos casos con el gobierno de George W. Bush.

1.- El tono empleado por los presidentes latinoamericanos en sus piezas discursivas dejó claramente establecido el fin del llamado “Consenso de Washington” como la forma unidireccional de entender y solucionar la realidad latinoamericana desde el vecino del norte. Quedó claro que hoy en día existe una multipolaridad en nuestra región que tiene como denominador común proyectos izquierdistas y nacionalistas apuntalados por una multitud de tratados y convenios firmados con diversos países.

2.- Washington se encontró a una América Latina gobernada por mandatarios que han arribado al poder como resultado de procesos electorales ampliamente vigilados por sus respectivas autoridades nacionales y por diversos organismos internacionales. Podremos estar o no de acuerdo con algunos mandatarios latinoamericanos, pero de que han sido votados (algunos de ellos en varias ocasiones como Hugo Chávez) no lo podemos negar. Hoy en día estos gobiernos se encuentran muy distantes de aquellos regímenes producto de golpes de Estado e instauración de dictaduras militares apoyadas y solapadas por la Casa Blanca. Ahora, América Latina es gobernada por un amplio espectro de políticos y las administraciones de la región son encabezadas por mujeres, por indígenas, por ex líderes obreros, por ex sacerdotes y por militares.

3.- Hoy día América Latina construye proyectos autónomos de corte nacionalista. Se fortalece el Mercosur como área de libre comercio entre algunos países del Cono sur. La Alternativa Bolivariana para Nuestra América va tomando forma como una estrategia político-económica para el subcontinente. Fue fundado el Banco del Sur por Argentina, Bolivia, Brasil, Ecuador, Paraguay, Uruguay y Venezuela, con un capital de 7 mil millones de dólares, como una opción frente al Fondo Monetario Internacional, al Banco Interamericano de Desarrollo y al Banco Mundial para financiar obras de infraestructura y apoyo a las empresas públicas y privadas de los países firmantes. Se cuenta con la Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur) integrada por los 12 estados asentados en el sur del continente: Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, Guyana, Paraguay, Perú, Surinam, Uruguay y Venezuela. Los objetivos de Unasur son la concertación y coordinación política y diplomática; la convergencia entre Mercosur, Comunidad Andina y Chile en una zona de libre comercio y la integración física, energética y de comunicaciones. Asimismo, se fundó la Televisora del Sur (Telesur) que no depende de ningún gobierno. Los diez millones de dólares para poner en marcha el proyecto fueron aportados por Venezuela, Argentina, Cuba y Uruguay.

4.- No obstante el “buen ambiente” en los trabajos de Trinidad y Tobago y el claro optimismo por el nuevo rumbo logrado en las relaciones de América Latina y Estados Unidos, la V Cumbre concluyó con "consensos", pero sin unanimidad sobre el texto de la declaración final. Así, el siguiente paso de la “nueva” relación se dará en la asamblea general de la Organización de Estados Americanos (OEA), que se realizará en San Pedro Sula, Honduras, a fines de mayo. En esa cita América Latina deberá obtener beneficios palpables de la “nueva” relación que dice Barack Obama se comenzó a construir en Trinidad y Tobago.

5.- Si existe o no una nueva etapa en las relaciones entre Estados Unidos y América Latina será un asunto que iremos viendo en los próximos meses y años, pero de lo que sí podemos estar seguros es que la América Latina que hoy se encuentra Barack Obama y el gobierno de Washington, es muy diferente a la América Latina monocromática que acompañó, fortaleció y solapó a la Casa Blanca en sus aventuras militares y económicas a lo largo del siglo XX sobre nuestros territorios. Obama ya no puede tocar en solitario sus partituras, es necesario que escuche las notas latinoamericanas, y que la Casa Blanca no vuelva a lanzar a nuestra región al olvido y menosprecio. De lo contrario, si en los siguientes años Washington no se asoma a Latinoamérica, esta situación deberá ser aprovechada por el subcontinente para continuar construyendo nuestro futuro de forma más independiente a propósito de estos años de celebraciones bicentenarias.

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