Monsieur le président

Índice Político / Francisco Rodríguez

La libertad consiste en poder hacer lo que se debe hacer

Montesquieu

MESDAMES ET MESSIEURS:
Escribo esta carta abierta a nuestro distinguido visitante don Nicolás Paul Stéphane Sarkozy de Nagy-Bocsa para agradecerle la enorme oportunidad que brinda a los mexicanos para conocer de qué está hecho el señor Felipe del Sagrado Corazón de Jesús Calderón Hinojosa, lo mismo que para saber si es verdad que en mi Nación se respeta o no el muy fanfarroneado Estado de Derecho.

Gracias, don Nicolás, por su beligerancia y no soslayada ambición de conseguir la extradición a Francia de su conciudadana Florence Cassez, a quien la justicia de mi país ha sentenciado a purgar una condena recién rebajada a 60 años de privación de la libertad, por su comprobada participación en una banda de secuestradores.

Gracias, otra vez, porque con esa actitud libertaria tan característica de los franceses –un déjà-vu de 1968, pero también de 1789--, usted regala a todos los mexicanos la incomparable oportunidad de conocer cuál es el temple del señor Calderón: hacer valer el sistema nacional de justicia tantas veces maquillado o ceder ante las presiones que usted, y la legión de inversionistas que le acompañan, ejercen sobre su tambaleante y titubeante Administración.

De usted, monsieur le Président, sabemos que es un auténtico "animal político", en el sentido aristotélico más estricto. Sobre todo en lo que a política exterior se trata. Ya vimos su actuación activa, central y personal en la reciente guerra del Cáucaso, cuando Rusia invadió el territorio de Georgia. También entró en los meandros de la más reciente guerra judaico-palestina, cuando Israel atacó la Franja de Gaza. Ni qué decir de su liderazgo, plantándose ante Washington al inicio de esta crisis mundial. Ahora monsieur Sarkozy focaliza usted sus esfuerzos en la "guerra" del señor Calderón contra la delincuencia organizada.

Y disculpe usted, pero nada bueno puede haber detrás de ese interés. ¿Será acaso que, además de venir por Cassez, trae usted ofertas de ventas de aviones, helicópteros y armas? Je ne le sais pas. No lo sé. Lo evidente, palpable y tangible es su "rescate" de la señora Cassez.

Tal cuenta ante sus opositores en la Asamblea Nacional, cuyos sectores progresistas le consideran "el sepulturero" de aquél inolvidable mayo del ’68, dicen unos. Mientras otros le llaman, pardon, "el pequeño gran ambicioso Napoleón del siglo XXI".

Quiere usted, don Nicolás, pasar a las páginas del Larousse, como el libertador de los oprimidos ¿por los impuestos?, el nuevo revolucionario que, a su manera y la de sus pudientes amistades, ha entendido la alarma de parar el cambio climático de la misma forma en que ha entendido parar el mestizaje problemático, aunque ¿quién va a procurar que trabajen más sus conciudadanos y que cobren aún menos?

Usted, como propulsor del nuevo cambio francés, ya ha barrido con la Santísima Trinidad de la République –libertad, igualdad, fraternidad--, que ya tiene hoy otra lectura: securité, securité, securité.

Pero, señor Presidente de la Belle France, ¿se acuerda usted de noviembre de 2007 cuando aseguró que volvería a Chad a buscar a todos los franceses que estuviesen allí retenidos "hayan hecho lo que hayan hecho", porque según sus palabras, "el papel del Jefe del Estado es encargarse de todos los franceses"?

¿Con qué poder, señor Sarkozy, puede usted tratar de interferir en la justicia de un país soberano aunque sea de la Afrique Latine, como México?

Peor aún cuando después descubrimos los detalles sobre la falsa operación de evacuación de 103 huérfanos de guerra. Hay imágenes donde se ve que los disfrazaban con vendas, pintados de yodo, para simular heridas.

El "caso Cassez", lo sabemos usted y yo señor Presidente, es sólo un pretexto.

Pero para nosotros los mexicanos es una gran oportunidad.

"Haya hecho lo que haya hecho" la citoyenne Florence –participó activamente en el secuestro de ciudadanos e infantes a quienes la Constitución mexicana garantiza libertad como un derecho--, no puede ni debe ser utilizada como pieza de canje ante un político que ocupa la Presidencia de México "haiga sido como haiga sido".

Gracias, pues, señor Presidente Nicolás Sarkozy.

Merci beaucoup, porque los mexicanos volveremos "a calar" de qué está hecho el señor Felipe Calderón.

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