Índice Político / Francisco Rodríguez
¿De qué otra forma se puede amenazar que no sea de muerte? Lo interesante, lo original, sería que alguien lo amenace a uno con la inmortalidad
Jorge Luis Borges
EVIDENCIADO COMO INDIGNO sucesor del desaparecido Negro Arturo Durazo –pues también construye en Tlalpan su propio Partenón--, el cuestionado secretario de Seguridad Pública de la administración federal, Genaro García Luna, desató una campaña mediática con la que ha pretendido hacer responsables de su integridad física y la de sus familiares a una periodista y al medio en la que ella se desempeña.
Se trata de mi compañera y amiga Anabel Hernández y de Reporte Índigo, la publicación electrónica que dirige Ramón Alberto Garza, en cuya más reciente edición ha aparecido un muy bien documentado reportaje sobre el muy explicable –dada la corrupción que corroe a todas las corporaciones policíacas-- y súbito enriquecimiento de García Luna.
Autora de varios best sellers, el más reciente de los cuales ubica a García Luna cual uno de "Los Cómplices del Presidente" –el otro, Juan Camilo Mouriño--, Anabel Hernández publicó el viernes anterior datos precisos sobre la construcción de lo que será una suntuosa residencia del titular de la SSP federal. Fotografías donde se observa al protegido del señor Felipe Calderón supervisando la obra, ya en traje, en ropa informal y aún en pantalones cortos. Documentos del catastro predial del gobierno capitalino. Todo comprueba que el oscuro policía es el propietario de la construcción que, de acuerdo a referencias comprobables, bien podría llegar a costar 21 millones de pesos, una cifra que con su sueldo, de suyo exorbitante, el funcionario no podría pagar.
En el texto publicado en Índigo por Hernández aparece el domicilio actual de García Luna. Lo mismo que el de la obra en construcción, separada apenas unos cuantos metros una de la otra.
Atrapado y sin salida legal ante la evidencia de su ya muchas veces señalada conducta corrupta, el secretario de ¿Seguridad? montó una más de sus representaciones teatrales, en ánimo de convertirse en víctima. Usó para ello a su esposa y a su hija.
Porque no habían pasado ni seis horas desde el momento en el que salió a luz la escandalosa información bien trabajada por Anabel Hernández, cuando los portales online de algunos diarios de la capital dieron vuelo a una información que, a la postre, resultó falsa: que la señora esposa y la hija de García Luna habían sufrido un intento de atentado.
Falso, vale insistir. Los inicialmente señalados cual criminales, resultaron ser dos profesionales de los medios de comunicación. Camarógrafos de un canal de televisión que se transmite por cable, quienes pese a haberse identificado desde el primer momento, permanecieron horas y horas detenidos y bajo interrogación en instalaciones que dependen de García Luna.
Un acto atribilario a todas luces. Producto de la desesperación por haber sido expuesto en el esplendor de su corrupción.
Pero un acto también amenazante. Dirigido en contra de una reconocida periodista que en no pocas ocasiones ha dado cuenta a sus lectores de la intrincada red de intereses corruptos que prevalecen en las áreas puestas bajo el cuidado de este picaresco personaje. Lo mismo en la AFI, que encabezó durante el foxiato, que ahora en la SSP: criminales convertidos en "guardianes del orden", asesinatos en serie entre los mismos cómplices guión colaboradores de don Genaro, fabricación de culpables para así acallar lo que denuncian… ¡Una porquería!
Acto amenazante que, por desgracia, halló eco entre varios comunicadores adictos a García Luna, quienes criticaron de inicio el que se haya dado la ubicación del domicilio de este oscuro personaje. ¿Cómo, si no, documentar entonces su enriquecimiento ilícito? ¿Hay que ocultarlo para convertirse así en cómplices de este cuestionado policía?
García Luna funcionaría mejor como vocero del señor Calderón. Maneja medios, como suelen decir los políticos. Produce y monta espectáculos mediáticos –caso Cassez, visita de la señora Clinton--, y ahora también ha puesto a actuar en otra de sus obras a su señora esposa y a su hija.
La mejor defensa es el ataque. El auto-atentado también, ¿no cree usted?
Índice Flamígero: García Luna mantiene cooptados a no pocos medios y a muchos de quienes en ellos se desempeñan. Tal es harto evidente. Funciona dicho enganche , casi igual que el muy conocido caso de la señora que presidía una organización dizque ciudadana de defensa de víctimas de delitos. Grandes cantidades de recursos pecuniarios, no todos del erario, son puestos a su disposición. Regalos. Escoltas. Si García Luna fuese tan efectivo en la lucha contra la delincuencia, como lo es en materia de cooptación y o compra de voluntades…
*** IMPORTANTE *** Revoluciones es un proyecto de información alternativa sin fines de lucro, para mantenernos en línea requerimos de tu apoyo. Puedes ayudarnos haciendo un deposito bancario, por mínimo que sea, hazlo en el banco HSBC, al número de cuenta 6271254999 a nombre de Samuel R. García o en transferencia electrónica abonando al número Clabe: 021180062712549990. Gracias.
