Teodoro Rentería Arróyave
Nada más y nada menos que “los pantalones del presidente Felipe Calderón Hinojosa”, es el tema de la nueva polémica nacional que ya lleva más de una semana de ventilarse en todos los medios de comunicación porque en el fondo de la misma lo que campea es el interés del proceso electoral que determinará, aparte de jefaturas delegacionales y diputados citadinos en el Distrito Federal, presidencias municipales, congresos y gubernaturas en algunos estados, fundamentalmente la composición de la LXII Legislatura de la Cámara de Diputados, es decir, el Congreso de la Unión, concluyente para la segunda mitad del Gobierno panista-calderonista y sobre todo para la sucesión presidencial del 2012.
Como se aprecia, el lev motiv de la polémica pantalonera, no es poca cosa, es en suma todas las cosas de los intereses políticos-partidarios, político- gubernamentales y del poder mismo al corto y al inmediato plazo. Son las estrategias de las dos principales fuerzas, que según las últimas encuestas están en las preferencias de la ciudadanía, sin que hasta el momento el Partido Acción Nacional corone la suya para desplazar del primer lugar al Partido Revolucionario Institucional. Y ambas sin tomar en cuenta la de Andrés Manuel López Obrador, con los llamados partidos de izquierda, que con su última Convención seguramente prenderá los focos rojos de sus constantes opositores y denigrantes por la numerosa presencia de sus partidarios.
Como es público, mandaron a tirar la primera andanada a Germán Martínez Cázarez, presidente nacional del PAN con el apoyo de la Iglesia Católica, precisamente del cardenal arzobispo, Norberto Rivera Carrera, ambos convertidos en verdaderos francotiradores, para hacer ver que el PRI se niega a legislar en materia de seguridad nacional, cuando exacto, es el tema más sentido de la población. El argumento de que con las actuales iniciativas del Ejecutivo federal se podría provocar un Estado Policíaco, no cala en el sufrido y atemorizado pueblo mexicano, que se levanta y se acuesta a diario con cifras impresionantes de ejecutados, secuestros y demás delitos atribuidos al crimen organizado.
En aprovechamiento de la determinación de la Secretaría de Hacienda de que no hay violación en el caso Banamex no obstante el dominio de gobierno extranjero de la institución bancaria, y eso que no se sabía que se defendería el titular de la misma, Agustín Carsten de que hasta pasados tres años si prevalece tal situación, Banamex podría ser mexicanizado, el líder priísta en el Senado, Manlio Favio Beltrones, atacó: “Que el presidente, no tenga miedo, se faje los pantalones” para tomar decisiones en casos como la nueva sede de la refinería de PEMEX, Banamex y la repatriación de la secuestradora francesa, Florence Cassez.
Todos reviraron, desde Washington, el secretario de Gobernación Fernando Gómez Mont, convocó a Beltrones a rectificar “las inicuas imputaciones y recuperar el debido respeto entre las instituciones”. Ahora, ante otra andanada de Martínez Cázarez, que lanzó en plena Convención Bancaria, en el sentido de que “el PRI o está con el Presidente Calderón o con el Cartel de Juárez”, más calmado, rectificó y dijo que no hay distanciamientos entre las fuerzas políticas y el gobierno, y el propio líder panista, también en la misma línea explica que sólo se refería a un candidato priísta juarense a una diputación.
Seguramente la rectificación fue por la otra frase de Beltrones, quien además es presidente de la Junta de Coordinación Política del Senado de la República: “Un gobierno responsable no puede deslindarse de su partido político, decir la verdad no debe incomodar”. Para que seguirle, por lo pronto el respetable, hace un alto ante la gravedad actual del país y asiste entre sorprendido e hilarante a la nueva acometida verbal, a la nueva polémica nacional: “los pantalones del Presidente”.
Nada más y nada menos que “los pantalones del presidente Felipe Calderón Hinojosa”, es el tema de la nueva polémica nacional que ya lleva más de una semana de ventilarse en todos los medios de comunicación porque en el fondo de la misma lo que campea es el interés del proceso electoral que determinará, aparte de jefaturas delegacionales y diputados citadinos en el Distrito Federal, presidencias municipales, congresos y gubernaturas en algunos estados, fundamentalmente la composición de la LXII Legislatura de la Cámara de Diputados, es decir, el Congreso de la Unión, concluyente para la segunda mitad del Gobierno panista-calderonista y sobre todo para la sucesión presidencial del 2012.
Como se aprecia, el lev motiv de la polémica pantalonera, no es poca cosa, es en suma todas las cosas de los intereses políticos-partidarios, político- gubernamentales y del poder mismo al corto y al inmediato plazo. Son las estrategias de las dos principales fuerzas, que según las últimas encuestas están en las preferencias de la ciudadanía, sin que hasta el momento el Partido Acción Nacional corone la suya para desplazar del primer lugar al Partido Revolucionario Institucional. Y ambas sin tomar en cuenta la de Andrés Manuel López Obrador, con los llamados partidos de izquierda, que con su última Convención seguramente prenderá los focos rojos de sus constantes opositores y denigrantes por la numerosa presencia de sus partidarios.
Como es público, mandaron a tirar la primera andanada a Germán Martínez Cázarez, presidente nacional del PAN con el apoyo de la Iglesia Católica, precisamente del cardenal arzobispo, Norberto Rivera Carrera, ambos convertidos en verdaderos francotiradores, para hacer ver que el PRI se niega a legislar en materia de seguridad nacional, cuando exacto, es el tema más sentido de la población. El argumento de que con las actuales iniciativas del Ejecutivo federal se podría provocar un Estado Policíaco, no cala en el sufrido y atemorizado pueblo mexicano, que se levanta y se acuesta a diario con cifras impresionantes de ejecutados, secuestros y demás delitos atribuidos al crimen organizado.
En aprovechamiento de la determinación de la Secretaría de Hacienda de que no hay violación en el caso Banamex no obstante el dominio de gobierno extranjero de la institución bancaria, y eso que no se sabía que se defendería el titular de la misma, Agustín Carsten de que hasta pasados tres años si prevalece tal situación, Banamex podría ser mexicanizado, el líder priísta en el Senado, Manlio Favio Beltrones, atacó: “Que el presidente, no tenga miedo, se faje los pantalones” para tomar decisiones en casos como la nueva sede de la refinería de PEMEX, Banamex y la repatriación de la secuestradora francesa, Florence Cassez.
Todos reviraron, desde Washington, el secretario de Gobernación Fernando Gómez Mont, convocó a Beltrones a rectificar “las inicuas imputaciones y recuperar el debido respeto entre las instituciones”. Ahora, ante otra andanada de Martínez Cázarez, que lanzó en plena Convención Bancaria, en el sentido de que “el PRI o está con el Presidente Calderón o con el Cartel de Juárez”, más calmado, rectificó y dijo que no hay distanciamientos entre las fuerzas políticas y el gobierno, y el propio líder panista, también en la misma línea explica que sólo se refería a un candidato priísta juarense a una diputación.
Seguramente la rectificación fue por la otra frase de Beltrones, quien además es presidente de la Junta de Coordinación Política del Senado de la República: “Un gobierno responsable no puede deslindarse de su partido político, decir la verdad no debe incomodar”. Para que seguirle, por lo pronto el respetable, hace un alto ante la gravedad actual del país y asiste entre sorprendido e hilarante a la nueva acometida verbal, a la nueva polémica nacional: “los pantalones del Presidente”.
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