¡Los EEUU no tienen amigos, tienen intereses!, ¡Entiéndanlo!

Pedro Echeverría V.

1. La visita de la señora Hillary Clinton a México sólo tiene un objetivo: advertir al gobierno ilegítimo de Felipe Calderón que si no acepta las condiciones económicas y militares que su gobierno “recomienda” será a México imposible alcanzar la paz que necesita. Entre las “recomendaciones” se plantea sellar la frontera que hay entre los países con el extenso muro construido y apoyar a la guardia nacional, al FBI y a los demás cuerpos de inteligencia de la USA que la vigilará de manera permanente para evitar el paso de braceros, narcotraficantes y terroristas. A cambio de ello se buscará la aprobación del envío de dinero, de tecnología, de armas y asesoría yanqui al gobierno acordado en la llamada “Iniciativa Mérida”, que no es otra cosa que el Plan México”.

2. Hillary Clinton no es “una blanca paloma” al servicio del “halcón negro”; no debe olvidarse que los dos representan lo que el viejo Foster Dulles señaló en los años cincuenta: “los EEUU no tienen amigos, tienen intereses”. El narcotráfico y la venta de armas es un enorme negocio para gobierno y empresarios norteamericanos. Los EEUU, cuya economía se ha basado en la industria armamentistas, se han encargado, a través de la historia, de vender las armas para enfrentar amigos y enemigos en todas las guerras. Ha sido ampliamente demostrado que durante las dos guerras mundiales los productores de armas yanquis se encargaron de armas a aliados y alemanes, así como también lo han hecho en lejano y medio oriente, entre judíos y árabes.

3. Con el gobierno del negro Obama y su secretaria de Estado la blanquísima Clinton, los EEUU pretenden “lavarse la cara” después del gobierno ultraconservador y guerrerista de Bush; sin embargo, al transcurrir unos meses, escuchar sus discursos y declaraciones y estar atentos a su actuación, puede confirmarse que podrá haber un cambio de estilo y de palabras, pero el proyecto de dominación del imperio no podrá cambiar. Se continuará construyendo el muro, se seguirá llenando México de agentes del FBI y de la CIA, continuará la política “antiterrorista”, los poderosos capitales yanquis (junto a sus socios mexicanos) seguirán saqueando el país y continuarán las amenazas contra Venezuela, Bolivia, Ecuador y todos los gobiernos rebeldes.

4. En América Latina se ha desarrollado, con toda razón y justicia, un enorme odio contra los gobiernos yanquis. En México, después de la gira del presidente Kennedy y su sensual esposa Jacqueline a principios de los años sesenta, y de la agudización de la invasión yanqui a Vietnam, ningún presidente de EEUU se ha paseado en carro abierto por las avenidas de la Ciudad de México. Después de que el vice presidente Nixon fue apedreado e insultado en las calles (¿de Caracas, Bogotá, Dominicana, Montevideo, Panamá?) las “visitas” de los gobernantes yanquis se hacen en entidades pacíficas como Yucatán o Guanajuato, fuertemente resguardados por miles de soldados de los ejércitos yanqui y mexicano. No se sabe en que estado de la República llegará Obama.

5. El repudio a los gobiernos yanquis ha sido histórico en el mundo, particularmente en Latinoamérica. A principios de los sesenta las batallas de Fidel Castro en Cuba, de los Tupamaros en Uruguay, de Caamaño en Dominicana, de los Montoneros en Argentina y las de las guerrillas en Venezuela, Guatemala, Colombia, Perú, Bolivia, etcétera, junto a las luchas del Vietminh en Vietnam y las del maoísmo en China, nos legaron un buen nivel de conciencia y combatividad a los jóvenes mexicanos de entonces. Los partidos políticos (PRI, PAN, PPS, PARM), integrados al aparato de Estado, apoyaban siempre al gobierno, tal como se espera que suceda con la visita de Obama. La única esperanza de dignidad y antimperialismo son los jóvenes.

6. Son los jóvenes anarquistas, punk. altermundistas, “ultras” y antiparlamentarios, quienes en Monterrey, Cancún, Guadalajara, Mérida, DF, y otros estados de la República han enfrentado con gran dignidad y valentía al Estado Mayor Presidencial y al ejército (disfrazado de policía) cuando les ha bloqueado sus protestas contra Bush en las calles y plazas y los han reprimido y encarcelado. Parece que ante la mayor integración de los partidos y políticos electoreros al aparato de dominación, la fuerza de los jóvenes en la lucha se hace indispensable. Por eso los grandes gobernantes, políticos y magnates del capital tienen que vivir escondidos y haciendo sus reuniones en los sitios donde las masas de jóvenes descontentos no los puedan alcanzar.

7. La lucha contra el narcotráfico es sólo una “cortina de humo” (pero también un enorme negocio) para que los planes yanquis avancen en América, donde los gobiernos de México, Colombia y Perú, juegan un importante papel a su servicio. La producción y el tráfico de estupefacientes podrían acabarse si tras su comercio no estuvieran grandes capitales de gobiernos y empresarios de muchos países. La realidad es que tanto el gobierno mexicano como el de EEUU están profundamente penetrados por los “terribles y temidos varones del narcotráfico”. ¿Cuántas campañas políticas, centros comerciales, poderosos bancos y fuertes multimillonarios se han hecho del impulso de la producción y comercialización de la droga? Pero los objetivos son otros.

8. La semana pasada, en reunión internacional de tres días celebrada en la ciudad de México, muchos representantes de organizaciones del mundo, reunidos en el XIII seminario Los Partidos y Nueva Sociedad, se pronunciaron contra el imperialismo, por la lucha anticapitalista y por el socialismo. El apoyo a las batallas de los pueblos y gobiernos de Cuba, Venezuela, Bolivia y Ecuador, así como el impulso a las luchas de la izquierda radicalizada en otros países que buscan independizarse de los gobiernos yanquis estuvo siempre presente. En los informes y análisis presentados en este décimo tercer seminario se pudo reconfirmar que las luchas de los pueblos apuntan hacia su liberación y que ninguna fuerza aliada al imperio podrá frenarla.

9. Por eso la Clinton, la Napolitano y el Obama, en cualquier momento que se presenten, no son bienvenidos a México. Sus ayudas que tanto ofrecen al combate al narcotráfico y a la venta de armas son totalmente hipócritas y engañosas. Para los gobernantes estadounidenses la droga que bien distribuyen en su ejército, así como la producción de armas para las guerras que tanto necesitan para extender su dominio, siempre serán un buen negocio. Pero el desgobierno panista de Felipe Calderón necesita con urgencia más apoyo para impedir su derrumbe. Esperamos que México despierte y recupere fuerzas, como los jóvenes de los sesenta, que salieron a las calles para repudiar a esos representantes del imperio, de la guerra y de la explotación.

pedroe@cablered.net.mx

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