Malagradecido McCain

Índice Político / Francisco Rodríguez

La amistad disminuye cuando hay demasiada felicidad de una parte

y demasiada desgracia de la otra

Isabel de Rumania

ES CIERTO. LOS
"gringos" no tienen amigos. Sólo tienen intereses. Vea usted si no es así cuando el más reciente ex candidato republicano a la Casa Blanca, John McCain, antes que mostrarse agradecido por los indudables apoyos que la administración de Felipe Calderón le brindó durante su campaña, se lanzó ayer mismo a cuestionar la fortaleza del equipo de quien fuera su anfitrión.

Sucedió la mañana de este miércoles 25 de marzo. Comparecía ante la Comisión de Seguridad Interna del Senado estadounidense la secretaria Janet Napolitano, encargada de esa materia en el equipo ejecutivo del Presidente Obama, cuando McCain, legislador del estado fronterizo de Arizona, empezó diciendo que existía "un afirmación generalizada de que los carteles de la droga son una amenaza existencial para el gobierno de México" y le preguntó si estaba de acuerdo con esa aseveración.

Napolitano se demoró unos segundos en responder y luego dijo: "Sí".

¡Qué manera, la de McCain, de pagar a Calderón los favores recibidos!

No sólo por el patrocinio mediático de Los Pinos a su peregrinación a la Basílica de Guadalupe –donde el de Arizona aparentó que la Virgen le hablaba, pero ya se vio que ni siquiera lo escuchó--, incluso por haber sido recibido en la residencia presidencial que desde diciembre de 2006 ocupa Calderón, lo que en los cuarteles de Barack Obama debió percibirse entonces cual una muestra de parcialidad y, claro, de ausencia del mínimo tacto político-diplomático.

De nada sirvió a Calderón su entrega a la causa republicana. A la hora en la que necesita del apoyo de sus "amigos" gringos, éstos anteponen sus intereses y alimentan con sus aseveraciones lo que en prácticamente todas las oficinas, pasillos y comederos de Washington se da como un hecho: la impotencia de la actual administración mexicana ante los cada vez más ensoberbecidos "capos" de la delincuencia en nuestro país.

Los vecinos del norte, cual se aprecia, no se han tragado la especie difundida por el peculiar procurador Eduardo Medina-Mora en el sentido de que, "aunque no lo parezca, vamos ganando".

Algo así como aquello de que "vamos ganando, manden refuerzos".

Y esos socorros ya están aquí. Llegó ayer la secretaria de Estado, Hillary Clinton. Viene la semana próxima la ya mencionada Napolitano, junto con el secretario de Justicia, Eric Holder. Vendrá después el mismísimo Obama.

Vienen a ayudar, apoyar, dar soporte a la administración que perciben desvalida, "existencialmente amenazada" o, en términos que popularizara hace unas cuantas semanas el líder empresarial mexicano Lorenzo Servitje, a punto de entregar el equipo o colgar los tenis, "de hecho, no de derecho".

Estados Unidos, dijo ayer Napolitano en la audiencia celebrada en la colina del Capitolio, puede "de manera efectiva" eliminar la violencia en México, "haciendo lo que le corresponde".

Cabría aquí preguntar a la colaboradora directa de Obama, ¿qué es exactamente lo que ella entiende que debe hacer el gobierno de EU? ¿Qué es lo que le "corresponde" hacer? No vaya a extralimitarse y piense que entre sus deberes esté, además de la militarización de la frontera, enviar policías y tropas al territorio del país. ¿O ya lo está haciendo? Hay quienes afirman que sí.

La percepción de la debilidad del equipo de Calderón no es gratuita. Parte no sólo de la (in)acción, desorden y hasta corrupción que lo corroe, sino del origen mismo. La ausencia de legitimidad de quien creyó que, para culminar exitosamente su ocupación de Los Pinos bastaba con las Fuerzas Armadas –ante la cuales tomó la banda presidencial en la oscuridad de una madrugada, relegando a un segundo término al Congreso--, a través de una dizque "guerra" en contra del narcotráfico.

Y todo esto no es sino una lección, que ojala quede sólo en eso: en lección.

Enseñanza que debemos aprender todos: empresarios que primero lo apoyaron y ahora lo "pobretean" lastimosamente, para empezar. Estadounidenses que, como McCain, le brindaron interesadamente su amistad y ahora, malagradecidos, la relegan tras sus intereses.

Y la lección es que la voluntad popular no se puede ni debe alterar en el resultado de las urnas, ¿o no?

Índice Flamígero: Ahora se entiende el porqué la encuestadora GEA-ISA adelanta tanto al PAN en sus proyecciones de resultados electorales. Sucede que su fundador y ¿ex accionista? Jesús Reyes Heroles GGG (no es jejeje) está a punto de dejar la dirección general de Pemex, de acuerdo a lo difundido por Los Pinos en espacios amigos. El interés tiene pies.

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