¿De qué otra forma se puede amenazar que no sea de muerte? Lo interesante, lo original, sería que alguien lo amenace a uno con la inmortalidad
Jorge Luis Borges
EVIDENCIADO COMO INDIGNO sucesor del desaparecido Negro Arturo Durazo –pues también construye en Tlalpan su propio Partenón--, el cuestionado secretario de Seguridad Pública de la administración federal, Genaro García Luna, desató una campaña mediática con la que ha pretendido hacer responsables de su integridad física y la de sus familiares a una periodista y al medio en la que ella se desempeña.
Se trata de mi compañera y amiga Anabel Hernández y de Reporte Índigo, la publicación electrónica que dirige Ramón Alberto Garza, en cuya más reciente edición ha aparecido un muy bien documentado reportaje sobre el muy explicable –dada la corrupción que corroe a todas las corporaciones policíacas-- y súbito enriquecimiento de García Luna.
Autora de varios best sellers, el más reciente de los cuales ubica a García Luna cual uno de "Los Cómplices del Presidente" –el otro, Juan Camilo Mouriño--, Anabel Hernández publicó el viernes anterior datos precisos sobre la construcción de lo que será una suntuosa residencia del titular de la SSP federal. Fotografías donde se observa al protegido del señor Felipe Calderón supervisando la obra, ya en traje, en ropa informal y aún en pantalones cortos. Documentos del catastro predial del gobierno capitalino. Todo comprueba que el oscuro policía es el propietario de la construcción que, de acuerdo a referencias comprobables, bien podría llegar a costar 21 millones de pesos, una cifra que con su sueldo, de suyo exorbitante, el funcionario no podría pagar.
En el texto publicado en Índigo por Hernández aparece el domicilio actual de García Luna. Lo mismo que el de la obra en construcción, separada apenas unos cuantos metros una de la otra.
Atrapado y sin salida legal ante la evidencia de su ya muchas veces señalada conducta corrupta, el secretario de ¿Seguridad? montó una más de sus representaciones teatrales, en ánimo de convertirse en víctima. Usó para ello a su esposa y a su hija.
Porque no habían pasado ni seis horas desde el momento en el que salió a luz la escandalosa información bien trabajada por Anabel Hernández, cuando los portales online de algunos diarios de la capital dieron vuelo a una información que, a la postre, resultó falsa: que la señora esposa y la hija de García Luna habían sufrido un intento de atentado.
Falso, vale insistir. Los inicialmente señalados cual criminales, resultaron ser dos profesionales de los medios de comunicación. Camarógrafos de un canal de televisión que se transmite por cable, quienes pese a haberse identificado desde el primer momento, permanecieron horas y horas detenidos y bajo interrogación en instalaciones que dependen de García Luna.
Un acto atribilario a todas luces. Producto de la desesperación por haber sido expuesto en el esplendor de su corrupción.
Pero un acto también amenazante. Dirigido en contra de una reconocida periodista que en no pocas ocasiones ha dado cuenta a sus lectores de la intrincada red de intereses corruptos que prevalecen en las áreas puestas bajo el cuidado de este picaresco personaje. Lo mismo en la AFI, que encabezó durante el foxiato, que ahora en la SSP: criminales convertidos en "guardianes del orden", asesinatos en serie entre los mismos cómplices guión colaboradores de don Genaro, fabricación de culpables para así acallar lo que denuncian… ¡Una porquería!
Acto amenazante que, por desgracia, halló eco entre varios comunicadores adictos a García Luna, quienes criticaron de inicio el que se haya dado la ubicación del domicilio de este oscuro personaje. ¿Cómo, si no, documentar entonces su enriquecimiento ilícito? ¿Hay que ocultarlo para convertirse así en cómplices de este cuestionado policía?
García Luna funcionaría mejor como vocero del señor Calderón. Maneja medios, como suelen decir los políticos. Produce y monta espectáculos mediáticos –caso Cassez, visita de la señora Clinton--, y ahora también ha puesto a actuar en otra de sus obras a su señora esposa y a su hija.
La mejor defensa es el ataque. El auto-atentado también, ¿no cree usted?
Índice Flamígero: García Luna mantiene cooptados a no pocos medios y a muchos de quienes en ellos se desempeñan. Tal es harto evidente. Funciona dicho enganche , casi igual que el muy conocido caso de la señora que presidía una organización dizque ciudadana de defensa de víctimas de delitos. Grandes cantidades de recursos pecuniarios, no todos del erario, son puestos a su disposición. Regalos. Escoltas. Si García Luna fuese tan efectivo en la lucha contra la delincuencia, como lo es en materia de cooptación y o compra de voluntades…
*** IMPORTANTE *** Revoluciones es un proyecto de información alternativa sin fines de lucro, para mantenernos en línea requerimos de tu apoyo. Puedes ayudarnos haciendo un deposito bancario, por mínimo que sea, hazlo en el banco HSBC, al número de cuenta 6271254999 a nombre de Samuel R. García o en transferencia electrónica abonando al número Clabe: 021180062712549990. Gracias.
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