A Puerta Cerrada / Marcela Gómez Zalce
• Calderón y su banda…
• Los chuchos de Greg
El delito, mi estimado, se halla siempre presente en la intención. Original sin duda la visita del presidente de Francia, Nicolás Sarkozy, quien desde el Congreso se aventó a señalar que el mundo espera más de México (¿?), y que su gobierno cree en la justicia de este (des)gobierno —que, va de más decir, trata al Estado mexicano como un juguete de estimulación temprana y que, con el grotesco caso del montaje mediático, cortesía de Genaro productions, sobre el rescate de personas secuestradas por la banda Los Zodiaco, en cuya investigación se acusa la participación de la ciudadana francesa Florence Cassez—, que últimamente no siente lo duro, sino lo internacionalmente tupido.
Sobre todo porque Felipe & his dumb squad no están a la altura de las delicadas circunstancias, que se siguen complicando con el correr de los días y la toma (not necessarily of the booze) de recientes decisiones han causado molestia, estupor y sorpresa cuando de aplicar el Estado de Derecho se trata. El affaire Cassez ha sido el epicentro de sugerentes presiones en la única agenda bilateral entre Francia y México (porque eso de las inversiones sounds a little bizarre) y muy pronto se develará de qué cuero salen más correas… pero…
Justo hablando de reatas, my friend, no cabe duda que este calderón sigue siendo rehén de intereses, complicidades y facturas que le impide a los jinetes de la tormenta en la emocionante adversidad medir las consecuencias del ejemplo de la impunidad encabezada por su jefe Felipe, que en lugar de ser (porque de parecer, ni hablar) un verdadero jefe, pero de Estado, más bien se comporta como jefe, pero de la banda… presidencial. Jefe de sus cuates, donde la ley no sólo se ignora sino además el castigo es irrelevante, intrascendente e inexistente.
El reciente caso del ardiente balconeo a Luis Téllez debería ser de ocupación y preocupación fundamental para instaurar el ejemplo de la cacareada tonadita de la ley, y el Estado de Derecho en un año en donde se suma a la calentura electoral de la guerra sucia… la tolerancia al espionaje telefónico y quien esté libre de culpas que aviente la primera grabación.
En medio de la simpática guerra por el pastel de telecomunicaciones entre Telmex —cuyo dueño Carlos Slim anunció en otro de sus excelentes timings que, FYI (for your info… u shitheads), Grupo Carso invertirá este año 37 mil 180 millones de pesos, que contribuyó mediante impuestos (¿me estás oyendo, Roberto?) y aportaciones para seguridad social con 125 mil 93 millones correspondientes al ejercicio 2008, que los empleos directos del Grupo suman 209 mil 483 y que se beneficia a cerca de 400 mil familias mexicanas con sus programas de Salud y Educación— y Televisa, Felipe no sólo le dio su ración de flit a Téllez , quien además desparpajadamente se vacunó para futuras y divertidas grabaciones, sino que ahora el célebre asesor presidencial whatever está moviendo las aguas financieras (¿y las del chantaje aéreo?) para ocupar la presidencia de la Bolsa Mexicana de Valores (BMV).
Sí, mi estimadísimo, como lo lee.
Luis quiere su premio de complicidad, perdón, consolación y al diablo con investigaciones sobre espionajes ilegales. Al diablo sobre delitos de grabaciones conocidas, entregadas, solapadas y avaladas en Los Pinos y Gobernación. El sello de la casa es la impunidad.
La misma que transita desparpajada y arropada por el Gymboree de este (des)gobierno que, de apoyar esta intrépida salida para Téllez, abre un frente más (¡¿ooootro?!) pero en arenas… movedizas.
Porque sencillamente los ánimos en el horno bursátil financiero, my friend, no están para… ositos. Aunque, nuevamente… veremos de qué cuero, no, no… mejor aún, de qué conversaciones salen más cintas.
Por la Mirilla
El atractivo caso de Boris Del Valle, ex asesor del edil de Cancún, Greg Sánchez, está por alcanzar el clímax jurídico-político-policial, cuyo estercolero salpicará a esos chuchos amarillos que hoy arropan al polémico alcalde, cuyo cuñado (o sea, El Boris, hoy arraigado por sus travesuras) no tarda en soltar la sopa... de letras del abecedario de la organizada delincuencia y que promete sorpre$a$ aderezadas de plata… y plomo.
