Devaluación del peso

Celso C. Hernández Rojas*

La estrategia de defender el tipo de cambio, desde inicios de año, era una causa perdida; el tiempo ha demostrado que, éste, no era sostenible por la volatilidad de los mercados. Más, no se han hecho públicas, ni se harán, las negociaciones del Banco de México con el conjunto de empresarios a quienes se les vendieron dólares a precios preferenciales, y quienes, por supuesto, son los responsables de la caída del peso, no hay otros .

Sin embargo no está en discusión cuánto más va a caer el peso, o en qué nivel se podría quedar, ¿15 pesos por dólar como a principios de la primera semana de marzo?, ¿16, tal vez 20?, eso no es lo más importante; en general la devaluación del peso no resuelve el problema central que está en la producción, lo que sí tenemos claro, y desde el inicio de la crisis, es que no va a suceder lo mismo que en 94', que, luego del estallido de la crisis, la devaluación y el costosísimo rescate bancario, se abrió paso a la recuperación, merced a que el peso no valía nada y en el exterior se colocaban fácilmente las mercancías, ya que incluso, en ese sentido, prácticamente los capitalistas extranjeros venían por ellas sin ninguna dificultad, ahora no es así, se puede devaluar aún mucho más el peso mexicano y es un hecho que ni aún en esos niveles se podría vender porque sencillamente nadie está comprando, en esta ocasión nos encontramos frente a una crisis mundial y a una demanda nula.

El momento que ahora estamos viviendo, es importante porque luego de una caída tan brusca en la economía, como la que se operó en el fin de año, se trata de paliar con medidas anticíclicas el momento, pero de no funcionar estas, seguramente ahora se tendrá que pensar en un plan de choque, sobre todo porque ya vivimos un desempleo masivo que tiende a incrementarse, la planta productiva se encuentra en paro técnico, un eufemismo para decir que está paralizada y sólo hay un paso a que se desate una ola de quiebras.

Gran parte de los hechos económicos que hoy se están sucediendo, generados en el seno de la crisis actual, son descritos en la literatura como acontecimientos extraordinarios, y hoy para nosotros son cosas cotidianas que ya no levantan el asombro ni de la opinión pública, ni de los que operan las políticas públicas, y por ello en algunos casos se desvanecen como perturbaciones de momento o permanecen sin ser observadas con más consideración.

En las escuelas de economía se aprende que existe un principio básico: el equilibrio , y el más recordado es el que se presenta entre la oferta y la demanda, sus bases establecen que toda oferta encuentra su demanda y viceversa; es decir, al final del día nada puede sobrar y menos faltar. A pesar de ello, el período de crisis rompe con toda armazón y, en ese sentido, no se puede entender como es que estando por varios meses el aparato productivo paralizado se continúan ofertando las mercancías, haciendo transacciones los especuladores, o teniendo actividad económica en los mercados los agentes económicos.

Quizá alguien más versado venga y nos diga que es la intervención de la mano invisible, pero al final de cuentas sea cual fuere nuestra creencia, ahora la querríamos ver muchos actuar, pero parece que no esta disponible. O esta decompuesta y espera un mejor momento para hacer su aparición en la escena. Lo que estamos observando son enormes stocks de mercancías que buscan mercado y no la encuentran y mientras estas no sean consumidas parece no se reactivaran los mercados productivos.

El inexorable paso de la crisis es destrucción de capital ineficiente, es decir que no compite, es destrucción de excedentes, y vuelve a crear condiciones para que la economía funcione en términos reales. Por ello es como un revulsivo, que termina con lo malo, para hacer prevalecer el sistema, en esta idea claro está que existen múltiples inversiones, trabajadores, o actores económicos que van a salir afectados; la creencia es que al final de esta fase del ciclo lo que veremos es una economía renovada que pueda relanzar el ciclo económico en una nueva escala, bueno esa es la creencia, mientras todos habremos de sufrir las consecuencias de la crisis.

Como hemos venido viendo, la fase de la crisis se amplia en el tiempo y en su profundidad, no esta claro cuando pueda volver a tener un ritmo de recuperación, algunos estudiosos de la economía presentan que podría darse en el transcurso de 2010, otros consideran que esto esta retrazándose en la medida que el proceso cobra mayor profundidad, es decir mientras más empleos se pierden o mientras más empresas comienzan a sentir los estragos y pareciera que llegan a una fase en que las perdidas los obligaran a ir a la quiebra, entonces ello hace que se retrace la recuperación económica; ya señalábamos que la crisis en 1933 duró 36 meses y muchos años para su recuperación y gracias en parte a la economía de guerra, ahora tenemos la gran tarea de pensar en lo que se necesita y como salir de este proceso.

Por lo tanto, seguir el curso de la crisis, en mucho, nos debe de llevar a reflexionar sobre el origen de este proceso, que aunque muy reciente va a dejar hondas huellas en la vida de la población.

No es un problema financiero, si eso fuera, se habría resuelto ya con tantos recursos que se le ha inyectado al Sistema Bancario y ahora a los grandes corporativos, es un problema estructural , cíclico y tiene esencialmente que ver con la producción.

Si la ciencia económica basa en mucho sus leyes por el ciclo, en otros muchos casos su fuerza radica en creer, por eso afirma que la crisis luego de la destrucción del capital, se convierte en un punto desde donde de nuevo se relanza la producción en otro escala, que es lo que tenemos que esperar, por que la crisis aún no se puede decir que ha tocado fondo y más bien es el momento en que podemos observar como las fusiones e integración de las corporaciones deja que los consorcios pequeños o los empresarios ineficientes se acerquen a la ruina y la bancarrota, la ola de quiebras es algo inminente que esta frente a nosotros, salvo que las medidas anticiclicas en realidad sean de una cuantía tal que permita sobrevivir a estas empresas. Los gobiernos pueden estar dispuestos a dar dinero a Ford, GM, Chrysler , etc., pero no a los talleres y PyMES , esa es la diferencia, y lo que en todo caso tiene que ponernos alertas.

La economía está en un momento en que debe plantearse nuevos paradigmas, en todo caso, así como a nadie sirve un estado que no ve por los ciudadanos comunes y corrientes, debiendo generar políticas públicas encaminadas a satisfacer las necesidades concretas de la población, una ciencia que no ve como su objeto de estudio los problemas sociales creados por la falta de empleo, los niveles de precios que hacen inaccesibles los bienes de consumo básico, o las condiciones de vida y de trabajo de la población, no tiene sentido, si su objeto de estudio es para modelos ideales que no tienen una aplicación práctica o no van a incidir en las políticas económicas.

*Miembro del Taller de Economía Social y Políticas Públicas de la Facultad de Economía de la UNAM.

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