Celso C. Hernández Rojas*
Bajo la concepción del capital humano, la educación no sólo debe estar enlazada con la producción sino que la construcción de habilidades y competencias debe de darse en función de las necesidades de la producción, por ello los modelos educativos que en la actualidad tienen más fuerza son los llamados “europeos”, que están diseñados bajo la lógica de que los saberes se organicen bajo una supuesta especialización y ocuparse sólo de la profesionalidad que se busca obtener.
Es decir, si alguien estudia Derecho , para ser abogado en Derecho Mercantil , no tiene por que saber Derecho Civil o Laboral , sino que sólo tiene que saber redactar contratos y litigar comisiones en los tribunales, etc. , de la rama de derecho mercantil; por ello ahora se esta hablando que los estudios técnicos, aún en las universidades, sean de tres años, las licenciaturas de cuatro, maestrías de hasta 6 meses y doctorados de año y medio, con el objeto de agilizar la educación y formación profesional, “cosa que hace unos pocos años era impensable”. Sobre todo porque la misma educación estaba orientada a la universalidad del conocimiento y no a la parcialización encubierta como especialización. Las aparentes ventajas de una formación rápida contrasta con las expectativas que los mismos autores del capital humano plantean cuando señalan que ahora no sólo se requiere un titulo universitario, sino que en promedio un profesionista exitoso requiere cuando menos 2.6 títulos o especialidades.
Se trata de procesos de especialización de la fuerza de trabajo que aparentemente tienen una correlación con los mercados laborales, pero que en la práctica hacen que sea también una formación parcial e incompleta que, en el supuesto animo de competir, lo lleve a buscar crearse nuevas habilidades y con ello compita nuevamente en una carrera sin fin , dando como resultado que el individuo nunca se sienta realizado y este permanentemente inconforme. Es muy perjudicial el abandono de la universalidad porque simple y llanamente borran el área de ciencias sociales en todas las carreras técnicas; en estos modelos se señala que “para que quiere un ingeniero estudiar Geografía ”, observando que ciertamente el ingeniero es ignorante en Geografía, Filosofía, Historia y algunas otras disciplinas, sencillamente porque se aduce no pertenecer a su área.
Ahora bien, en un principio señalemos que los mercados laborales en última instancia determinan la forma de las ciudades: una ciudad como Lázaro Cárdenas en Michoacán , por ejemplo, no puede ser más que un puerto industrial, por más crecimiento que se dé en los servicios u otras ramas de producción, incluyendo el Turismo que crece a su alrededor. Mientras tanto, en ciudades como el DF , se debate el dominio de los servicios y el trabajo especializado, creando exclusión, por ejemplo, de los trabajadores emigrantes; de esa inmigración interna del campo a la ciudad que hasta, digamos los 80´s, tenía como meta llegar a la Ciudad de México , ahora esto no sucede, simplemente no encuentran trabajo; la meta se queda en la periferia de la zona metropolitana que ahora es el Estado de México, Morelos, Hidalgo, Tlaxcala , incluso en los 90´s, la Ciudad de México , quien luego del sismo y de la salida de la industria perdió población, y en su readecuación a los servicios se convirtió en una Ciudad para los ricos, los que hacen negocio, y que por tanto requiere menos trabajo simple o descalificado.
Por lo tanto, se trata de que la especialización que hasta ahora se viene pregonando como la solución al vinculo educación-empresa se establezca pensando en el desarrollo humanístico e integral del individuo, de nada sirven ingenieros que no tengan presente en sus diseños a quiénes van a utilizar o son beneficiarios de sus obras , y si además se incluye una visión humana se obtendrá gente formada técnicamente y con una visión social, pero sin embargo, esto no lo entiende la tecnocracia de la SEP .
*Miembro del Taller de Economía Social y Políticas Públicas de la Facultad de Economía de la UNAM.
Bajo la concepción del capital humano, la educación no sólo debe estar enlazada con la producción sino que la construcción de habilidades y competencias debe de darse en función de las necesidades de la producción, por ello los modelos educativos que en la actualidad tienen más fuerza son los llamados “europeos”, que están diseñados bajo la lógica de que los saberes se organicen bajo una supuesta especialización y ocuparse sólo de la profesionalidad que se busca obtener.
Es decir, si alguien estudia Derecho , para ser abogado en Derecho Mercantil , no tiene por que saber Derecho Civil o Laboral , sino que sólo tiene que saber redactar contratos y litigar comisiones en los tribunales, etc. , de la rama de derecho mercantil; por ello ahora se esta hablando que los estudios técnicos, aún en las universidades, sean de tres años, las licenciaturas de cuatro, maestrías de hasta 6 meses y doctorados de año y medio, con el objeto de agilizar la educación y formación profesional, “cosa que hace unos pocos años era impensable”. Sobre todo porque la misma educación estaba orientada a la universalidad del conocimiento y no a la parcialización encubierta como especialización. Las aparentes ventajas de una formación rápida contrasta con las expectativas que los mismos autores del capital humano plantean cuando señalan que ahora no sólo se requiere un titulo universitario, sino que en promedio un profesionista exitoso requiere cuando menos 2.6 títulos o especialidades.
Se trata de procesos de especialización de la fuerza de trabajo que aparentemente tienen una correlación con los mercados laborales, pero que en la práctica hacen que sea también una formación parcial e incompleta que, en el supuesto animo de competir, lo lleve a buscar crearse nuevas habilidades y con ello compita nuevamente en una carrera sin fin , dando como resultado que el individuo nunca se sienta realizado y este permanentemente inconforme. Es muy perjudicial el abandono de la universalidad porque simple y llanamente borran el área de ciencias sociales en todas las carreras técnicas; en estos modelos se señala que “para que quiere un ingeniero estudiar Geografía ”, observando que ciertamente el ingeniero es ignorante en Geografía, Filosofía, Historia y algunas otras disciplinas, sencillamente porque se aduce no pertenecer a su área.
Ahora bien, en un principio señalemos que los mercados laborales en última instancia determinan la forma de las ciudades: una ciudad como Lázaro Cárdenas en Michoacán , por ejemplo, no puede ser más que un puerto industrial, por más crecimiento que se dé en los servicios u otras ramas de producción, incluyendo el Turismo que crece a su alrededor. Mientras tanto, en ciudades como el DF , se debate el dominio de los servicios y el trabajo especializado, creando exclusión, por ejemplo, de los trabajadores emigrantes; de esa inmigración interna del campo a la ciudad que hasta, digamos los 80´s, tenía como meta llegar a la Ciudad de México , ahora esto no sucede, simplemente no encuentran trabajo; la meta se queda en la periferia de la zona metropolitana que ahora es el Estado de México, Morelos, Hidalgo, Tlaxcala , incluso en los 90´s, la Ciudad de México , quien luego del sismo y de la salida de la industria perdió población, y en su readecuación a los servicios se convirtió en una Ciudad para los ricos, los que hacen negocio, y que por tanto requiere menos trabajo simple o descalificado.
Por lo tanto, se trata de que la especialización que hasta ahora se viene pregonando como la solución al vinculo educación-empresa se establezca pensando en el desarrollo humanístico e integral del individuo, de nada sirven ingenieros que no tengan presente en sus diseños a quiénes van a utilizar o son beneficiarios de sus obras , y si además se incluye una visión humana se obtendrá gente formada técnicamente y con una visión social, pero sin embargo, esto no lo entiende la tecnocracia de la SEP .
*Miembro del Taller de Economía Social y Políticas Públicas de la Facultad de Economía de la UNAM.
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