• Calderón y su banda…
• Los chuchos de Greg
El delito, mi estimado, se halla siempre presente en la intención. Original sin duda la visita del presidente de Francia, Nicolás Sarkozy, quien desde el Congreso se aventó a señalar que el mundo espera más de México (¿?), y que su gobierno cree en la justicia de este (des)gobierno —que, va de más decir, trata al Estado mexicano como un juguete de estimulación temprana y que, con el grotesco caso del montaje mediático, cortesía de Genaro productions, sobre el rescate de personas secuestradas por la banda Los Zodiaco, en cuya investigación se acusa la participación de la ciudadana francesa Florence Cassez—, que últimamente no siente lo duro, sino lo internacionalmente tupido.
Sobre todo porque Felipe & his dumb squad no están a la altura de las delicadas circunstancias, que se siguen complicando con el correr de los días y la toma (not necessarily of the booze) de recientes decisiones han causado molestia, estupor y sorpresa cuando de aplicar el Estado de Derecho se trata. El affaire Cassez ha sido el epicentro de sugerentes presiones en la única agenda bilateral entre Francia y México (porque eso de las inversiones sounds a little bizarre) y muy pronto se develará de qué cuero salen más correas… pero…
Justo hablando de reatas, my friend, no cabe duda que este calderón sigue siendo rehén de intereses, complicidades y facturas que le impide a los jinetes de la tormenta en la emocionante adversidad medir las consecuencias del ejemplo de la impunidad encabezada por su jefe Felipe, que en lugar de ser (porque de parecer, ni hablar) un verdadero jefe, pero de Estado, más bien se comporta como jefe, pero de la banda… presidencial. Jefe de sus cuates, donde la ley no sólo se ignora sino además el castigo es irrelevante, intrascendente e inexistente.
El reciente caso del ardiente balconeo a Luis Téllez debería ser de ocupación y preocupación fundamental para instaurar el ejemplo de la cacareada tonadita de la ley, y el Estado de Derecho en un año en donde se suma a la calentura electoral de la guerra sucia… la tolerancia al espionaje telefónico y quien esté libre de culpas que aviente la primera grabación.
En medio de la simpática guerra por el pastel de telecomunicaciones entre Telmex —cuyo dueño Carlos Slim anunció en otro de sus excelentes timings que, FYI (for your info… u shitheads), Grupo Carso invertirá este año 37 mil 180 millones de pesos, que contribuyó mediante impuestos (¿me estás oyendo, Roberto?) y aportaciones para seguridad social con 125 mil 93 millones correspondientes al ejercicio 2008, que los empleos directos del Grupo suman 209 mil 483 y que se beneficia a cerca de 400 mil familias mexicanas con sus programas de Salud y Educación— y Televisa, Felipe no sólo le dio su ración de flit a Téllez , quien además desparpajadamente se vacunó para futuras y divertidas grabaciones, sino que ahora el célebre asesor presidencial whatever está moviendo las aguas financieras (¿y las del chantaje aéreo?) para ocupar la presidencia de la Bolsa Mexicana de Valores (BMV).
Sí, mi estimadísimo, como lo lee.
Luis quiere su premio de complicidad, perdón, consolación y al diablo con investigaciones sobre espionajes ilegales. Al diablo sobre delitos de grabaciones conocidas, entregadas, solapadas y avaladas en Los Pinos y Gobernación. El sello de la casa es la impunidad.
La misma que transita desparpajada y arropada por el Gymboree de este (des)gobierno que, de apoyar esta intrépida salida para Téllez, abre un frente más (¡¿ooootro?!) pero en arenas… movedizas.
Porque sencillamente los ánimos en el horno bursátil financiero, my friend, no están para… ositos. Aunque, nuevamente… veremos de qué cuero, no, no… mejor aún, de qué conversaciones salen más cintas.
Por la Mirilla
El atractivo caso de Boris Del Valle, ex asesor del edil de Cancún, Greg Sánchez, está por alcanzar el clímax jurídico-político-policial, cuyo estercolero salpicará a esos chuchos amarillos que hoy arropan al polémico alcalde, cuyo cuñado (o sea, El Boris, hoy arraigado por sus travesuras) no tarda en soltar la sopa... de letras del abecedario de la organizada delincuencia y que promete sorpre$a$ aderezadas de plata… y plomo.
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